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Luego de dos semanas Hugo había decidido volver a su rutina normal, yo por mi parte no podía avanzar, aún era poco tiempo el que había pasado y ni siquiera me animaba a salir de la cama por más de 3 horas.
Me había descuidad bastante, mi peso había disminuido porque mi ingesta de alimentos era casi nula, si no era por Hugo que me obligaba a comer no lo hacía, no me molestaba en vestirme bien, mi ropa se vasaba en pijamas y ropa de estar por casa sin un mayor esfuerzo, mi rostro hinchado y con tonalidades rojizas por el llanto y el orden del departamento había pasado a segundo plano. La discografía me había dado un mes libre para que pudiera  vivir el duelo tranquila...un duelo que aún no entiendo ni quiero entenderlo.
¿ Como es posible que se fuera de mi así como si nada?
Me repetía esa pregunta a diario y Hugo se encargaba de repetirme que no era mi culpa, ojalá pudiera seguir como él, sin sentir el vacío que tengo y volver a la normalidad.
Escuche como introducía la llave en la cerradura y después sus pasos.
- Cariño estoy acá- dice desde la entrada.
entrada.
Me limito a responder, sabe donde estoy y difícilmente me movere del colchón.
- ¿ Cómo estas? -pregunta besando mi mejilla.
- Igual que ayer y todos los días -respondo sin ganas.
- ¿Comiste? - se quita la ropa y se cambia a una más  cómoda.
- No tengo hambre.
Hugo sale de la habitación sin decir nada y más tarde llega con un sandwich.
- Por favor cometelo- lo deja sobre la mesita de noche y desaparece de ma habitación.
Lo noto molesto pero no le doy mayor importancia, me giro hacia la pared y trato de ignorar su presencia. Escucho como mueve algunos muebles y creo adivinar que está barriendo, minutos más tarde el olor a tabaco me llega a la habitación y asumo que esta en el balcón como suele hacer. Miro el reloj y son cerca de las 10 de la noche, mi estómago ruge de hambre pero juro que no soy capaz de comer más de una mordida, no me entra nada.
- Si sigues así sin comer un día de estos te voy a encontrar desmayada -dice mientras se lava las manos en el baño.
- Nada me entra Hugo...no tengo apetito.
- ¡No te creo! - grita -  cada noche mientras duermes escucho como ruge tu estómago por falta de comida pero tu no eres capaz de hacer nada por ti...te estás hundiendo Anaju.
- ¿ Y qué esperas que haga? - me paro de la cama y voy hasta la puerta del baño - ¿ Quieres que salga de esta puta casa y me vaya a grabar canciones como lo estás haciendo tú? - Hugo me mira y mueve la cabeza a ambos lados negando.
- Solo te pido que te cuides -camina hasta la cama y yo lo sigo.
- Perdón por no olvidar y superar tan rápido como tú - mis lágrimas comienzan a empañar mis ojos.
- ¿De qué hablas? No he olvidado nada - esta molesto y lo noto en su voz.
- No entiendo como puedes seguir tu rutina, supongo que nunca te importo tener una hija -se que me he pasado pero necesito descargar la rabia que siento dentro y estoy segura que me arrepentiré pero Hugo es a quien tengo al frente.
- Lo dices porque estás enojada...grita, llora deja de comer y hundete...pero no te atrevas a decir que no me importa. Sabes muy bien que daba mi vida por ustedes.
Su voz se quiebra y se sienta a los pies de la cama con su rostro entre sus manos, lo escucho sollozar y se me parte el alma escucharlo y me odio por haber provocado esto.
Me acerco a él y apoyo mi cabeza en su hombro.
- Lo siento - susurro acariciando su mejilla pero me aleja.
No me permite tocarlo y cuando se calma toma su almohada y una manta para irse al sofá.
Soy una estupida por haberlo herido con mis palabras pero ya ni siquiera se lo que hago connmigo misma...me estoy perdiendo.

Me despierto temprano, voy hasta el living para ver a Hugo pero no esta, la manta y la almohada están ordenadas a un costado y no hay rastro de él.
Vuelvo a meterme en la cama y una notificación me saca de mis pensamientos.
Muchos fans se habían enterado de lo ocurrido y mandaban mensajes de apoyo tanto para mi como para Hugo, parece increíble que semanas antes lo estaba haciendo público y ahora ya no tenía nada.

Hugo

Sé que Anaju no entiende el porqué he vuelto a mi rutina pero es información de mantener mi cabeza ocupada y no dejar espacio para que me invada la tristeza, no lo he superado como ella cree y me he preocupado por sacarla a flote todos estos días pero cada vez me lo pone más difícil.
Hoy fue el día en que todo explotó.
No puedo creer las palabras que salen de su boca, estoy consciente que lo doce porque esta dolida y enojada con el mundo y puedo aceptar que yo sea su saco de boxeo pero que me diga que no me importa ni nunca me importaron me duele, me clava, me hiere.
Puede ser un inmaduro en el pasado y no poner mis prioridades en orden pero todo esto me ayudó a crecer y ser responsable con mis decisiones y una familia con ella era lo que más anhelaba ahora.
No resisto y me quiebro ante ella, mis lágrimas salen y se acerca a mi pero la alejo, necesito estar solo.
A pesar que el sofá es lo bastante cómodo para poder dormir me hace falta, me muero de ganas de tenerla entre mis brazos y sentir su aroma, su pelo enredado en mi cara y pasar mi pierna por sobre la de ella.
Me voy temprano, mucho antes que ella se despierte, he quedado con Javy para hablar y ponerla al tanto de todo, Anaju ha estado ignorando las llamadas y mensajes de todos, yo soy el canal entre mis amigos y mi señorita.

Anaju

Habían pasado tres noches en las que me despertaba de madrugada buscando a Hugo, pero su lado de la cama estaba vacío desde la pelea, seguía durmiendo en el sofá y casi no cruzamos palabras más que para asegurarse que no necesitara nada. A pesar de que fui una tonta hiriendolo con mis palabras sigue estando pendiente de mi. Lo quiero, lo quiero tanto pero al mismo tiempo siento que nuestra relación está sobre una montaña rusa y esta vez estamos más en el fondo que nunca.
Estoy en el balcón fumando uno de los últimos cigarrillos que encontré sobre la mesa y escucho como gira la llave para luego entrar. Lleva su chaqueta de cuero negra con el cabello despeinado y me emboba cada vez que viste de esa forma. Su mirada se encuentra con la mis pero me giro y evito el contacto.
- Hola - saluda despacio acercándose hasta donde estoy - ¿ desde cuándo fumas?
- Los encontré sobre la mesa, no es nada - digo apagando el cigarrillo.
- Estaré fuera unos días por trabajo - dice mientras lo miro atenta.
Asiento sin decir nada y al ver que ninguna palabra sale de mi boca se da media vuelta.
- Hugo...lo siento, lo siento mucho. Perdón- me acerco a él y qieda frente a mi.
Su mirada es cálida, no me hiela como loa días anteriores.
- Esta bien - dice recorriendo con su vista desde mis labios hasta mis ojos.
Nos quedamos en silencio, observandonos, sus labios se abren un poco pero no dice ni hace nada.
- Hay comida en el microondas por si tienes hambre, voy a la habitación.
- Vendrá Nía - me giro hacia el sin entender a que se refiere - mañana por la tarde tengo que viajar a Valencia y le pedí a Nía que viniera para acompañarte.
- ¿ Me dejas niñera? - me molestaba un poco el hecho que no me lo preguntara, solo tomo la decisión sin saber la mía.
- Creí que te haría bien ver a Nía
Y tenía razón, siempre iba a ser agradable ver a mi amiga pero no encontraba energías para poder compartir con alguien estos días

SOMOS NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora