Ahora todo se trata de sobrevivir, y ¿por qué no? aprender a amar a alguien en medio del caos.
And suddenly, life wasn't about living it, was about surviving.
Han pasado dos semanas completas desde aquel suceso que unió definitivamente a todos los habitantes de Alexandria. Semanas en las cuales todos se dedicaron a reparar las murallas y limpiar las calles que estaban infestadas de caminantes ya muertos.
Bárbara y Carl no tardaron demasiado en reponerse. Aunque el muchacho tenía la obligación de asistir a las fisioterapias de Denise ya que, lamentablemente, aunque había sobrevivido, se había quedado sin su ojo derecho.
Por su parte, Lennox tardó un poco menos en tener el alta, y cuando finalmente pudo salir de la enfermería, se llevó una gran sorpresa de parte de Daryl. Resulta que el hombre había estado aprovechando la ausencia de Bárbara para preparar y amueblar una pequeña casa solo para ellos dos. Ambos se sentían listos para dar ese pequeño gran paso que es la convivencia. Querían aprovechar cada momento que estuviesen juntos, pues conocen perfectamente las idas y venidas que este mundo trae consigo.
•••
Por la mañana, Daryl y Bárbara se encontraban recostados uno al lado del otro en la cama que compartían. El arquero repartía húmedos besos por el cuello de la chica mientras acaricia suavemente su cintura. Ella solo se mantenía con los ojos cerrados, disfrutando del tacto de su pareja, y acariciando de arriba a abajo su espalda y deteniendo sus dedos en su cabello.
Todo lo que podía escucharse en la habitación eran los suspiros de ambos. Ninguno tenía intención alguna de separarse, y es que sentían un vacío inmenso cada vez que estaban alejados, como si una parte de ellos viviera en la otra persona. Una parte indispensable, casi vital.
Y cuando las caricias y los besos empezaron a subir de tono, unos suaves golpes se escuchan desde el otro lado de la puerta de entrada, haciendo que ambos se separen de golpe.
— Mierda. — murmura Daryl, agitado.
Bárbara suelta una risita y ve como Dixon se pone de pie a regañadientes y comienza a caminar hacia la entrada de la casa, tan solo usando unos pantalones.
Un par de minutos después, el hombre regresa y se lanza contra la cama, atacando nuevamente la piel de la mujer. Lennox no puede evitar dejarse llevar, pero se contiene a duras penas y observa a Daryl.
— ¿Quién era? — cuestiona ella, sintiendo como Dixon intenta desabrochar su sostén.
— Rick. — responde el hombre entre gruñidos de desesperación por no poder desprender el broche.
— Y..., ¿qué quería?
— Vino a decirme que todo está listo para irnos. — contesta sin tomarle importancia, para después soltar un gemido de satisfacción al poder al fin desabrochar el sostén.
Y antes de que el arquero pudiera ponerse en acción, Bárbara lo detiene ágilmente.
— Detén tus impuras acciones y pensamientos, Dixon. — dice ella, apartandólo. — Rick te está esperando.
— Pero...
— Pero nada. — lo interrumpe y se sienta en el borde de la cama para empezar a abrochar nuevamente el sostén que tanto trabajo le tomó a Daryl desprender. — Tú y yo hemos abusado demasiado de nuestro espacio y dejamos de lado nuestras responsabilidades.
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