Ron y tú nunca se habían cruzado en sus seis años en Hogwarts, hasta ahora. Cuando ambos se unen para romper una relación, te encuentras pasandolo mucho mejor con el pelirrojo de lo que ambos esperaban.
Esta historia no es mía, solo la traduzco.
-Li...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Veinticuatro—
No fui a clase al día siguiente. No me atreví a enfrentarme a Hermione, Cedric o Ron (especialmente Ron) después de la escena que causé ayer. O cualquiera para el caso. Estoy segura de que toda la escuela estaba entusiasmada con mi pequeño arrebato. Y también sobre el hecho de que Ron y yo realmente no estábamos saliendo.
En cambio, anduve deprimida por mi habitación. Me distraje con libros y tareas al azar, pero nada de eso funcionó realmente. Ron seguía apareciendo en mi cabeza.
Alrededor de las 5 o así, alguien llamó a mi puerta. No tenía idea de quién querría hablar conmigo en este momento.
—¿Hola?— Pregunté a través de la puerta.
—T / n, ¿puedo entrar? ¿Por favor?
Era la voz de Cedric. No parecía particularmente molesto, pero no puedo imaginar que tenga algo bueno que decirme después de la bomba que arrojé ayer.
Abrí la puerta para dejarlo entrar, preparándome para lo que fuera que estuviera a punto de decir, solo para encontrar a Hermione parada a su lado.— ¿Puedo venir también?— ella preguntó. Parecía nerviosa.
—Siempre y cuando Ron no esté detrás de ti.— murmuré.
Los dos entraron y cerré la puerta detrás de ellos. Estaba lista para que me gritaran. Me lo merezco.
—No. Yo iré primero.— dije.— Lo siento, lo siento. Ninguno de los dos merecía nada de lo que Ron y yo estábamos tratando de hacer. Fue estúpido y desconsiderado.— me disculpé.
Los dos intercambiaron miradas.— Está bien.— dijo Cedric finalmente.
—Te perdonamos.— dijo Hermione, sonriendo.
Los miré con los ojos entrecerrados. Eso no era lo que esperaba.
¿Cómo pudieron perdonarme tan fácilmente?
—Bueno, gracias- comencé a decir.
Hermione me interrumpió.— Queremos ayudarte.
Fruncí las cejas.— ¿Qué? ¿Ayúdarme cómo?— pregunté.
Esta vez se miraron con picardía.— ¡Te ayudamos a conseguir a Ron!— exclamó Cedric, su rostro se rompió en ungran sonrisa.
—De verdad.— agregó Hermione.
No supe que decir. Después de todo lo que les hice, ¿querían ayudarme? Me sentí aún más culpable al saber que dos personas podían ser tan consideradas.