Treinta y cuatro

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-¡¿Quieres explicarme por qué te fuiste sin hablar con el?!- Grito Eren apenas conteste el teléfono

-Estoy con un cliente, hablamos después- Colgué el teléfono y me tiré sobre la cama, sin ganas de escuchar los reclamos

Sabía que todo había sido idea de Eren, pero estaba demasiado cansado para lidiar con el, así que lo haría mañana, después de dormir por horas.

Una semana después, Marco vino a verme de nuevo. Lo deje pasar mientras mi mente pensaba en lo que sucedía. Envié un mensaje a Eren, preguntándole que pasaba y después lo invite a comer.

-¿Algo en especial que quieras?- Pregunté lavando mis manos

-No, cualquier cosa está bien- Respondió sentándose en la cocina. Me hizo sentirme nervioso- ¿Aprendiste a cocinar?

-See, tenía que hacerlo, no puedo alimentarme solo de comida instantánea- Dije mientras preparaba la comida

-¿Vives solo?- Pregunto con voz curiosa

-Sip, es más cómodo- Quería hundirme en el centro de la tierra y no salir nunca más.

-El otro día no pudimos hablar mucho, por eso vine hoy- Dijo a mis espaldas- Creo que tenemos una conversación pendiente

-¿Eso crees?- Pregunté no quieriendo hablar del tema, no era necesario- Yo no pienso así, me alegra que volvieras, y no hay nada más que decir, ¿No crees?

-¿De verdad lo piensas?- Pregunto en voz baja

-Si, no hay problema. Tomaste una desición, tenía que respetarla- Empecé a servir la comida, prepare algo rápido para ambos- Estabas en todo tu derecho de hacerlo

-Pero fue algo dramático...

-Un poco, pero ahora eso ya no importa- Deje el plato delante de el, y le serví un poco de jugo- Adelante, creo que sabe bien

No dijo nada más y comenzó a comer, encendí la televisión solo para tener un ruido de fondo, ya que nosotros permanecimos en silencio. Yo no sabía que decir, el estaba muy concentrado en su comida, así que el silencio se prolongó hasta que terminamos de comer.

-Estaba delicioso- Comento después de beber agua- No cocinas tan mal

-Trato de que sea comestible- Dije en respuesta, apoyado en la pared con los brazos cruzados

-Bien, lo diré- Dijo de pronto- Tal vez para ti no sea importante, o dejo de serlo, pero quiero disculparme

-No, no lo digas...

-Lo siento, lo que hice estuvo mal

-Marco, por favor...

-¡Solo escúchame!- Dijo molesto por mi actitud- No debí irme de esa manera, fue infantil de mi parte y lo siento mucho. Pero era lo correcto, necesitaba olvidarme de todos esos sentimientos. De todo eso que sucedió

-¿Todo eso?- Pregunté sintiendo un poco de molestia, sabía que no debíamos hablar sobre esto, los recuerdos, los sentimientos, todo regresaba a mi- Aunque no lo creas, lo que sucedió en su momento fue importante para mí. Siempre sacaste conclusiones apresuradas, aunque también tuve la culpa de que pensarás de esa forma

-Jean, por favor- Dijo con sorna- Ambos sabíamos que nunca llegaríamos a ningún lado. Nunca íbamos a ser felices juntos

Eso había dolido, pero no estaba en ningún derecho de decirle algo. El nunca conoció mis sentimientos, muy tarde me di cuenta yo mismo de lo que sentía, y de la misma forma, yo nunca conocí los suyos. Eso me dejaba aún más claro que no debíamos estar juntos.

Amargo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora