Ahora todo se trata de sobrevivir, y ¿por qué no? aprender a amar a alguien en medio del caos.
And suddenly, life wasn't about living it, was about surviving.
Han pasado al menos un par de horas desde que salimos de la casa cubiertos por sábanas repletas de sangre y víceras. El cielo ahora se encuentra totalmente oscuro, dándole un aspecto más tétrico a las calles de Alexandria, que para variar, siguen atestadas de muertos vivientes.
Hace ya varios minutos atrás, cuando aún nos iluminaba la luz solar, decidimos dejar a Judith al cuidado del padre Gabriel. Si bien aún había una cierta desconfianza con el hombre por su falta de gallardía, todos sabíamos que era la opción menos riesgosa para la pequeña. Él se encargaría de mantenerla a salvo en la iglesia mientras nosotros intentábamos solucionar la situación.
Todavía nos mantenemos unidos, caminando uno detrás del otro, cuando siento como la fila se deshace tras de mí. Miro hacia atrás y veo al hijo menor de Jessie, Sam, inmóvil en su lugar, observando todo a su alrededor con lágrimas en los ojos.
— ¿Sam? Sam, vamos. — la rubia intenta alentar a su hijo, sin resultado alguno. — Cariño, tienes que venir conmigo.
El niño comienza a sollozar un poco más fuerte y mis nervios incrementan simultáneamente. Jessie y Ron comienzan a desesperarse, intentando hacer que el niño camine pero no lo logran. De un momento a otro, veo a un par de caminantes sujetar a Sam por atrás a la vez que uno muerde su cuello y el otro, parte de su cara. Sus gritos empiezan a llamar la atención, seguidos del llanto de Jessie.
— Jessie, tenemos que irnos. — susurra Carl, quien aún mantiene sujeta su mano.
Sin embargo, las cosas se complican aún más cuando otros caminantes también rodean a la rubia, mordiéndola.
No tardo en notar que la mujer no suelta la mano de Carl, quien intenta zafarse, para alejarse de los demás muertos que se acercan. Rick parece en estado de shock, así que rápidamente tomo el hacha de sus manos y corto el brazo de la que alguna vez fue Jessie. Carl cae al suelo por el esfuerzo, dejando caer su arma. Michonne se apresura a ayudarle y cuando nuevamente está de pie, la imágen que se presenta frente a mí me hiela la sangre.
Ron tiene sujeta el arma de Carl, apuntándola justo en su cabeza. Todos nos paralizamos al ver tal escena. Un mal movimiento y todo puede irse a la mierda.
— Tú. — murmura Ron, mirando con odio a quien considero mi hermano.
Como soy yo quien está más cerca del chico, me acerco despació por atrás. Michonne parece tener las mismas intenciones, pero es descubierta por Ron, quien no tarda en apretar el gatillo. No pierdo tiempo y con la misma hacha de antes, atravieso la cabeza del muchacho, quien cae al suelo para ser deborado por los caminantes. Me quedo un instante estática, observando su cuerpo, analizando lo que acabo de hacer.
Acabo de matar a un adolescente.
Giro a ver a Carl y siento que el corazón se me sale del pecho.
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