Después de la cena, justo a las diez de la noche, su móvil sonó.
—¡Hola rubiaaa! Vístete y nos vamos por ahí que ya sé a dónde podemos ir —dijo una voz bastante animada al otro lado de la línea.
—¿Laura? Emms, sí, vale, como quieras —dijo muy poco convencida.
—¿Cómo quiera? Dios mío pero que poco ánimo le das a las cosas, ya esta noche te enseñaré yo a vivir —dijo entre risas —¿Te parece bien vernos donde el mercadona?
—Sí, me queda cerca.
—Genial, ahí en media hora —y colgó.
Raquel fue a su cuarto y se puso a examinar la ropa que tenía. No tenía muy claro qué ponerse así que se demoró un poco en decidirse. Al final escogió unos vaqueros gris oscuro, una chaqueta de cuero negra, unas botas negras y una camiseta negra con algo de escote y el logo de Gun's & Roses.
—¿A dónde vas? —preguntó su madre sobresaltada al ver que su hija se había vestido y maquillado.
—A dar una vuelta con una chica que conocí esta mañana —dijo tranquilamente.
—Vale, pero por favor no vuelvas muy tarde —dijo un poco desconcertada mientras miraba el reloj —. A las tres aquí ,¿vale? Cualquier cosa me avisas y estoy ahí en menos que canta un gallo.
—Vale mamá — y se fue.
—¿Nuestra hija ha hecho una amiga? —preguntó el padre al oír cómo se cerraba la puerta mientras fregaba los platos en la cocina.
—Eso parece —respondió casi incrédula.
—Me parece estupendo. La primera vez que hizo un amigo fue en este mismo pueblo... ¿verdad?
—Sí, era el nieto de los vecinos... ¿Cómo se llamaba? No me acuerdo... —dijo la madre intentando hacer un poco de memoria.
—¡Marcos! El responsable de que nuestra hija nos arruine con tanto libro.
—¡Marcos! ¡Es cierto! Lo tenía en la punta de la lengua. ¿Y qué fue de ese chico, por cierto?
—Uff... no lo sé... El piso de al lado lo vendieron los abuelos, ¿verdad?
—Sí, después de lo que pasó lo vendieron, así que es imposible que sea el chico que está viviendo ahora —respondió mientras hacía zapping en la tele.
—¿Chico? ¿Y tú como sabes que vive un chico al lado? —preguntó bromeando.
—Ha sido tu hija quien me lo ha dicho, según ella tenemos un vecino malcriado y egocéntrico.
—Bueno, al menos ha conocido a alguien más —dijo mientras volvía al sillón con su mujer y se acomodaba a su lado para empezar a ver una película.
Raquel ya había llegado al mercado, eran las y media pasadas y Laura no aparecía. ¿Le habría mentido? ¿Se había estado riendo de ella? Empezó a preguntarse. Y de nuevo, esa voz.
—¡Hombre, ojitos castaños! ¿Tú por aquí? —Dijo con una sonrisa de oreja a oreja —. ¿Has quedado? No me digas que tienes novio y que por eso pasabas tanto de mí. No por favor, que no sea eso o me romperás el corazón —empezó a decirle mientras la arrinconaba contra la pared y veía como poco a poco sus mejillas iban tomando un color rosado.
—Esto... yo... —empezó a hablar sin tener muy claro qué decir.
—¡Raquel, lo siento! —gritó una voz que cada vez sonaba más cerca —. Mis padres me liaron y me dieron un poco la charla, ya sabes, esas cosas, no tengo mucho tiempo así que venga, deja de ligar —dijo mientras le hacía un repaso al vecino de Raquel —y vámonos.
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Tú eres mi princesa y yo tu caballero
Teen FictionRaquel es una joven adolescente tímida, callada y reservada. Durante las vacaciones de Navidad viaja al antiguo pueblo de sus abuelos, en donde los recuerdos la empiezan a inundar y esa armadura con la que se protege se empieza a desvanecer. ¿Será c...