Survive (Daryl Dixon)

XXXIII

Una semana después.

Narrador externo:

Ya había pasado una semana exacta desde que llegó la gente de Woodbury a la prisión. Una semana en la que todos trabajaron duro para crear un espacio bueno y adecuado para vivir.
Se despejaron dos nuevos pabellones, comenzaron a crear huertas y a construir un comedor al aire libre, en el patio de la prisión.
Todo marchaba excelente y no había rastro alguno del Gobernador.

Bárbara se encontraba cerca de las rejas, observando a los caminantes que se acercaban e ideando un proyecto para la valla de entrada que luego se lo comentaría a Rick.
No se dió cuenta que alguien se acercaba por detrás, listo para asustarla.

- ¡Bú! - la persona sujetó los hombros de la chica, repentinamente, a la vez que exclamaba ese monosílabo.

- ¡Por la mierd...! - grita Bárbara girando en su lugar lista para golpear a quien la asustó. - ¡Maldito chino! - ella golpea un poco el pecho de Glenn, mientras este ríe a carcajadas.

- Lo siento, lo siento. - se disculpa él, levantando sus brazos a señal de rendimiento. - Te ví tan tranquila y concentrada en la valla que no pude desaprovechar la oportunidad.

- Me vengaré. Lo juro. - dice ella señalándole con un dedo, para después reír con él. - Ahora, ¿qué quieres?

- Necesito que me ayudes con algo... - y antes de que la chica pudiera quejarse, él sigue hablando. - Es algo realmente importante, y tú eres la indicada para eso.

- ¿Qué es?

- Le pediré matrimonio a Maggie. - suelta él súbitamente.

Bárbara se queda estática, observando a su mejor amigo con los ojos bien abiertos. No puede creerse lo que acaba de escuchar.
Al ver que ella no responde, Glenn vuelve a hablar.

- Eres mi mejor amiga, y solo a tí te pediría ayuda con algo tan importante para mí. - dice él sujetando una de las manos de la jóven. - Bueno, a tí y a Hershell. Acabo de hablar con él, me pareció correcto que él supiera antes que nadie que quiero casarme con su hija. Él me dió su bendición. Y tú, ¿me ayudarás?

- ¡Por supuesto! - exclama Bárbara con una gran sonrisa. - ¡Por supuesto que sí, Glenn! ¡Felicidades! - dice ella para después abrazar a su amigo, quien corresponde alegre el abrazo.

- Necesito un anillo, y tal vez algún consejo. - dice él una vez se separaron, su amiga asiente repetidas veces.

Ambos pasaron el resto de la tarde juntos, buscando un anillo ideal para Maggie de entre los caminantes que se acercaban a las rejas. También hablando sobre cómo va a pedírselo Glenn y cuándo sería el momento justo para hacerlo.
Bárbara no es la más experta en proposiciones de matrimonio, ni mucho menos, pero sin duda ayudará a su amigo en todo lo que pueda.

•••

Narra Bárbara:

Había pasado toda la tarde con mi mejor amigo buscando un anillo de compromiso para Maggie.
La noticia me tomó por sorpresa pero no podría estar más feliz por ellos. Me parece encantador que, incluso en este mundo, ellos puedan crear su felicidad.

Y cuando el sol comenzó a ocultarse, volví a ingresar a la prisión en busca de Rick. Se me había ocurrido una buena idea para la valla de entrada y quería saber su opinión.

- ¡Rick! - le llamo cuando lo veo dirigirse hacia las escaleras.

- Bárbara, ¿todo está en orden?