51.

166 13 1
                                    


Llegamos a Bristol a una habitación de hotel cercana al centro, Hugo me mira divertido desde la puerta cuando corro hasta la ventana para observar el paisaje que tengo frente a mi. Hasta la calle más simple me parece increíble y es que venir a Inglaterra siempre había sido un sueño desde pequeña y me encantaba estarlo cumpliendo junto al rubio.
Veo como acomoda nuestras cosas y me indica que dentro de unos minutos saldríamos a comer.

Pasamos frente a las coloridas casas que adornan la ciudad y nos paramos en un restaurant que esta en una esquina, es pequeño pero bastante acogedor. Una chica de pelo castaño nos toma la orden y en pocos minutos llega con nuestra comida.

- Es Javy - dice Hugo mientras revisa los miles de mensajes que tiene de nuestro amigo.
- ¿No le vas a decir dónde estamos?
- No necesita saberlo, solo le dije que estoy bien y que estoy contigo.
- Nía no para de escribirme - digo mostrándole la pantalla de notificaciones.
- A mi me escribió diciendo que si esta vez te hacía daño diera mi carrera de cantante terminada.
- No la culpo...es lo que yo haría por una amiga.
                                 ~

Hugo

Tercer día en Bristol y yo cada vez estoy más encantada al igual que Anaju con esta ciudad, el arte callejero, las casas coloridas y los pequeños bares que adornan cada calle lo hacen una ciudad única. Hoy estamos camino a Brandon Hill.
Estoy bastante nervioso y Anaju se dio cuenta de ello, toma mi mano dejando pequeños círculos como caricias sobre mi piel. Sus ojos no paran de mirar a todos lados y se emociona con cada árbol y sendero que hay en este parque, al final sobre un pequeño monte vemos la Cabot Tower .

- Tenemos que ir ahí - dice tirando de mi mano.
- Es precisamente donde pensaba ir.
- Mira lo alta que es...¿ no te parece la torre de rapunzel?
- ¿Rapunzel? - pregunto mientras observo el antiguo edificio frente a nosotros buscándole la similitud que dice Anaju.
- Si, hasta tiene la pequeña ventanita en el último piso.
- Hay que subir - digo aferrándome a la cajita que llevo en mi bolsillo.

Rodeamos la torre y subimos la escalera de ladrillos, un olor a húmedo nos invade y el eco que se produce cada vez que damos un paso nos aporta un ambiente un poco fantasmal que a ambos nos gusta. Anaju tira de mi mano apurando el paso para llegar a donde está el mirador.

- Es hermoso Hugo - dice frente a la ventana observando embobada el paisaje desde arriba.

Sé que es ahora el momento, me arrodillo frente a ella antes que se gire y saco la cajita de terciopelo azul de mi bolsillo, la abro y siento mi corazón latir a mil por hora, estoy tan nervioso que no creo ser capaz de respirar por más de cinco minutos.
Anaju se gira sobre sus talones y sus ojos de agrandan más de lo normal, lleva sus manos a su rostro y palidece.

- Ana Julieta Calavia se que no soy el hombre perfecto y ordenado que esperabas para pasar el resto de tu vida, contigo he aprendido a madurar y afrontar mis errores, eres el equilibrio en toda mi locura, somos noche, día, frío y calor, te quiero de todas las formas posibles y estoy seguro que no quiero pasar otro día lejos de ti.
¿Quieres casarte conmigo?

- Por supuesto que sí.

Se arrodilla junto a mí y me abraza tan fuerte que casi me desestabiliza, beso sus labios y noto sus mejillas humedecidas por la emoción. Saco el anillo brillante de la cajita y lo deslizó por su dedo prometiendonos para siempre.
Alza su mano en el aire y lo observa embobada para luego lanzarse a mis brazos y apretarse como si no existiera un mañana. Ella es la mujer que quiero a mi lado.

Anaju

Estoy embobada con el paisaje que tengo frente a mi y me giro para ver a Hugo, la sorpresa que me llevó al verlo arrodillado frente a mi con su brazo estirando ofreciéndome un anillo de compromiso. Su declaración me parece de lo más dulce que hay y mi corazón está a punto de salir de mi pecho, es tanta la felicidad que siento en este momento que doy pequeños saltitos y me arrodillo frente a él para enrollarlo con mis brazos, esta temblando al igual que yo, desliza el anillo en mi dedo y no puedo creer que estoy prometida a este rubio desordenado que me pone mi mundo patas arriba y estoy segurisima que es todo lo que quiero en mi vida.

- Te amo, te amo tanto - susurro sobre sus labios y escondo mi rostro en su cuello.
- Te amo tanto que no estoy dispuesto a perderte una vez más. Prometo hacerte feliz por el resto de mi vida.
El eco que hay en el lugar hace que nuestra promesa sea más especial y única, como si todos los años que hay nos aportarán una mayor seguridad al paso que estamos próximos a dar.

Ya de vuelta en nuestra habitación me enrollo en la bata mientras salgo de la ducha, Hugo está sobre la cama con su teléfono.
Camino hasta su lado y me ofrece su mano, me subo a la cama y en un rápido movimiento me hace quedar bajo su cuerpo.
Sus besos no demoran en cubrir mi cuello haciéndome sentir mariposas en el estómago, su mano se dirige peligrosamente a mi entrepierna y me toca.
Tiro de su pelo y acaricio su espalda desnuda enrollando mis piernas en sus caderas.
Sus besos bajan hasta mi pecho dejándome pequeñas mordidas que me causan un leve dolor pero no lo necesariamente fuerte para pedirle que se detenga, mis gemidos se escapan y me mira con sus ojos más oscuros de lo normal.
Su mano está en mi entrepierna masajeando en círculos mientras aumenta la velocidad y haciendo que me humedezca ante él.
Desata el nudo de la bata y me deja una vez más desnuda frente a él, observa como reacciono ante su toque y baja peligrosamente sin perder de vista mis ojos, su lengua toca mi centro de nervios mientras me mete dos dedos y veo como se los lleva a la boca, rápidamente su lengua me toca y no soy capaz de ahogar mis gemidos.

- Vente para mí Anaju - dice con su voz ronca y pocos minutos después tiemblo frente a su boca.

Baja su boxer y los lanza al piso, se ubica frente a mi besando mi boca desesperadamente mientras creamos una lucha ardiente con nuestras lenguas y siento como su erección crece mientras choca con mi cuerpo.
Sin previo aviso entra en mi haciéndome gritar un poquito y sus embestidas rápidamente aumentan el ritmo.

- Haré que te vengas de muchas formas - gruñe contra mi cuello al mismo tiempo que me da pequeños mordisquitos.
- Más fuerte - susurro en su pido mordiendo el lóbulo dr su oreja que se que lo vuelve loco.
Se mueve más fuerte contra mí, me duele un poco pero no quiero que se detenga. Minutos más tarde ambos logramos el orgasmo al mismo tiempo y cae rendido en mi pecho.

- El sexo siempre es una obra de arte contigo-dice antes de salir de mi.

SOMOS NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora