Ron y tú nunca se habían cruzado en sus seis años en Hogwarts, hasta ahora. Cuando ambos se unen para romper una relación, te encuentras pasandolo mucho mejor con el pelirrojo de lo que ambos esperaban.
Esta historia no es mía, solo la traduzco.
-Li...
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Quince-
De repente, casi tan rápido como se cerraron, mis ojos se abrieron de golpe y me desperté. Tenía un fuerte dolor de cabeza y sentí un poco de náuseas. Miré hacia el reloj. 2 a. M.
El brazo de Ron a mi alrededor era tan cómodo que no quería dejar su abrazo. Pero mi estómago gruñó. También me moría de hambre.
Realmente me había olvidado de comer algo en la fiesta. Estaba un poco preocupada.
Por mucho que no quisiera, levanté el brazo de Ron y traté de deslizarme fuera de su cama lo más discretamente posible.
Justo cuando estaba a punto de abrir la puerta y dirigirme a la cocina, una voz ronca detrás de mí habló.
-¡Perdón!- Susurré grité.- No quise despertarte.
Se frotó los ojos mientras se adaptaban a la oscuridad que nos rodeaba.- ¿Qué te pasa y te despiertas en medio de la noche?
Me reí suavemente antes de responder.- Tengo hambre. Iba a bajar a la cocina a buscar algo de comida.
A la mención de la palabra "comida", Ron se animó. Comenzó a sacar las piernas de debajo de las mantas.- ¿Puedo ir?
-Claro, pero apúrate.- le dije, indicándole que se acercara a la puerta.
Los dos caminamos de puntillas por los pasillos y nos dirigimos a la cocina. La cocina está fuera del alcance de los estudiantes, pero de vez en cuando, la gente se cuela.
Una vez que lo hicimos, Ron cerró ligeramente la puerta detrás de nosotros.- Estamos adentro.- sonrió
-Está bien.- pensé en voz alta mientras abría varios gabinetes y contemplando las infinitas cantidades de comida.
-¿Qué hay de la mantequilla de maní y las chispas de chocolate?- Preguntó Ron, sosteniendo un frasco de mantequilla de maní.
Me reí.- Gracioso.- dije, volviéndome hacia los estantes.
-¡No estoy bromeando! Mamá solía hacerlo para nosotros cuando éramos niños todo el tiempo.- remarcó, agarrando dos platos de encima de mi cabeza.
-Está bien ...- estuve de acuerdo con escepticismo.
-Te encantará. Créeme.- dijo, agarrando un cuchillo y untando una gran cantidad de mantequilla de maní en los platos.
Se acercó a los otros estantes para encontrar chispas de chocolate. Sus ojos escanearon cada estante individualmente antes de encontrar la bolsa de plástico amarilla.
-Aquí.- dijo mientras lo tomaba de la parte superior.
Echó otra gran cantidad de chispas de chocolate en cada plato y me entregó una cuchara.
Tomó una cucharada de mantequilla de maní, mojándola en las chispas de chocolate y dando un gran mordisco.
Hice una mueca escéptica y miré hacia la "comida" preparada frente a mí.
