-Eren...
-¡Cállate!, Te dije que no quería volver a verte...
-El no está aquí por ti, así que cálmate Eren- Pidió Sasha con calma
-¿Esta por ustedes?- Pregunto con sarcasmo - ¿Cómo pueden estar con un asesino?- Es su voz era claro el desprecio
-Oye, detén tu mierda, Eren- Regaño Connie- Esto no tiene nada que ver contigo, así que vete por favor
-Oigan, ya basta, no te preocupes Connie- Dije acercándome un poco a ellos- Está bien, me iré por mi cuenta
-Jean...
-Tranquila, los veré después- Le dije a Sasha para calmarla un poco- Adiós
Empecé a caminar lejos de ellos, no quería tener problemas y menos que ellos se tuvieran que preocupar, pero Eren no estaba tranquilo.
Sentí el golpe en mi espalda y después caí al suelo. Escuché a Sasha gritar el nombre de Eren, mientras Connie maldecía.
-¡Ya basta Eren!- Grito mientras corría
Sentí los golpes de Eren caer sobre mi cuerpo. En realidad, sus manos solo se agitaban sobre mi, golpeando en varios lugares. Cómo si estuviera frustrado y solo quisiera desquitarse conmigo.
-¿Cómo puedes estar tan tranquilo?- Empezó a decir, sus manos se detuvieron y solo sujeto mi camisa- ¡¿Por qué lo hiciste?!, ¡La mataste!, ¡Eres un asesino!
-Lo sé...
-¡¿Entonces por qué sigues vivo?!- Sus manos me sacudían con fuerza, sus ojos estaban llenos de lágrimas mientras me gritaba- ¡Ella era todo para mí!, ¡Me la quitaste!
-Eren...
-¡No!, ¡No digas mi nombre, no tienes el derecho!- Sus dedos quedaron blancos por la fuerza con la que me sujetaba- ¡Me dejaste solo!, ¿Por qué?, ¿Por qué tuvo que ser ella?
-Yo también la amaba, también la perdí...
-¡Pero tú la mataste!
No sabía que decirle, Eren me odiaba. Le había quitado lo que más le importaba, le había quitado todo. Connie se acercó y tiro de el con fuerza para alejarlo. Armin estaba hablando por teléfono, suponía que a Levi, mientras Eren seguía aferrado a mi.
-¿Por qué no fuiste tu?- Dijo en voz baja, Connie seguía sujetandolo- Hubiera sido mejor que tú murieras... Tu debiste morir...
-¡Eren!- La voz de Levi se elevó sobre nosotros, Eren lo miro enseguida
Levi se acercó y tiro de Eren con fuerza, lo envolvió en sus brazos mientras sollozaba con fuerza. Casi cayeron al suelo, si no fuera por Levi.
Yo quería desaparecer, el llanto desgarrado de Eren se quedaría conmigo para siempre. Sus ojos habían perdido todo el brillo de antes, su mirada infantil ya no estaba. Yo había destruido todo eso.
Armin me ayudó a ponerme de pie, sacudí mi ropa y camine lejos de ellos. No quería seguir mirándolos, quería huir.
-Jean, espera- Dijo Connie detrás de mi- Te llevaré, no puedes irte tu solo
-Connie, déjame solo- Pedí en voz baja- Por favor, solo déjame irme
-Pero Jean...
-Estare bien, mejor cuida de Sasha, está muy nerviosa
-Jean...
-Nos vemos después
Con eso camine hasta por fin salir del estacionamiento. Las calles estaban llenas de gente, pero solo los ignoraba. Mi cabeza se llenó de pensamientos horribles, sentí mi pecho apretarse mientras las palabras de Eren se repetían una y otra vez, las imágenes del accidente de nuevo llegaban a mi. La culpa me invadió. El dolor de nuevo regreso.
