46.

181 16 0
                                    

Estamos sentados en la mesa uno frente am otro, noto su nerviosismo y estoy casi segura que puede escuchar el latido de mi corazón.
- ¿Cuand...
- ¿Cómo est...- habla al mismo tiempo - tu por favor - dice dándome el pase.
- ¿Cuando llegaste a España?
- Hace una semana, nadie sabe que he vuelto. Por fecha de contrato debía volver en unas cuantas semanas pero necesitaba verte - dice jugando con sus manos.
- ¿Porque?
- Sabía que todo este tiempo estuviste cerca de Alfred y antes de perder toda oportunidad de estar junto a ti necesitaba hablar contigo.
- Sé que Javy te hablaba de mi.
- Lo siento...sé que suena patético como si te estuviera vigilando, pero solo quería saber de ti...que estuvieras bien.
- Estoy bien - digo afirmando.
- Estas más delgada.
- Pero estoy bien.
- ¿ Que tienes con Alfred? - me pregunta al mismo tiempo que arruga su frente.
- Somos amigos y nos hemos vuelto bastante cercanos...solo eso -  asiente ante mi respuesta.
- Te pido disculpas por como terminó todo, jamás quise herirte de esa forma y no supe como ayudarte, con la pérdida todo empeoró y vi mi trabajo como una salida al mal momento en el que estábamos. No supe como enfrentarme a tu tristeza y no soportaba ver como te hundías cada día a pesar de mis esfuerzos de sacarte a flote - una lágrima se me escapa y Hugo la seca con la yema de sus dedos - aún así nunca debí irme.
- Yo también tuve culpa, no me di cuenta que viviste el duelo de otra forma y te puse entre la espada y la pared y me di un fuerte golpe. Pero ya es pasado.
- ¿Crees que podemos volver a intentarlo?
- No de esa forma - me mira sin entender y tomo sus manos entre las mías - creo que ambos necesitamos sanarnos e ir lento.
- Entiendo.
- ¿Porque me seguías en ese auto? Me asustaste más de una vez.
- Mi intención era cuidarte mientras estabas en la calle pero conseguí lo contrario.
- Tu y tus ideas Hugo - ríe encogiéndose de hombros.
-Debo irme.
Camina hasta la puerta y yo lo sigo, a mitad de camino se detiene observadome a detalle.
- ¿ Te puedo abrazar?
Sin responder abro mis brazos y los suyos me rodean, apoyo mi cabeza en su pecho y sus labios se posan en mi cabello, su cuerpo está tibio y me invade su perfume, acaricio su espalda lentamente y no quiero soltarlo, me apreta más contra él y creo que a ninguno nos basta un abrazo.
Lo quiero tanto que me siento en paz cada vez que me rodea con su cuerpo. De pronto lo siento más lejos, ya no me abraza pero toma mis manos y besa cada una.
- Cuidate por favor - susurra con sus labios pegados a mi frente.
- Tu también rubio - me pongo de puntita y beso su mejilla.

Minutos más tarde la puerta de mi departamento se cierra detrás de él, nuevamente me encuentro sola y hay muchas cosas que necesito asimilar en tan poco tiempo. Aún me cuesta creer que Hugo está en España y que todo se siente menos pesado.
Lo primero que hago es llamar a Nía, necesitaba contarle lo que acababa de pasar estos últimos días.

SOMOS NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora