Ron y tú nunca se habían cruzado en sus seis años en Hogwarts, hasta ahora. Cuando ambos se unen para romper una relación, te encuentras pasandolo mucho mejor con el pelirrojo de lo que ambos esperaban.
Esta historia no es mía, solo la traduzco.
-Li...
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Veintiuno—
—T / n, ¿puedes decirme qué pasó?— Preguntó Ginny una vez que los chicos se dirigieron al piso de arriba. Habíamos pasado casi todo el día jugando tonterías, y Ginny y yo nos quedamos para recoger las cartas.
No supe cómo responderle. ¿Qué podía decir que fuera creíble, pero que tampoco hiciera que pareciera que Ron y yo estábamos peleando?— Creo que estaba enojado porque yo estaba ganando.— comenté casualmente.— Es un gran perdedor.
Ginny rió.— Sí, tienes razón en eso.— Ella me miró sonriendo.— No quiero que rompan. Van muy bien juntos.
Sonreí ante sus palabras, pero por dentro me estaba rompiendo.— No vamos a romper.— le dije, reconfortándola falsamente. Técnicamente, era cierto. Nunca estuvimos juntos, así que no pudimos romper.
Pero sabía que era lo que iba a tener que suceder. En algún momento. Una "ruptura falsa", como lo había llamado Ron. No pude pensar en eso por mucho tiempo cuando las imágenes de Cedric y Hermione inundaron mi cabeza.
—Bien.— respondió ella, sacándome de mis pensamientos.— Sabes, probablemente solo esté enamorado de ti.
Con la palabra "amor" mi estómago dio un vuelco. Ginny notó mi cambio de expresión.
—Simplemente no sabe cómo expresarlo. O decírtelo.— Ella estaba diciendo todo esto con tanta calma.
"Oh," fue todo lo que pude pensar en responder. Mi mente estaba corriendo.
—¡Entonces! ¿Lo amas también?— preguntó emocionada, inclinándose hacia mí.
Ni siquiera tuve que pensar en contestar eso. Las palabras dejaron mi lengua tan fácilmente que me sorprendí incluso a mí misma.— Sí, lo hago. Lo amo.
Ella juntó las manos y comenzó a saltar arriba y abajo.— ¡Tienes que ir a decirle! ¡Ahora mismo!— exclamó, empujándome hacia la escalera.No pude responder. Dejé que Ginny me guiara hasta la puerta de la habitación de Ron. Me quedé allí estupefacta y no me moví.
—Buena suerte.— susurró antes de llamar a la puerta para mí y alejarse arrastrando los pies.
—¿Qué?— vino desde adentro. Supongo que Ron todavía estaba de mal humor.
Definitivamente no iba a decirle cómo me siento. No ahora. De hecho, nunca jamás. Y dudo que esté enamorado de mí. La única razón por la que seguimos haciendo esto es porque le gusta Hermione. Además, me dijo que nunca se ha enamorado.
—Soy yo.— chillé, sonando más nerviosa de lo que me hubiera gustado. Ron abrió la puerta lentamente y me dio una mirada extraña.
—Hola.— dijo,
Entré a la habitación de Ron para encontrar el colchón de aire desenrollado en el suelo.
—¿Necesitas ayuda?— Pregunté, arrodillándome a su lado. Tenía que hablar de algo, cualquier otra cosa ahora mismo.
