Treinta y dos

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-¿Qué debo hacer cuando lo vea?- Pregunté mientras sujetaba mi cabeza sobre la mesa, nervioso

-Saludarlo- Dijo Sasha

-Golpearlo- Menciono Levi

-¿Ignorarlo...?- La pequeña voz de Armin se escuchó

-Besarlo... ¡Auh!- El golpe sonó bastante fuerte en la cabeza de Connie

-No tienes que hacer nada- Dijo Eren- Solo háblale como lo harías con cualquiera de nosotros

-Es tan fácil decirlo- Solté un suspiro, y de nuevo apoye mi cabeza sobre la mesa- Quiero irme

-Deja de ser tan llorón- Dijo Reiner- ¡Se un hombre y saludalo!

-No tienes que gritar idiota- Levi se quejo- Bola de imbéciles

-Oye, no tienes que ser tan malo- Dijo Sasha mientras le daba de comer a su hija

-La única inteligente aquí es la pequeña, ¿Cierto?- Levi acaricio el cabello de la niña, mientras le daba una pequeña sonrisa

La mesa comenzó a llenarse de voces, todos discutían mientras yo solo quería que me tragara la tierra. Me sentía nervioso, con ganas de vomitar. Me faltaba el aire y tenía calor, no soportaba más la espera. Mi cabeza fue golpeada y la levante, la esposa de Armin, Annie, me miro como siempre hacía, molesta.

-Deja de pensarlo y solo háblale, no arrastres el pasado de nuevo- Con eso cruzo sus brazos de nuevo, mientras vigilaba que nadie tocará a Armin

Sus palabras me calmaron un poco, me di cuenta que estaba siendo demasiado dramático, igual que un niño pequeño. Me reí de mi mismo y tome mi vaso de cerveza para darle un trago. Fue cuando el entro, me quedé mirándolo, mientras el preguntaba en la puerta

Se veía tan diferente, no había rastros de aquel Marco tímido, solo un hombre seguro. Su cabello estaba un poco más largo, el camino hacia nuestra mesa con una sonrisa. Desvíe la mirada cuando el me miro, tratando de disimular que lo estaba viendo fijamente. Seguí escuchando la discusión en la mesa, que ya no tenía nada que ver conmigo, hasta que Marco hablo.

-Siguen siendo igual de ruidosos- Dijo quejándose, mientras reía

-¡Marco!- Hange se levantó y lo abrazo por el cuello, besando su mejilla- ¡Por fin estás aquí!

Todos se pusieron de pie, saludándolo con emoción, abrazándolo. Era como si el tiempo no hubiera transcurrido para ellos, Armin presento a Annie, hablaban como si fuera cualquier día, mientras yo no podía mover las piernas.

El nerviosismo desapareció, dejando paso únicamente a una fuerte incomodidad, yo no pertenecía aquí, no tenía nada que hacer aquí. Suspiré y le di un trago a mi cerveza, casi golpeándome por lo idiota que fui, creyendo que podía estar aquí. Ya no era parte de la vida de Marco, me di cuenta muy tarde.

Poco a poco empezó a haber silencio, sentí la mirada de Levi, así que solo le sonreí para tranquilizarlo. Me puse de pie bajo la atenta mirada de todos y me acerque a Marco

-Ha pasado un tiempo- Dije con voz tranquila- Es un gusto verte

-Si, es bueno verte- No queriendo que se alargara más la situación, me acerque a el, y como si fuera un viejo conocido, lo abrace

-Te ves bien- Le di algunas palmadas en su espalda, y después regrese a mi asiento, en silencio- ¿Qué sigue ahora que llegó la estrella?- Dije sin darle importancia

-Seguir bebiendo, por supuesto- Dijo Levi, quien tenía una sonrisa burlona en el rostro

Me reí con el, aunque no sabía si era por la situación, o por mi estupidez.

Nadie dijo nada, simplemente se siguió con el flujo de la conversación. Le preguntaron a Marco como le había ido y que había echo, como vivía, y otras cosas, y aunque lo escuchaba con atención, no me atreví a involucrarme. Comí y bebí con ellos, hablando con los demás. Nunca cruce palabras con Marco.

-Bien, es hora de irme- Dije bebiendo el resto de mi cerveza

-¿Tan pronto?- Me preguntó Armin

-Prometo compensarlo- Dije poniéndome de pie

Escuché una serie de quejas, insulte a Reiner que empezó a molestarme, y mi mirada cayó en Marco. Tenía el ceño fruncido, mientras miraba el lugar donde descansaban las botellas de cerveza que había bebido. Me hizo un poco feliz que al menos se preocupara por eso, pero también me sentí decepcionado.

-¿Quieres que te lleve?- Me preguntó Sasha, ella no estaba bebiendo

-No, estoy bien. Pediré un taxi- Saque mi cartera y dejé un montón de billetes sobre la mesa, listo para irme- Les llamo cuando llegue

-Adiós- Dijeron en coro, haciéndome reír

-¿No vas a despedirte de Marco?- Se escucho la voz ebria de Hange- ¡Esta es su fiesta!

-No, no te preocupes, no hay problema- Empezó a decir Marco, incómodo

Aún así me acerque a el, y de manera casual, agite su cabello, como hacía antes.

-Claro que debo despedirme, es tu bienvenida. ¡Nos vemos después!

Aceleré un poco el paso, hasta salir del pequeño local, y poder respirar de nuevo. Solté un largo suspiro, me sentía cansado, mis emociones habían sido un revoltijo.

Debía irme a casa, lo sabía, pero no quería hacerlo. Empecé a caminar, un paso detrás del otro, sin ningún rumbo. Pensando en todas las cosas que pude haber dicho, en como había imaginado el reencuentro con Marco. Había estado tan equivocado.

En mi imaginación, Marco había corrido a mis brazos y me diría que todavía me amaba, para después estar juntos para siempre, muy diferente a lo que había sucedido en realidad. Marco había logrado lo que quería, olvidarme. Con solo ver sus ojos, tan brillantes, me di cuenta que el estaba feliz. No me necesitaba.

Empezó a llover, ni si quiera tenía energía para quejarme o maldecir, solo seguí caminando, hasta una parada de autobuses.

Tal vez era lo mejor, yo sabía que todo había acabado con Marco cuando se fue, pero todavía guardaba esperanzas. Darse cuenta que ya no era parte de su vida era doloroso, bastante. Senti mi pecho doler, así que deje de pensar en eso, no servía de nada.

Resignado, decidí irme a casa

Cuando llegue, el teléfono estaba sonando. Era tarde así que lo ignore y fui directo a bañarme, tenía frío por haberme mojado. El teléfono siguió sonando, así que conteste un poco preocupado.

-¿Hola?

-¡Jean!, ¡Por fin contestas, idiota!- Era la voz de Eren, con las palabras siendo arrastradas por el alcohol

-¿Qué sucede?- Pregunté con un suspiro

-Queriamos saber si ya habías llegado. TODOS estamos preocupados- Dijo casi gritando- ¡Marco también!

Me reí un poco, su voz era graciosa

-Dile a TODOS que estoy bien

-Espera, diles tu, ¡Marco, ven acá!- Escuché sonidos huecos, y después voces discutiendo- ¡Habla con el!- Tuve que alejarme del teléfono después del grito

-¿Hola?- Pregunto Marco

-Hola Marco, disculpa a Eren- Dije aclarando mi garganta

-¿Pero si llegaste bien?- Pregunto, se escuchaba preocupado

-Si, no te preocupes- Recordé su mirada, cuando vio las botellas de cerveza, y suspiré- Ya no hago lo de antes...

Se hizo un silencio incómodo, y me arrepentí de haber mencionado el pasado.

-No quería decir eso- Comento Marco

-Si, lo siento, fue mi culpa- Empecé a sentir dolor de cabeza, esto estaba mal- Estoy cansado, dile a Eren que me llame mañana

-Si, está bien

-Bien, adiós

Colgué el teléfono, sintiendome un imbecil otra vez. Al parecer, era como me sentía solo por hablar con Marco. Tal vez, lo mejor era no volver a verlo.

Amargo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora