Una historia de amor que empezará cuando el sentimiento de amor nazca dentro de ellos, uno se verá en la obligación de ocultar estos para evitar el rechazo, mientras que el otro busca la alternativa de eliminarlos.
Pero después de un percance se da...
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Eso se estaba saliendo de control. El celo del omega se estaba saliendo de control. Y él tenía que ser fuerte ante esas palabras que solo hicieron que su lobo empezara a gruñir con que le cumpliera lo que su omega decía, pero Jungkook no podía solo aprovecharse de la irracionalidad de Taehyung en ese momento, tenía que ser fuerte.
Levantó al omega y lo entró a uno de los cubículos del baño, saliendo antes de que este intentara salir. Se posicionó en la puerta, pegando su espalda y ejerciendo fuerza en esta para que el omega no la abriera o estaría perdido.
Como pudo entró su mano al bolsillo del pantalón y sacó su celular, lo desbloqueó y entró a contactos, marcando a su madre que de inmediato contestó.
— ¿Dónde estás, Jungkook?, haz salido corriendo. —Preguntó entre preocupada y enojada.—
— Mamá, tienes que venir urgentemente al baño de chicos, estoy en peligro de caer en una placentera tentación.
Sus nervios estaban a flor de punta, ya había empezado a sudar y que una dolorosa erección se estuviera formando en sus pantalones no ayudaba mucho en aquel momento.
— De acuerdo, creo que recuerdo donde quedaba el baño en este laberinto de institución. —Respondió la mayor del otro lado para luego cortar la llamada.—
— A-Alfa... —¿Acaso eso había sido un gemido?.—
Las feromonas que estaba soltando Taehyung empezaban a marear al alfa, el cual estaba luchando con dos cosas a la vez.
La primera; con su lado animal que estaba tratando de tomar el control y consentir al omega.
Y segundo; el omega en celo que estaba encerrado en aquel cubículo y se encontraba gimiendo su nombre mientras sus feromonas no dejaban de inundar aquel baño.
— Joder, date prisa mamá. —Chocó su cabeza a la puerta cerrando sus ojos con fuerza sin dejar de escuchar los llamados del otro lado de la puerta.—
Después de unos minutos Taehyung se encontraba más que desesperado por sentir algo en su necesitada entrada, por lo que empezó a desabrochar su cinturón, pero en eso la puerta del baño se abrió estruendosamente.
— ¡Apesta a omega en celo, Jungkook!. —Exclamó ventilando frente a su nariz viendo a su hijo quien la miraba con súplicas.—
— Taehyung ha entrado en celo y quiere que lo marque y preñe. —Respondió directo mirando a su progenitora acercarse.—
— Bien, escucha. Abrirás esa puerta y lo llevarás en brazos hasta el auto, iré detrás de ti cuidando todo, tienes que ser rápido o terminará tocándose en frente de todo el mundo.
Jungkook asintió para coger una bocana de aire y abrir la puerta, viendo como el omega estaba apunto de entrar su mano en su trasero.
— Vámonos, Taehyung. —Se acercó y lo levantó estilo princesa, haciendo que el peliplateado envuelva sus brazos en el cuello del pelinegro.—
— Va a querer provocarte, no caigas. —Le dijo su madre para abrirle la puerta del baño para que saliera llevando a Tae en sus brazos.—
Jungkook salió al pasillo y todos los pares de ojos se posaron en él, pero eso no le importaba en ese momento, tenía que llegar fuera del instituto y montar a Tae en el auto de su madre, misión que se empezó a complicar cuando el omega empezaba a dejar besos donde se situaba su manzana de Adan.
— El akuma me está alcanzando. —Se dijo a sí mismo adelantando su caminar casi corriendo.—
Al llegar a la salida del instituto Jungkook se dirigió de inmediato donde estaba el auto de su madre, esta le abrió la puerta del copiloto y dejó sentado al omega.
El alfa le colocó el cinturón de seguridad pero en la acción recibió un codazo en su abdomen.
— Diablos que agresivo. —Se quejó terminando de abrochar el cinturón y alejándose de Tae, viendo como este formaba un puchero con sus labios por la lejanía de su alfa.—
— Jungkook, déjale la chaqueta. —Dijo Nayeon entrando al auto.—
— ¿Por qué?.
— Solo hazlo y ya.
Jungkook acató la orden y se sacó la chaqueta y la dejó en el regazo de su amigo, quien sin rechistar la agarró en sus manos llevándola a su nariz.
— Adiós. —Cerró la puerta y miró como el auto de su madre se comenzaba a marchar, cuando lo perdió de vista soltó un suspiro y se giró para volver al instituto.—
Caminando por el pasillo sentía la mirada de algunos estudiantes, pero lo dejó pasar por alto, total, la única mirada que le gusta en él es la de Tae, pero este no estaba ahí.
— ¡Kookie~!. —Llamó una voz que ya sabía a quién pertenecía.—
Su acosadora number one.
— ¿Qué quieres Ji-eun?. —Preguntó rodando los ojos cuando la omega empezó a caminar a su lado.—
