Break It Up -Ron Weasley ✓

9-Mentiras.

Nueve—

—¿Estás seguro de que te sientes bien por esto?— Le pregunté a Ron, quien luchó por abrocharse la camisa mientras usaba las muletas como apoyo.— Siempre podemos quedarnos aquí.— Para ser honesta, mis intenciones de quedarme en casa eran más egoístas de lo que dejaba ver. Temo la fiesta y ver a una persona en particular.

—Estoy bien.— insistió Ron, cerrando finalmente el botón superior.— ¿Ves?—  dijo, extendiendo las manos para mostrar su habilidad para abrocharse la camisa.

—Impresionante.— respondí rotundamente, pasando un cepillo por mi cabello una última vez mientras me enfrentaba al espejo sobre el tocador de Ron.

Se agachó para pararse detrás de mí y mirar hacia atrás a nuestro reflejo.— Te ves hermosa.— tarareó en mi oído, y sonreí por el cumplido.

—Gracias.— respondí, mirando su atuendo. Decidió vestirse un poco mejor esta vez, con una camisa abotonada y un par de jeans.— Te ves lindo también.

Frunció el ceño a la defensiva.— Sabes que odio cuando dices eso.— respondió, empujándome lejos de él juguetonamente.

—¡Oye—" Exclamé, saliendo de la caída.— ¿Qué otros adjetivos me sugieres que use?

—No lo sé.— suspiró.— ¿Guapo? ¿Atractivo? ¿Increíblemente guapo?— él enumeró.— Cualquier cosa menos lindo.

—Ah, sí. Mi novio increíblemente guapo.— bromeé, alegremente, riéndome de lo ridículo que sonaba.

—Lo sabes.— sonrió en respuesta.

Miré el reloj de la cómoda que mostraba la hora a las 7:20 pm.— Será mejor que nos vayamos.— ofrecí, acercándome a la puerta para abrirla para Ron, quien se tomó su tiempo y se acercó a donde yo estaba parada.

—Ah, entonces la caballerosidad no ha muerto.— bromeó mientras se abría paso lentamente hacia el pasillo.

Los dos caminamos juntos hacia la sala común de Slytherin. Nos acercamos a la puerta finalmente, Ron respiraba con dificultad mientras nos quedamos afuera.

—¿Eso es agotador?— Pregunté, levantando una ceja mientras observaba el estado de agotamiento de Ron.

—Solo ... toca ...— respondió entre respiraciones profundas.

Me reí y levanté la mano para llamar a la gran puerta de piedra, el sonido de una música amortiguada sonaba mientras esperábamos una respuesta.

La puerta se deslizó hacia un lado lentamente, la música ya no estaba apagada y ahora resonaba por los pasillos. Mi estómago dio un vuelco cuando nada menos que Draco asomó la cabeza para vernos a los dos.

—Uf, ustedes dos.— dijo de inmediato, rodando los ojos con disgusto. Él me miró fijamente durante más tiempo del que me hubiera gustado.

Le dediqué una sonrisa convincente.— Hola Draco.— lo saludé cortésmente, tratando de ser lo más amable posible mientras Ron estaba presente.— ¿Podemos entrar?

—Supongo.— resopló, claramente un poco borracho. Noté que la lata en su mano estaba casi vacía.

Entré por la puerta mientras Ron se agachaba detrás de mí, mirando alrededor de la habitación una vez más y asimilando la escena.

—Entonces, vinieron juntos.— dijo Draco, su discurso definitivamente fue arrastrado. Mordí mi labio mientras nos estudiaba a Ron ya mí juntos, nerviosa por lo que podría revelar mientras no estaba sobrio.

—Bueno, estamos saliendo.— disparó Ron, ya harto de las payasadas de Draco.

—Soy consciente.— respondió Draco, levantando una ceja y terminando el resto de su bebida. Evité el contacto visual con él tanto como pude, agarrando con fuerza el brazo de Ron, que estaba tenso bajo mis dedos.