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El silencio habitual entre ambos y unas pequeñas muecas nerviosas que invadían al más alto, no estaba muy seguro de lo que iba a decir, pero estar pensado en aquello durante ya algunos meses le estaba dejando bastante mal.

── ¿Dib?── Llamó, jugando un poco con sus dedos de su mano izquierda algo inquieto, esperando a que su pareja lo mirase para continuar.── ¿A qué te referías cuándo dijiste que querías que todo fuera cómo antes?

Sus mejillas bajo un suave manto de tela rosa mantenían cierta expresión de pena, sin comprender las palabras de Dib incluso después de muchos pensamientos sin ninguna conclusión real. A cambio, solo miró con cierta intriga a su contrario, esperando a atentamente que hablara. A pesar de que Membrana no se veía muy bien.

Dib había detenido sus pasos, dejando sus ojos avellanas en la acera, aturdido y sin sentirse para nada bien; aquella vez sus palabras salieron guiadas por sus pensamientos, no quiso decirlo, no debía. Se estaba mareando y ya no era nada nuevo. Botó el aire que mantuvo ante su inquietud y apretó la correa de su mochila, era tiempo de aclarar algunas cosas.

── Es que... siento que me gustabas más cuando no actuabas del modo en el que lo haces ahora.── Dudó, pero, otra vez, habló guiándose en sus desagradables pensamientos que no le permitían disfrutar de su relación, sintiendo como sus hombros se relajaban, sintiendo a sus labios curvarse un poco hacía arriba en una pequeña sonrisa nerviosa por poder decirlo. Pero, el rostro de Zim le hicieron quitar su semblante, hablando rápido y moviendo sus manos, intentando arreglar aquello.── ¡Pero no quiero que cambies! Te amo, es sólo que...

── ¡Oh, no! Está bien, si quieres que actúe como antes puedo hacerlo, no me molesta.── Se inclinó un poco, imitando los movimientos de su novio, sonriendo nervioso mientras bajaba sus manos, mirando el suelo durante algunos segundos cuando el amante que ambos compartían decidió aparecer.

Sus ojos tímidamente decidieron elevarse, sin poder captar toda aquella energía que se apoderaba de los ojos del mayor, observando con cautela la sonrisa que florecia lentamente en Membrana.

── ¿En- enserio?── Se mantenía incrédulo, pero el asentimiento en su pareja mezclado con su pequeña sonrisa le hicieron sonreír con mucha alegría.── Gracias.── Contuvo las ganas de lanzarse a besarlo, haciendo algunas muecas en un intento de ocultar su notoria sonrisa.

Le extendió la mano para que retomaran su camino a la casa del menor, besando suavemente su mejilla después de decir aquellas últimas palabras. No sabía qué esperaba, pero ahora todo iría bien.

g o m i t a        [ZaDr]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora