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Se encontraba algo mareado, ese juego daba muchas vueltas y el subirse dos veces porque Zim quería no fue muy buena idea, se sentía algo mal, tenía sueño por su clara falta de dormir y, tampoco se había alimentado muy bien en todo el día. Ya era de tarde y dentro de no tanto el cielo se tornaría de distintos colores, y por ende, el parque cerraría.

Estuvo durante todo el día subiéndose en juegos de todo tipo, más que nada en montañas rusas por la exagerada cantidad de estas en el lugar, y las fotos que sacaban que costaban realmente caro no eran mucho de su interés. Además de ir a una velocidad rápida en un carrito soltando algunos gritos muy de vez en cuando por clara falta de interés en hacerlo, o de quedar de cabeza en algún juego donde tuvo que guardas sus lentes para que no se cayeran. Y cuando ya no sabían a donde ir, decidieron ir a una de esas casas en las que se supone que deben asustarte.

Por las instrucciones que le dio aquel sujeto disfrazado tenían que ir afirmando los hombros del de adelante, en una fila, para así pasar en ese interminable pasillo que daba mil vueltas y que les fuera más fácil avanzar. En teoría.

Miró a Keef y este simplemente le sonrió mientras elevaba sus hombros, dándose la vuelta para que Dib pusiera sus manos en sus hombros, dispuesto a ir al frente; tenía amigos antes de que ellos llegaran, por lo
que ya había estado ahí antes sin parecerle la gran cosa o siquiera causarle algo de miedo a pesar de
las luces e ambientación que podrían ponerte incómodo. Membrana, en cambio, quería simplemente pasar
de eso, creía en fantasmas, aliens, y
en cualquier cosa paranormal, pero una casa embrujada en un parque de diversiones no le llamaba la atención; y el simple echo de saber que tendrían que ir tomados de los hombros como niños de preeskolar no le subía los animos.

Mientras que Zim y Tak, bueno, ellos vivían en un lugar en donde ese tipo de cosas prácticamente no existían, y aunque la chica se mudó de ahí a un lugar donde sí habían, el ir sola no era algo lindo. Mientras caminaban y los sujetos disfrazados aparecían, se escuchaban gritos y se sentían los empujones de los chicos fuera de su grupo que entraron con ellos, dejando a Dib y a Zim atrapados entre Tak y Keef.

Membrana se sentía algo aturdido entre todos esos gritos, esas luces verdes que luego cambiaban a rojas dependiendo de la sala, y sobre todo, por estar muy apegado a Zim y Keef al mismo tiempo; sintiendo sus mejillas arder aún más cuando aquel sujeto con motosierra en mano apareció al final, provocando que los de atrás los epujaran a ambos hacia adelante, moviendo al pelirrojo cuando los otros dos casi de caen sobre el otro.

Se quedó un tiempo agachado con sus manos sobre sus rodillas, Tak se había puesto al lado del pelirrojo y ambos se comenzaron a alejar un poco a la vez que hablaban, y Zim después de frotarse los ojos por el claro cambio de luces, se acercó a su novio.

Membrana tenía su mente echa un asco, primero se encontraba realmente mareado, luego aturdido por estar apretado entre el cuerpo de su novio y el de su mejor amigo, y ahora sus mejillas no dejaban de estar rosadas por escenarios raros que comenzó a imaginar.

Levantando la vista cuando la mano del azabache tocó su hombro preguntándole si estaba bien, respondiéndole que sí, pero que
aún estaba algo mareado.

g o m i t a        [ZaDr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora