Amargo

Cinco

Me levanté temprano, Mikasa seguía durmiendo y trate de no despertarla al levantarme. La cubrí con la sábana de la cama y fui directo al baño para ducharme.

Decidí cocinar algo para ella, estábamos pensando salir hoy con nuestros amigos, llevábamos mucho tiempo sin vernos y era una buena oportunidad.

Puse un poco de música, mientras me movía por toda la cocina y comenzaba a cocinar. Prepare algo rápido y sencillo así que no tarde mucho, y después me puse a limpiar la casa, recogiendo todo. Después de una hora y al ver qué Mikasa no planeaba levantarse decidí desayunar antes. Al terminar lave mis platos y después comencé a lavar la ropa, por un momento me preocupé y fui a revisarla y ver si seguía respirando.

Después de suspirar con alivio, tomé mi celular y vi los mensajes de Marco, estaba hablando con el la noche anterior. Me había mandado la ubicación y la hora de dónde nos veríamos con todos, no conocía el lugar pero al parecer era bueno, así que no me queje y le respondí que nos veríamos ahí.

Mire de nuevo la hora, si Mikasa no despertaba, era posible que no comiera hasta que nos viéramos con los chicos, ellos querían que sea una comida, no una cena. Al parecer algunos tendrían que trabajar al día siguiente y nuestras reuniones siempre eran largas.

Con todo el dolor de mi corazón, decidí despertarla, arriesgando mi integridad por el peligro de ser golpeado por ella. Me acerque a la cama y primero descubrí su hombro, suspirando, la sacudí un poco mientras llamaba su nombre. Ella se quejo y me aleje enseguida, cubriendo mi rostro. Volví a llamarla, está vez acaricie su cabello y entonces abrió los ojos. Me miro mal

–Nena, tienes que levantarte– Dije con una sonrisa

–Pero es mi día libre...

–Lo sé, pero recuerda que nos veremos con los demás más tarde

–Bien– Gruño con fuerza

Me aleje de la cama mientras ella se levantaba, su cabello estaba hecho un desastre, levantado en algunos lugares y su rostro con lagañas. Se puso de pie y camino directo al baño, escuché la puerta azotarse y el agua correr.

Había pasado la emergencia

Llegamos al restaurante un poco tarde. Al entrar, lo primero que escuchamos fueron las voces de Sasha y Connie, así que sabíamos que todos se estaban divirtiendo.

–¡Llegamos!– Dije abriendo los brazos y sonriendo

–¡Hora de irnos!– Grito Marco

–¡Ustedes pagan los postres!– Escuché decir a Reiner, lo mire mal ya que, esto nos haría quedar en la quiebra

–Será solo uno por persona entonces– Dijo Mikasa– No pagaré los 20 que te comes, Reiner

–¿Me estás diciendo gordo?– Pregunto ofendido

–¿Acaso no lo eres?· Pregunto ella levantando la ceja

Berthold comenzó a reír, al parecer había subido de peso en los últimos meses, y siendo el hombre tan metrosexual que era, lo estaba matando.

Comimos en medio de risas, todos tenían algo que contar. Levi había terminado con su novio hace dos semanas, al parecer su pareja no soportaba su manera de limpieza excesiva, y lo dejo por un italiano mucho más alto que el. Hanji se burló de él, Moblit trato de detenerla y Connie solo le daba más cuerda a las burlas. Sasha se entretuvo en una conversación muy seria con Armin, sobre comida. Y Mikasa hablaba con Berthold y Reiner sobre maneras de bajar de peso. Yo solo observaba todo, atento a lo que todos decían. A mi lado estaba Marco, que no soltaba su teléfono.