SOMOS NOCHE

26.

Me despierto temprano, Hugo sigue durmiendo a mi lado con su cabello revuelto. Salgo de la habitación sin hacer ruido y en el camino me encuentro a Nía quien me toma entre sus brazos y no me suelta en un par de minutos.

- ¿ Estas bien? Me tenías preocupada -dice observandome de pies a cabeza.

- Estoy bien - digo sonriendo.

- Lo que sea que haya pasado entre tu y Hugo no es tan importante como el amor que se tienen...ayer salió descontrolado por ir a buscarte, no todos están enterados.

- ¿Quien lo sabe? -pregunto curiosa.

- Fla, Sam, Bruno y Mai...además de Javy.

- Te esperamos pero Hugo se negó a que pudiéramos hablarte...quería que estuvieras tranquila.

- ¿Anaju estas bien? -dice Flavio al salir al pasillo mientras se acerca a pasi rápido hasta donde estamos.

- Todo bien - respondo pasando mi mano por su pelo para desordenarlo.

- Si necesitas escapar de estas cuatro paredes avisanos...podemos acompañarte - dice mientras me sonríe tímidamente y luego mira a Nía quien asiente para apoyar lo que dice Flavio.

- Gracias por apoyarme - al mismo momento que termino de hablar una puntada me hace llevar mi mano al estómago.

-¿ Que pasa? - pregunta Flavio mientras se acerca a mi y pone su mano en mi espalda.

- Es solo un dolor que estoy teniendo desde ayer.

- Deberíamos ir al hospital

- Estoy bien - digo para tranquilizarlos aunque el dolor cada vez se agudizan un poco más.

Ya en la cocina nos disponemos a desayunar y yo solo puedo beber un poco de té, nada me entra y Javy hace bromas diciendo que el susto me quito el apetito y eso era algo muy raro en mi.

Minutos más tarde vemos a los demás entrar a la cocina, Hugo al verme sentada se acerca y besa mi cabeza mientras se come las tostadas que tengo frente a mi, me susurra preguntando si estoy bien y yo asiento mientras beso su mejilla.

La hora de comer nos la arreglamos con unas pizzas que pedimos y la mesa se llena de cajas vacías mientras nos deboramos la comida.

Me paro por un vaso de agua y Nía viene detrás de mi con una bolsa blanca y la coloca frente a mi.

- Creo que no es mala idea que hagas esto - dice dejando en mi mano la bolsa con una cajita rectangular que no tengo idea que es.

La abro y es un test de embarazo, la miro sorprendida y con un pequeño susto que me quita la respiración por segundos, me demoro en responder de lo impresionada que estoy.

- ¿Un test de embarazo? Eso es imposible amiga -digo devolviendolo.

- Solo salgamos de dudas- su semblante es serio y se que no se trata de una broma.

Yo y Hugo no nos habíamos cuidado algunas veces pero jamás me había pasado por la cabeza que podría estar embarazada.

- No lo creo Nía...no puedo. -digo casi suplicando que no sea así.

- Tienes náuseas, mareos y dolores de estómago además de estar pálida como un vampiro.

- Es por el viaje - digo a modo de excusa.

- Vamos al baño...te voy acompañar y estaré contigo. No te dejaré sola- toma de mi mano y me lleva al segundo piso donde esta el baño, casi que me empuja para que entre y dice que me esperará afuera.