50.

159 14 2
                                    

Es de noche y los demás siguen abajo bebiendo como si el mundo se fuera a acabar.
No estoy segura de lo que estoy por hacer pero me atrevo a decir que he perdido la cordura y el alma aventurera y atrevida se ha apoderado de mi.
Tengo todo guardado  y doblado perfectamente en mi maleta, busco un papel para escribirle un pequeño mensaje a Nía y se que si no lo hago ahora no lo haré nunca.

" Amiga te prometo que estoy bien y me pondré en contacto apenas pueda" 
Te quiero.

Tomo mi teléfono de la mesa de noche y recorro el pasillo hasta el final donde esta la habitación de Hugo, toco un par de veces y me decido a intentar una vez más y a la tercera aparece por detrás de la puerta. Estaba dormido, lo noto por sus ojos hinchados y el cabello revuelto.
Mira mi maleta que está a mi lado y junta las cejas formando una arruga en su frente.

- ¿ Te vas?
- ¿ Nos vamos?
Apenas escucha mi respuesta abre sus ojos más de lo normal y una sonrisa se dibuja en su rostro, sabe a que me refiero sin la necesidad de explicarlo. Me toma de la cintura haciéndome entrar de golpe a su habitación cerrando la puerta a mi espalda, me arrincona contra la puerta y me besa, sin advertencias.

- Mete todas tus cosas en tu puta maleta y vámonos de acá -susurro contra sus labios.
- ¿Que le hiciste a la Anaju de hace unas horas? - pregunta divertido al mismo tiempo que pega su frente a la mía.
- Hazlo antes que me arrepienta.
Solo basta con decir eso para que corra por sus cosas y luego de quince minutos tiene todo guardado.

- No le digas a nadie, solo vámonos.
- No tenemos que decirle a nadie - dice con su voz ronca.
Toma mi mano y la besa antes de entrelazarla con la suya. Bajamos la escalera y es tanta la borrachera de mis compañeros que pasamos desapercibidos frente a sus ojos, guardamos nuestras cosas en el auto de Hugo y en pocos minutos estamos en la carretera con un destino incierto.

- Gracias - dice con la vista fija en el camino.
- ¿Por qué?
- Por decidirte a hacer esto.
Le sonrió y me pierdo en el oscuro paisaje mirando por la ventana. No iba a permitirme ver mi vida pasar sin hacer nada. Era hora de tomar las riendas.

- No tengo idea dónde vamos pero si estoy segura que no quiero pasar más días sin ti.
- Yo si se a donde vamos.
Lo miro sin entender a que se refiere, despega una mano del volante y busca en uno de los compartimentos del auto, saca dos sobres transparentes que me hacen pensar que son pasajes de avión.

- Tal vez sea una locura...pero los compre porque se que siempre has querido ir y tenía la esperanza que aceptaras.

Me los pasa y abro uno, el ticket tiene la hora del vuelo, el día de mañana cerca de las dos de la tarde, el asiento y el destino. Bristol, Inglaterra.

Mis ojos se empañan de la emoción y es que ni siquiera encuentro las palabras para agradecerle. Desde niña he soñado con viajar a Inglaterra y ahora viene este chico y me sorprende con pasajes de avión para menos de 24 horas.

- ¡No me lo creo Hugo! ....es que estás loco -chillo de la emoción y la felicidad se me sale por los poros.
- Ahora sé que te gustó - dice seguido de una carcajada al ver mi reacción.
- Vamos a Inglaterra...no me lo creo - digo en un susurro.
- Creetelo illa.

Tenemos 5 hora de viaje por delante desde Madrid a Barcelona, donde pueda recoger un poco de ropa más preparada y luego irnos al aeropuerto.
Estábamos contra el reloj pero la adrenalina que sentía en este momento era la mejor sensación en meses.
Junto a él me siento viva y es el directo responsable de volver a hacerme sentir.
Lo miro mientras conduce y le da sorbos a una botella de agua, su mirada está fija al volante y una de sus manos se apoya sobre mi muslo casi para asegurarse que no se vaya a ningún lado.

Si supiera que planeo quedarme lo más que pueda junto a él.

Hacemos unas cuantas paradas durante la madrugada para descansar y así dejar que Hugo duerma un poco mientras yo conduzco, no tarda mucho en cerrar sus ojos y caer en un sueño profundo.
Luego de cinco agotadoras horas estoy rápidamente haciendo de nuevo mi maleta pero esta vez con destino a Bristol.

- En 15 minutos llega el Uber - dice apoyado en el marco de la puerta con ojeras que delatan su cansancio.
-  ¿ Y tu ropa Hugo? - pregunto preocupada.
- No te preocupes, tengo todo lo que necesito en la maleta.
Me mira unos segundos y ambos estamos ansiosos por lo que viene.

Por altoparlante nos indican que es la hora de embarque, nos ubicamos en nuestros asientos y Hugo entrelaza su mano con la mía sin soltarla en ningún momento. Es consciente de que el despegue no es de mis cosas favoritas y en este momento estoy sientiendo más ansiedad que de costumbre.

- Gracias por estar aquí - susurra en mi oído y besa mi mejilla delicadamente.
Lleva mi mano a sus labios y la deja ahí hasta estar  en el aire.

Hugo

Cuando compré los pasajes a Bristol sabía que me estaba jugando la vida, Anaju había decidido llevar todo con calma y yo respetaba su decisión, pero hacer esto fue un impulso que pensé sería buena idea y no me equivoqué.
Ahora sujeto su mano para calmar los nervios que está sintiendo al momento del despegue. Cierra y apreta sus ojos mientras toma con fuerza mi mano y yo me aseguro de mantenerla a salvo.
Durante el vuelo se queda dormida apoyada en mi hombro, aprovechó cada segundo que pasa a mi lado para inhalar y casi drogarme con su perfume floral.
Me parece increíble ver como estamos ahora después de haber terminado tan mal, habíamos pasando por tanto en tan poco tiempo que nos sobrepasó en algún momento.
Ahora puedo decir que es ella a quien quiero, que puedo aguantar cualquier tormenta que venga si es por ella y voy a luchar con todas mis fuerzas para mantenerla a mi lado y hacerla feliz.

SOMOS NOCHEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora