48.

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Esa noche cenamos todos juntos y nos quedamos hasta tarde hablando de nosotros y en lo que estaba cada uno, como siempre con cervezas y pizza de por medio.
Mire mi reloj y ya eran casi las 4 de la madrugada, estaba cansada y mis ojos ya casi no se mantenían abiertos.
Le susurre a Nía que me iría a la habitación y me abrazo antes de dejarme ir.

                                      ~

Me desperté antes que todos por lo que decidí salir a correr, no era algo que hacía a menudo pero hoy me había levantado con ganas de estar un poco más activa.
Luego de media hora sin parar volví a la casa donde nos estábamos quedando, me extraño ver un auto más de los que habían la noche anterior y se me hacía bastante conocido. Se me hizo un nudo en el estómago casi sabiendo de quien se trataba. Me aferre al pomo de la puerta y llene mis pulmones de aire antes de abrir.
La sala estaba llena de mis compañeros, algunos en pijama y otros ya vestidos, frente a mi y dándome la espalda reconozco su cabello rubio.
Al verme entrar se forma un silencio incómodo y Hugo se gira para observarme, veo como Nía detrás de él me hace señas diciéndome que no tenía idea que vendría.
Todo se hace eterno y nadie rompe el silencio y se está volviendo más incómodo para todos que esperan mi reacción.

- Hola - saludo desde lejos, secandome una gota de sudor que corre por mi frente.
-Hola Anaju - responde Hugo caminando hasta mi. Me abraza y besa mi mejilla - te extrañe - susurra en mi oído.
- Voy a cambiarme - digo al grupo mientras subo rápido las escaleras.

Me siento en la cama asimilando el momento, no me esperaba ver a Hugo acá ni menos me había hecho la idea de tener que convivir con él por unos cuantos días.
Nía entra de un golpe maldiciendo en voz alta su presencia.
- Nadie sabía que venía, todos nos quedamos tan sorprendidos como tú- dice la morena sentándose a mi lado.
-Esta bien, no pasa nada. También es parte del grupo...era de esperarse.

Tomo una toalla del mueble que está junto a mí cama y camino hasta el baño.
- Anaju...- me llama la morena - ¿ estás bien?
- Estoy perfecto - digo para que no se preocupe.

No es que la presencia de Hugo me molestara pero tener que verlo a diario después de no saber nada de él y tener sexo por un calentón era un poco extraño y no quería tener que explicar a mis compañeros en los términos en los que estábamos.
El resto del día paso bastante tranquilo, estuvimos en la piscina la mayor parte del día para aprovechar el sol, había cruzado una que otra palabra con Hugo pero más que eso no. Sentía su mirada sobre mi de vez en cuando pero la quitaba cuando yo lo miraba. Tenia ma sensación de que ambos nos estabamos evitando sin siquiera tener una razón.

La casa estaba en silencio y lo único que se escuchaba eran los grillos desde el jardín, no lograba dormirme y llevaba así un par de horas. El calor me incomodaba y decidí bajar al patio para estar tranquila y sin despertar a Nía que se alargaba ante el más mínimo ruido.

Baje la escalera casi de puntillas tratando de no hacer ruido y salí al patio, corría un leve viento que me hizo envolverme con mis brazos, siempre me había encantado poder disfrutar de la noche en silencio y si había luna llena como esta noche mucho mejor.
Cerré mis ojos y me mantuve así por unos minutos hasta que el golpe de alguien entrando al agua y salpicandome frías gotitas me alarmó y sacó de mi tranquilidad.
Mire directamente a la piscina y vi como sacudía su cabello rubio ahora mojado. Hugo me sonreía acercándose a la orilla.
- Lo siento no te vi - dice avergonzado.
- Esta bien...no te preocupes - me paso la mano por mi frente para sacarme.
- ¿ No puedes dormir? - pregunta al mismo tiempo que sale del agua y se sienta en ma orilla de la piscina.
- No...no tengo sueño.

No puedo evitar fijarme en su torso desnudo, esta más trabajado que de cuando estábamos juntos y lleva unos cuantos tatuajes más en el cuerpo.

- ¿ Tu tampoco puedes dormir?
- No...además Javy ronca muy fuerte -ambos reímos.

Nos quedamos en silencio escuchando los ruidos de la noche, de vez en cuando su vista se posaba en mi y me revolucionaba el cuerpo.
Esta distraído jugando con el agua y yo me quedo embobada mirando cada centímetro de su cuerpo que conozco de memoria, podría repasar cada lunar de su piel con los ojos cerrados pero aún así  me atrae mirarlo como un imán, me avergüenzo al darme cuenta que me está observando sonriendo.
Estira su mano y yo la tomo para sentarme junto a él.

- ¿ Porque nos estamos evitando? - pregunta casi en un susurro extremadamente sexy.
Lo miro sin saber que responder y me sonríe enredando un mechón de mi pelo en su dedo índice.
- ¿ Porque no me dijiste que vendría?
- Porque no pensaba hacerlo.
- No te entiendo.
- Javy insistió en que venir sería una buena idea para arreglar las cosas contigo - me observa detenidamente pensando antes de hablar - pero no estoy seguro que así sea. Te veo incomoda con mi presencia.
- No se bien como comportarme contigo cerca.
- Como te de la puta gana...por ejemplo, yo ahora me muero de ganas de besarte y es justo lo que haré.

Cuela su mano tibia entre mi cuello y mejilla acercándome a él. Siento su aliento chocar en mi piel y mis pulsaciones se aceleran. Su toque nuevamente me hace perder la noción del tiempo y nos dejamos llevar en una batalla con nuestras lenguas que reclaman por el otro. Me recuesta sobre el césped y se acomoda encima de mi, moja mis piernas desnudas con su traje de baño y empuja fuerte contra mi dejandome sentir su reacción ante mi.
- Te deseo aquí y ahora -susurra entre dientes. Y no hace falta nada más para que acceda.
Lo enrollo con mis piernas y con su mano tibia me toca por encima de mi ropa interior de encaje negro.
Suelto leves gemidos y mi cuello es devorado por él, enrollo mis dedos en su pelo y muerdo el lóbulo de su oreja provocando aún más.
De un tirón corre mi tanga hacia un lado mientras yo bajo un poco su pantalón y no hace falta más para sentirlo dentro de mi.
- No hagas tanto ruido cariño - gruñe contra mi cuello mientras entra y sale de mi aumentando el ritmo. Me aferro a su cuello enterrando mis uñas en su espalda y ahogando mis gemidos en su oído.
Aumenta el ritmo y se que esta por llegar al orgasmo, calla un gemido en mi boca y pocos segundos después soy yo quien tiembla bajo su cuerpo.


SOMOS NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora