Veintiséis

381 54 7
                                    

-¿Quieres ir a comer?- Me preguntó Marco, acostándose sobre de mi

-¿A dónde quieres ir?- Pregunté mientras seguía jugando con mi teléfono

-Armin me invitó, pensé que querrías hablar con el- Dijo quitandome el teléfono para que lo mirara- ¿Quieres ir?

-Si, no estaría mal verlo- Dije, aunque me sentía un poco nervioso- ¿Es buena idea?

-Me dijo que solo irá el- Hablaba de Eren, todavía era un tema delicado- Jean, ¿Hablaras con el en algún momento?

-No lo sé- Respondí sincero- Va a ser difícil verlo y, recordar todo. El me culpa

-Lo sé- Se quedó en silencio, mientras acariciaba mi mejilla

-¿Crees que me perdone?- Pregunté sintiendo un nudo en la garganta

-Si lo hará, aunque le tomara un poco de tiempo. Perdió a su familia, igual que tu

-Te tengo a ti- La frase salió sola, Marco era mi familia ahora

El solo sonrió y beso mi mejilla, para ponerse de pie.

-Lo veremos en una hora, date prisa

Le respondí que si y me levanté para vestirme también. Me sentía nervioso, había dejado de verlos durante casi un año y no sabía que tanto pudo haber cambiado en ese tiempo. Marco me había dicho que no habían muchas novedades, y que en realidad estaban esperando a que regresará a ellos.

Cuando lo pensaba mejor, en realidad yo hice que se alejaran. Los primeros días y semanas desde el accidente, vinieron a verme muchas veces y siempre los sacaba o simplemente los ignoraba. Poco a poco dejaron de venir, a excepción de Marco, que a pesar de lo idiota que fui, no se rindió conmigo. Le debía mucho



-¿Dónde vamos a verlo?- Pregunté a Marco cuando llegamos al centro de la ciudad

-Me dijo que nos vería aquí, esperemos un poco- Reviso de nuevo su celular- Dice que ya nos vio

-¡Aquí estoy!- De pronto escuché que grito. Sus brazos se envolvieron a mi alrededor, mientras se reía- ¡Extrañaba ver tu horrible cara!

-Si, también me alegro de verte- Dije poniendo los ojos en blanco

-Estas muy flaco, ¿Acaso Marco no te da de comer?- Pregunto mirándolo

-Tiene bichos en el estómago, no es mi culpa- Comento Marco

-Que asco- Respondió Armin y empezó a reir- Bien, es hora de ir a comer. ¡Yo invito!

Armin se quedó a mi lado, así que trate de que Marco estuviera del otro y poder tomar su mano, pero se alejo de mi. Camino junto a Armin, hasta llegar al pequeño restaurante donde nos sentamos en una mesa cerca de la ventana.

-Es lindo- Comento Marco. Se había sentado del otro lado de la mesa- ¿Qué deberíamos comer?

-Algo que sea delicioso- Dijo Armin

Después comenzamos a hablar con normalidad. En un punto, Armin preguntó sobre mi estado y como estaba llevando todo. Fui sincero, le dije todo lo que sucedió, y como me sentía. El asintió en todo y hablo sobre como fue para los demás, empezó a llorar, dejando caer lágrimas sobre su comida.

Marco estaba callado, solo nos miraba y asentía algunas veces, pero permaneció en silencio durante toda la plática.

-Tengo que ir al baño- Dijo de pronto- Ya vuelvo

-No tardes- Dijo Armin limpiando sus ojos- Ah, que bueno es tener a Marco

-Si, es increíble- Dije sonriendo- Me ayudo mucho. Aún lo hace

Amargo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora