Ron y tú nunca se habían cruzado en sus seis años en Hogwarts, hasta ahora. Cuando ambos se unen para romper una relación, te encuentras pasandolo mucho mejor con el pelirrojo de lo que ambos esperaban.
Esta historia no es mía, solo la traduzco.
-Li...
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Uno-
-Ah, parece que eres la primera en llegar-comentó el profesor Slughorn mientras yo entraba en su salón de clases vacío. Sonreí ante su comentario y decidí sentarme en un escritorio en la parte delantera izquierda, la parte delantera central siempre estaba reservada para Hermione.
-Entonces, ¿Cómo te llamabas?-Preguntó Slughorn, tratando de entablar una conversación antes de que aparecieran el resto de los estudiantes.
Sonreí de nuevo. -Soy T/N, T/N T/A. Soy de sexto año.
-Encantado de conocerte. Soy el profesor Slughorn. Ah, veo que eres una Hufflepuff- respondió, señalando mi corbata amarilla. Se inclinó hacia mí como para contar un secreto. -Hufflepuff siempre ha sido mi casa favorita- susurró, riendo.
El resto de los estudiantes entraron pronto y tomaron asiento. Seguí mirando hacia la puerta, esperando a que Cedric entrara, pero no lo hizo. Podría haber jurado que dijo que también tenía pociones en el primer período.
Sonó la campana y no se vio rastro de Cedric. Cedric es mi mejor amigo; los dos hemos sido inseparables desde primer año, cuando él se sentó a mi lado después de la ceremonia de selección.
Suspiré y me di la vuelta para mirar al frente de la clase una vez más, renunciando a la posibilidad de que Cedric llegara. Genial, ahora estaba sentada al frente de la sala, sola. Me hundí en mi asiento para esconderme un poco.
Slughorn comenzó a presentarse al resto de la clase y repasar los rituales habituales del primer día. No era nada que no hubiéramos escuchado antes.
De repente, la puerta se abrió de golpe. Fue Harry Potter y Ron Weasley, quienes entraron charlando en voz alta y desagradable. Se detuvieron cuando se dieron cuenta de que los ojos de toda la clase estaban puestos en ellos.
-Ah, Harry, mi chico. Estaba empezando a preocuparme-dijo Slughorn, dándose la vuelta para mirar a los dos chicos.-Veo que trajiste a alguien con nosotros-dijo, señalando a Ron.
-Ron Weasley, señor.
No había visto a Harry ni a Ron desde el año pasado. Ambos habían crecido un poco desde entonces. No pude evitar notar que la voz de Ron también se había vuelto un poco más profunda.
-Pero soy horrible con las pociones. Una amenaza en realidad. Probablemente solo voy a ...-Ron se calló cuando comenzó a retroceder lentamente por la puerta.
-Tonterías. Cualquier amigo de Harry es amigo mío-dijo Slughorn, desechando el argumento de Ron de no tomar la clase.-Toma asiento.
Harry corrió al frente de la sala para sentarse al lado de Hermione, el escritorio al lado del mío. Hermione le frunció el ceño por llegar tarde e interrumpir la clase.
Ron, por otro lado, avanzó lentamente hacia el frente de la habitación donde estaban sentados sus amigos. Se paró junto a su escritorio y miró a su alrededor.-Bueno, ¿dónde diablos se supone que debo sentarme?-preguntó con mucha actitud en su voz. Estaba claramente molesto.
Las mejillas de Hermione se pusieron rojas mientras toda la clase observaba la escena que Ron había creado con los tres. Ella se sentó y me señaló. -Siéntate allí, junto a T/N.
Ron y el resto de la clase se volvieron hacia mí cuando sentí la calidez correr hacia mi rostro. Dejó escapar un profundo suspiro antes de caminar perezosamente hacia mi escritorio.
Vaya, también me alegro de estar sentada a tu lado, pensé. Las pociones deberían ser divertidas este año.
Ron resopló mientras golpeaba su bolso contra el suelo. Se cruzó de brazos y tomó asiento. Traté de no mirarlo e hice un esfuerzo por mantener mis ojos pegados en Slughorn al frente de la clase.
Slughorn juntó las manos. -Muy bien, ahora que todos están sentados, comencemos, ¿de acuerdo?
El único plan de lecciones de Slughorn para el primer día consistió en contarnos viejas historias de sus primeros días en Hogwarts. Por emocionantes e interesantes que fueran, no pude evitar bostezar cuando concluyó su cuarta anécdota sobre Lily Potter.
Un ruido extraño vino de mi lado y miré para ver a Ron boca abajo en sus brazos, roncando.
Ni Hermione ni Harry habían notado que su amigo dormía durante la clase, ya que ambos estaban demasiado interesados en los cuentos de Slughorn.
Traté de estar tan atenta como ellos, pero sentí que mis párpados también se volvían pesados. Envidiaba a Ron y su esencia de no importarle un carajo.
Eché un vistazo al resto de la clase, que se veía tan cansado como yo. Afortunadamente, la campana debería sonar en cualquier momento.
Entonces lo hizo.
Todos comenzaron a luchar para recoger sus cosas y pasar al siguiente período. Hermione y Harry estaban tan apurados que aún no se dieron cuenta de Ron, que ahora dormitaba en un charco de su propia baba.
Los estudiantes salieron rápidamente del salón cuando Sloughorn comenzó a borrar la pizarra. Recogí mis cosas y me levanté para seguirlos.
Después de algunos pasos hacia la puerta, me detuve en seco para mirar a Ron. Probablemente debería despertarlo.
Sí, ya que ha sido tan amable conmigo hoy, pensé mientras volvía sobre mis pasos de regreso a nuestro escritorio.
-Ron-dije, inclinándome sobre él. No se movió. -¡Ron!-Grité, más fuerte esta vez.
Nada. Ese chico seguro que puede dormir.
Sin ideas, puse mi mano en su brazo y lo sacudí suavemente. -¡Ron!
Se despertó de una sacudida, jadeando ruidosamente. Miró ansiosamente alrededor de la habitación, obviamente confundido por su paradero.
-Oh, ¿se acabó la clase?-preguntó, bostezando y estirando los brazos sobre su cabeza.
-Sí, dormiste durante la mayor parte. Slughorn simplemente repasó el material que estará en el cuestionario de mañana.-bromeé, cruzando mis brazos.
Los ojos de Ron se abrieron y sonreí.-Estoy bromeando.-me reí.
-Oh.-Respondió, comenzando a recoger sus cosas. Se puso de pie para salir.-Gracias por despertarme.
-Sí, no hay problema.- Le respondí de pie junto a él. No sé por qué, pero esperaba que saliéramos juntos. Ron tenía otros planes, sin embargo, corrió delante de mí y salió por la puerta.
Suspiré y me volví para enfrentar a Slughorn. -¡Gracias profesor!- Le llamé, saludando.
Se dio la vuelta y me devolvió el saludo. -Adiós señorita T / A.
