Survive (Daryl Dixon)

XIX

Daryl y yo nos encontrabamos inmóviles en nuestro lugar. El tipo que estaba con el caminante estaba frente a nosotros con una sonrisa burlona en la cara mientras éramos apuntados desde atrás por sus compañeros.

- Dejen sus armas en el suelo, lentamente. - decía uno de los tipos.

Daryl y yo nos miramos e hicimos caso, bajamos las armas despacio. Mientras dejaba mi látigo y mi pistola en el suelo, sin que los sujetos se dieran cuenta, acomodé mi cuchillo debajo de la manga de mi chaqueta.

- Ahora acerquense a la pared y arrodillense con las manos en alto.

Nuevamente hicimos caso y nos acercamos a la pared para después arrodillarnos.
Veo a los sujetos a nuestro alrededor y si, son cuatro.
Una vez pegados a la pared con nuestras manos en alto, uno de los tipos se acerca a Daryl y comienza a atar sus manos con una cuerda, sujetadas a unas tuberias arriba de nuestras cabezas, luego repite el preocedimiento conmigo. Cuando estamos completamente atados, otro de los sujetos se acerca a Dixon y comienza a requisarlo, él solo me mira y niega con la cabeza cuando disimuladamente le señalo el cuchillo que tengo escondido. Luego, el mismo hombre se acerca a mí y comienza a tocar mi cuerpo en busca de algún objeto que no debería tener. Mientras lo hace, aprovecha de tocarme más de la cuenta, pasando sus manos por mis pechos y bajando por mi cintura.

- Quita tus putas manos de mí. - le digo seria cuando siento sus manos a punto de llegar a mi trasero.

- Cuida tu boquita, lindura. - dice acercando su cuerpo al mío, para luego susurrar en mi oído. - No olvides que tan solo eres una maldita perra desarmada contra nosotros, no tienes alguna otra utilidad que no sea calentar pollas.

En ese momento una llama de furia se enciende en mi interior y no sé de dónde saqué las agallas pero levanto mi pierna y le propino un rodillazo en las pelotas con todas mis fuerzas, haciendo que el hombre quede en el suelo retorciéndose.

- Párate y dímelo otra vez. Anda. - le digo al tipo que golpeé, mientras los demás me apuntan. - Si vuelves a tocarme te prometo que esta "maldita perra" si va a calentar tu asquerosa polla, pero de a patadas.

En ese momento el sujeto levanta su mano para golpearme pero es impedido por uno de los otros hombres.

- Basta, Tyler. - dice el hombre que parece estar a cargo, ayudando al maldito a ponerse de pie. - Luego tendrás tiempo de desquitarte, ahora hay que encargarnos de otros asuntos.

El tal Tyler me dedica una mirada casi rabiosa y asiente al otro hombre. Tres de ellos se alejan, no sin antes advertirnos que luego se encargarían de nosotros. El que mató al caminante se queda a vigilarnos, solo es uno, tal vez sea nuestra oportunidad.
Miro a Daryl y lo encuentro observando su ballesta atentamente, debe estar ideando un plan. Pienso en Glenn, Maggie y Rick, y espero que estén bien.

- ¿Sabes?, debiste guardar tu impulsividad para otro momento, tesoro. Mucho más después de haber visto de lo que somos capaces. - escucho decir al hombre que nos vigila y lo observo. - Eso va a condenarte a ti y a tu novio.

- Te equivocas. - le digo sonriendo sarcásticamente. - Tu, tus amigos y sus acciones son las que van a condenarlos.

- ¿Y quiénes lo harán?, ¿tú, o será él? - pregunta acercandose, intercambiando su mirada entre Daryl y yo. - O acaso será tu linda amiga... ¿cómo es que se llama?, ¿Maggie?.

En ese momento mi sonrisa se borra. Lo miro directo a los ojos buscando algún indicio de lo que dijo sea mentira, pero no. Él ríe y se aleja de mí.
Daryl me dirige una mirada angustiada. O esos hombres solo tienen a Maggie o los tienen a los tres. Sea como sea, si no nos liberamos, no saldríamos de esta.