Una historia de amor que empezará cuando el sentimiento de amor nazca dentro de ellos, uno se verá en la obligación de ocultar estos para evitar el rechazo, mientras que el otro busca la alternativa de eliminarlos.
Pero después de un percance se da...
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Jungkook había salido al balcón por el ruido del televisor, dejando a un omega mirando a su hijo con preocupación.
Su instinto de padre le decía que su cachorro no estaba bien y que tampoco era algo temporal o pasajero. Podía ser algo para toda su vida, y lo que menos quiere es que su pequeño bebé sufra de una enfermedad respiratoria con solo tener 24 horas de haber conocido el mundo.
Asma
¿A un cachorro podía darle asma?.
Esa simple palabra le preocupaba y le llenaba de miedo todas sus células. Había escuchado de aquel problema respiratorio, cosas como que algunas personas debían estar inhalando un aparato que desconocía en el momento, o que interfería en las actividades físicas que quisiera realizar el sujeto.
Y de tan solo imaginar a su tierno Beomgyu tener que estar sentado viendo como sus amigos o hermana corretean por doquier le rompe el corazón.
Acaricia su regordeta y suave mejilla con delicadeza, viendo su pecho subir y bajar intranquilo, preocupándolo más de la cuenta, haciendo que sus dos luceros se inundaran de aquel líquido salado tan conocido.
— Se que estarás bien y esto fue solo un pequeño susto. Estás bien, n-no tienes nada malo, amor.
Y ahí estaba, engañándose a él mismo por primera vez en toda su vida.
Pero era mejor mentirle a su corazón que nada le sucedía a su pequeño cachorro o volverse totalmente loco por esta repentina situación.
La presencia de Jungkook lo hizo salir de sus pensamientos, mirando los azabaches ojos de su alfa, notando el miedo en estos al igual que en los propios.
— Noona me dijo que tenía que llevar a Beomgyu para una revisión —Dijo guardando su celular en el bolsillo delantero del pantalón.
Dahyun apareció en el living escuchando atenta lo que sucedía.
— Le mencioné como estaba Beomgyu, me dijo que podría ser grave.
Los únicos omegas en el lugar soltaron jadeo al escuchar la última palabra.
— B-Beomgyu no tiene nada grave, e-eso no es verdad —El omega menor se acercó a su alfa olvidando su operación, sintiendo las grandes manos de Jeon acunando su rostro.
— No puedo decirte que está bien, pero tampoco que está mal —Deslizó un pulgar limpiando una lagrima en su moflete.— Así que tengo que llevarlo al hospital para saberlo.
— Se que sonaré como alguien sin sentimiento, pero los tres sabemos que Beomgyu no está bien y que cuando crezca tal vez use un inhalador o tal vez no —Habló la mayor relamiendo sus labios.— Dejen de engañarse con que nada le sucede a mi nieto, porque saben que no es así.
— Tiene razón señora Kim —Dijo el más alto tomando en brazos a su pequeño cachorro.— Les avisaré lo que suceda.
— ¿Saldrás con el rostro descubierto? —Preguntó Kim luego de sentir los labios de su pareja sobre los suyos por unos segundos.
