Una historia de amor que empezará cuando el sentimiento de amor nazca dentro de ellos, uno se verá en la obligación de ocultar estos para evitar el rechazo, mientras que el otro busca la alternativa de eliminarlos.
Pero después de un percance se da...
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Un pequeño de apenas cinco años estaba en una esquina en su salón de clases, con sus cortas piernas recogidas y su cabecita entre ellas mientras otros niños estaban burlándose porque era nuevo y no tenía amigos.
— Dejen de molestarlo. —Dijo otro niño de la misma edad detrás de los dos que estaban haciendo bullying.—
Los tres niños miraron al que había acabado de llegar, el pequeño de cabellos castaños observó al de color azabache de arriba a bajo, sus ojitos se podían comparar con los de aquel siervo de nombre Bambi, su cabello era negro y su labio superior era fino pero el inferior era más llenito. Además de que tenía un muñeco de iron man en su mano derecha mientras fruncía su ceño.
— Él no tiene amigos, es un rarito. —Se burló uno de los niños.—
— Yo soy su amigo, así que dejen de molestarlo. —Habló. Los tres que estaban frente a él podían jurar que habían escuchado un pequeño gruñido.—
Los pequeños asintieron y salieron literalmente corriendo lejos del niño azabache que ahora se acercaba al castañito con una sonrisa.
— Hola, me llamo Jeon Jungkook, ¿y tú?. —Saludó estirando su mano izquierda hacia el contrario, que después de un minuto este la tomó.—
— Me llamo Kim Taehyung. —Respondió con otra sonrisa para después ponerse de pie y soltar la mano del pequeño Jungkook.—
— Seré tu amigo de ahora en adelante, así que no te volverán a molestar. —Le hizo saber para después abrazarlo con delicadeza.—
— Gracias. — Susurró y luego se separaron.—
Jungkook tomó la mano de Taehyung y las mejillas de este se coloraron de un hermoso color carmesí.
— Vamos a sentarnos TaeTae. —Mencionó el pequeño azabache halando del castaño cuando empezó a caminar en dirección a su pequeña mesita con dos sillas.—
Los recientes amigos se sentaron al lado del otro, empezaron hablar de sus juguetes hasta que la maestra palmeó suavemente pero audible para que le prestaran atención.
— Lindos, ya pueden empezar a comer las deliciosas meriendas que han hechos sus padres, después cuando terminen pueden salir al patio para jugar. —Anunció con una sonrisa y los peque asintieron.—
— ¿Qué haz traído, TaeTae?. —Preguntó el pequeño azabache mientras abría su lonchera de iron man.—
— Un jugo de manzana y un sándwich de queso. —Respondió después de abrir su lonchera y descubrir tal manjar antes sus ojos.—
Jungkook sonrió y asintió mientras llenaba su boquita de unas ricas galletas que había hecho su mamita solo para él.
Después de terminar de comerse su merienda salieron al no tan grande patio y Jungkook haló a Taehyung para que fueran a jugar en el tobogán.