Me sentí desesperado, la ansiedad comenzó a recorrer mi cuerpo. Quería gritar, llorar, irme lejos de todos. Camine sin rumbo, solo escuchando el ruido a mi alrededor, tratando de sofocar mis pensamientos pero nada funcionaba. Mi teléfono sonó con varias llamadas de Marco, los mensajes empezaron a llegar.
Ya era tarde y todavía no regresaba, Mar o debía estar preocupado pero no tenía la fuerza para mirarlo.
Después de varios minutos, por fin llegué a mi destino. Ni si quiera había pensado en venir, pero llegué y sin pensarlo mucho, entre para hundirme de nuevo en ese bar.
Cuando llegue ya era tarde. Tropecé en la entrada y caí al suelo, me queje de dolor al golpear mis piernas. Las pisadas apresuradas llegaron hasta mi y levanté la mirada para verla
-¿Jean?, ¿Que sucedió?, ¿Por qué no respondías mis llamadas?- Me ayudo a levantarme de suelo, aunque mis pies no se coordinaban- Apestas Jean...
-Vi a Eren... El me odia bastante- Dije riendo- Me golpeó
-Sientate- Me dejo en el sillón, mientras de nuevo la escuchaba caminar
-Le quite todo, tiene razón... Yo debería haber muerto
-Jean... No es verdad- Se acercó a mi e inclino un vaso de agua sobre mis labios- Bebe, después irás a bañarte
-¿Por qué te fuiste?- Dije en voz baja- ¿Por qué tu?. Debería haber sido yo...
-Jean...
Levanté la mirada y tome su mejilla, sujeto mi mano contra su rostro y sonreí al verla.
-Mikasa... Te extraño...- Las lágrimas brotaron, mientras ella se quedaba quieta.
-Todo está bien- Susurró en voz baja, dándome una pequeña sonrisa.
Después de unos minutos, cuando las lágrimas se secaron, su imagen empezó a hacerse borrosa. Suspiré y simplemente me dormí.
Cuando desperté la cabeza me dolía bastante. Estaba en la cama y el arrepentimiento llegó enseguida al darme cuenta de lo que había hecho. Había bebido de nuevo, había dejado que Marco me viera de esa forma, otra vez.
Me levanté con cuidado, sintiendo que mi cabeza me daba vueltas al caminar.
Cuando llegue a la cocina, había un plato de comida servido y pastillas para el dolor. Eso me hizo sentir aún más avergonzado.
No recordaba como había llegado a mi casa, suspiré y bebí el agua junto con las pastillas para empezar a comer. El lado bueno, era que descubrí que ya no bebía tanto como antes.
La puerta se abrió y Marco entro, llevaba algunas bolsas en las manos con comida y me acerque para ayudarlo. Me sonrió en agradecimiento y dejamos las bolsas sobre la mesa
-¿Cómo te sientes?- Me preguntó al ver mi plato a medio comer
-Mal, horrible, y ni si quiera es por el alcohol- Dije sujetando mi cabeza- ¿Vomité al llegar?
-¿No lo recuerdas?- Me preguntó mientras empezaba a guardar todo
-Lo siento, solo recuerdo salir del bar y nada más- Dije jugando con mis manos
-¿Qué sucedió?- Me preguntó sin mirarme
-Me encontré con Eren... Y no fue lindo
-Te sigue culpando...
-Si, y tiene razón, es mi culpa, pero no seguiré pensando en eso.
-Jean, no puedes decir eso cuando te sigue afectando- Dijo Marco- Todavía te duele, por eso hiciste eso...
-¿Qué cosa?- Pregunté cuando se quedó callado, el solo negó con la cabeza
-Nada Jean, mejor termina de comer y tratemos de olvidar lo que sucedió- Se acercó a mi y dejo un beso en mi frente- Tienes que bañarte, apestas
Me reí de su broma y seguí comiendo. Aún debía hablar con Marco, y decirle lo que sentía, eso nunca salió de mi mente.
No importaba que, debía decirle lo que sentía pronto.
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Amargo
RandomPor favor solo dale una oportunidad a la historia, además soy mala poner descripciones de mis historias y mucho más ponerles nombres