Treinta y uno

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-¿Esta todo listo?- Pregunté a Eren, mientras estaba agachado

-Si, acabo de terminar- Respondió sacudiendo su pantalón al ponerse de pie- Al menos está vez no llore

-Si, yo tampoco

Ambos miramos la lápida, aún era extraño ver su nombre grabado en ese frío gris. Habíamos limpiado todo alrededor y dejado muchas flores. Todos habían venido pero poco a poco se habían ido, hasta que solo quedamos nosotros dos.

Eren se sentó en el pasto, abrazo sus piernas y se quedó mirando por mucho tiempo la lápida, decidí darle un poco de privacidad y me aleje un poco. Era su momento para hablar con ella.

Lo mire a lo lejos, como empezaba a llorar y limpiaba sus ojos, tratando de ocultar las lágrimas. Su rostro estaba lleno de emociones, y cuando sonrió, supe que todo estaría bien para el.

Se levantó del suelo y camino hacia mi, sorprendiendome, me abrazo. Al principio no supe cómo reaccionar, y luego lo abrace con fuerza, consolando a ese pequeño niño. Sujete su rostro entre mis manos, y acaricie sus cejas, riéndome de el.

-Te ves horrible cuando lloras- Dije encogiéndome de hombros

-Lo siento...

-Todo está bien, yo también lo siento- Lo volvi a abrazar, sabía que hablaba de todo lo que había sucedido entre nosotros

No quería que dijera nada más, el echo de culparme era algo que había quedado en el pasado. No debíamos seguir reprochando nos nuestros errores, solo quedaba tratar de reparar el daño que nos hicimos.

-Me tengo que ir- Dijo limpiando sus ojos- Levi me está esperando, ¿Te veo después?

-Si, te mandaré un mensaje- El asintió y se alejo de mi

Suspiré, era mi turno ahora, despacio camine hasta donde hace un momento se encontraba Eren, me senté en ese mismo lugar con las piernas cruzadas, mientras bajaba la mirada con vergüenza. Sujete mi cuello, claramente avergonzado.

-Ni si quiera se cómo empezar...- Dije en el silencio- Es extraño hablar de esta forma- Suspiré y levanté la mirada, sentí que me miraba, como cuando estaba molesta- Lo sé, fui un imbecil e hice muchas cosas de las que no estás orgullosa. No tienes que decirlo... Pero ahora estoy bien, estoy acomodando mi vida, pero... Todavía te extraño, no creo poder olvidarte nunca...- Baje la mirada de nuevo, jugando con mis manos- Pero ya no me duele, por fin entendí que fue un accidente, aunque me costó mucho hacerlo y termine lastimando a las personas que más me querían. Marco se fue, ¿Sabes?. Me dijo que siempre estuvo enmorado de mi, increíble, ¿No?. Pero entendí muchas cosas cuando lo descubrí, la razón por la que siempre estaba ahí para mí sin importar nada más, el porque siempre estuvo junto a mi. Y también lo arruine todo.- Me rasque la cabeza con desesperación, recordando lo que hice- Fui muy idiota, lo lastime mucho, demasiado, y aún así me sorporto mucho tiempo, pero al final hice que se fuera. Cuando por fin me enamoré de él.- Sentí mis mejillas calentarse, al decirlo por primera vez en voz alta, y con todas las palabras- Se que puedes estar molesta, pero no pude evitarlo. Me di cuenta que en realidad siempre lo ame, de una manera muy diferente a ti. Tu siempre serás mi primer amor, me enseñaste muchas cosas, y todo fue mágico e inolvidable a tu lado, viví los mejores momentos y te ame, te ame con fuerza, eras mi todo, pero Marco... El siempre será el amor de mi vida. Marco es todo, por completo.

    -Siempre estuvo ahí, y yo siempre lo busque de manera inconciente, siempre quise mantenerlo a mi lado, diciendo que era como mi pequeño hermano, pero solo era la forma en que quería verlo, en como justificaba mi necesidad de siempre tenerlo a mi lado- Comencé a reír, recordando como siempre nos molestaban e incluso yo, lo trataba como mi pareja cuando éramos jóvenes, como lo molestaba- Lo siento, también me acabo de dar cuenta- Dije nervioso, casi imaginando a Mikasa furiosa conmigo- Aunque el se fue, y está vez no creo que regrese, se fue muy decidido a olvidarse de mi, incluso sin avisarle a nadie. ¿Puedes creerlo?, Es un tonto, pudo haber tenido un accidente o algo, es demasiado torpe... Y así lo amo, tan ridículo- Me reí con sorna, casi resoplando

     -Perdón, se supone que venía a verte pero terminé quejándome de todo- Pase mi mano sobre su nombre y sonreí, con lágrimas cayendo por mis ojos- Te amo, te prometo que seguiré adelante

Un viento fresco cruzo en ese momento, y aunque me pareció un poco ridículo, sentí su aroma, ese que me acompaño por tantos años. Cerré los ojos al sentir la calidez, y supe que todo estaría bien.

Al regresar a casa, decidí que era momento de cambiar. Había cometido muchos errores, y aunque lo quisiera, nada sería igual ahora.

Tome la decisión de empezar de nuevo, vendí el apartamento, me deshice de todas las cosas de Mikasa, donando algunas y tirando otras. Me cambié a un nuevo apartamento para una sola persona, nada lujoso, pero lo suficiente para vivir solo.

Compré ropa nueva, renuncie a mi trabajo, aunque esta vez lo hice bien, y conseguí uno nuevo. Alejado de todos los conocidos que tenía. Seguí en contacto con mis amigos, acompañándolos en los momentos difíciles y dejándolos estar a mi lado.

Eren también siguió a mi lado, nos hicimos cercanos de nuevo, compartiendo todo, como hermanos. El si era mi hermanito.

Viví el nacimiento de la bebé de Sasha, una hermosa niña con cabello castaño, igual que ella, pero los ojos idénticos a Connie. Hange por fin se fue a vivir con Moblit, Armin encontró una chica, Annie, con la que se fue a vivir y tuvieron un niño rubio igual a ellos.

Reiner y Berthold no cambiaron para nada, seguían viviendo juntos, trabajando en el mismo lugar, y siendo igual de estúpidos. Aunque eran felices.

Levi decía que no era necesario casarse, pero Eren quería hacerlo, así que estaba en el proceso de convencerlo para vestirse de blanco. Y yo sabía que Levi aceptaría, haría cualquier cosa por Eren.

Pasaron muchas cosas en 5 años, todos cambiamos, conocí personas, tuve otras relaciones aunque ninguna funcionó del todo, siempre sentí que algo hacía falta, además del echo que seguía esperando a Marco. Pero después de tantos años, y aún sin saber de el, acepte que todo termino, pero el amor que sentía por el nunca iba a irse, estar solo era lo que me hacía feliz ahora.

El silencio me gustaba, ya no sentía que me ahogaba o la desesperación de antes, podía estar tranquilo en mi propio espacio, disfrutando de las pequeñas cosas. Era algo bueno.

Y así se fue otro año.

Entonces recibí ese mensaje, que me hizo perder todas las fuerzas en mi cuerpo, y temblar como un niño pequeño.

    Volvió

Una sola palabra, que sacudió todo mi mundo en un instante

Amargo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora