-¿Matt?- La puerta se abrió, llamo mi nombre como le había pedido hace unos días
-Hola Marco- Lo saludé, sonreí en cuanto lo vi mientras me ponía de pie
-Perdona por molestar, se que estás ocupado- Dijo mientras entraba con carpetas en las manos- Te traje algunas propuestas para el restaurante, son sobre la publicidad que quieres hacer por internet
-Muchas gracias- Tome las carpetas de sus manos y las dejé sobre mi escritorio sin mirarlas- ¿Tienes planes está noche?
-No, ¿Necesitas revisar algo mas?- Me preguntó confundido, el seguía hablando de trabajo
-No, no es de trabajo- Dije apoyándome en el escritorio, tratando de parecer lo más seguro que podía- Podemos ir a cenar, o donde tú quieras, ¿Qué dices?
-Bueno, yo...- Se sonrojo, sus ojos brillaron un poco, mientras una media sonrisa aparecía en su rostro- Gracias por la invitación pero, tengo que rechazarla. Si es todo, me retiro
-¿Hay alguien más?- Pregunté despacio, no quieriendo que se fuera- ¿Algún novio?
-No, en realidad no- Dijo suspirando
-¿Entonces?- Camine hacia el, acercándome lo más que pude a su cuerpo. El me gustaba, no quería dejar pasar la oportunidad- No hay nada que lo impida, ¿Vamos?
Me miro por un momento y después empezó a reír. No sabía si hice algo extraño, pero escuchar su risa era hermoso. Todo el era hermoso. Por primera vez, me había enamorado de alguien.
-No pareces del tipo galán- Dijo- No te queda para nada- Me sentí avergonzado, al parecer no me veía para nada seguro- Pero si tanto quieres salir, lo haré. Como amigos
-Eso es injusto
-No, es mejor que nada- Dijo riendo de nuevo- Envíame la dirección y la hora, te veré ahí
Salió de mi oficina, dejándome un vacío. Suspiré, el sonido de su risa tardaría en desaparecer de mi mente.
Ese día reserve el mejor restaurante que conocía, me asegure de verme bien y que el tuviera todo lo que quería. No me importaba gastar dinero, tenía mucho más de lo que necesitaba, pero sentía que Marco merecía todo. Que tenía que hacerlo feliz.
Después de ese dia, salimos varias veces, hablar con el era increíble, me sentía a gusto y aunque a veces discutíamos por tonterías, estaba disfrutando cada segundo de estar con él. Nos volvimos cada día más cercanos, amigos de copas. Mis ilusiones crecían un poco cada vez que lo veía.
Aún así, no podía avanzar a ser más que eso, éramos solo amigos, era como si estuviera cerrado a cualquier acercamiento romántico que tuviera con el, también me había dejado claro que no estaba interesado en tener novio. Hasta que un día, de pronto me beso.
Fue el primer acercamiento por su parte, y dejándome llevar, lo bese como tanto había anhelado, sin pensar el porque de sus acciones. Simplemente acepte lo que quisiera darme en ese momento.
Me presento a sus amigos, a las personas cercanas a el. Era oficialmente su novio, su pareja. Era feliz a su lado. Hasta que un día me di cuenta que algo faltaba, que algo no estaba bien en esta felicidad que sentía. Marco siempre fue tímido, callado. Aún estando con sus amigos, no levantaba la voz para hablar.
Solo cuando el llegaba, sus pequeñas risas se convertían en carcajadas. Su sonrisa era enorme y sus ojos brillaban al mirarlo. De alguna manera, sentía que el me lo estaba quitando, aunque no hiciera nada.
Me sentí celoso de su relación, de su amistad, no me gustaba que estuvieran cerca. Muchas veces, en mis arranques de celos, le reclamé por preferirlo a el sobre mi. Marco me daba excusas para su comportamiento, me decía que eran imaginaciones mías, que el tenía novia.
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Amargo
RandomPor favor solo dale una oportunidad a la historia, además soy mala poner descripciones de mis historias y mucho más ponerles nombres