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¿Por qué aparecen de repente los pájaros...
...siempre que tu estás cerca?
Igual que yo, ellos desean estar.
Cerca de ti.
Parecía que había pasado una eternidad, desde que le vieron alejarse con una maleta en mano. Desde el último beso que había sellado en sus labios, y desde la última sonrisa que había dirigido hacia ellos. Ya se cumpliría un año desde la partida de su novio, desde que tomó aquel avión y viajó hacia una ciudad desconocida. Con cierta nostalgia, un chico de cabellos castaños observaba el vidrio empañado de la ventana de aquel vehículo, sonreía, cada vez quedaba menos para el regreso de su pareja y eso le hacía olvidar cualquier mínimo problema que rondará en su cabeza como un pensamiento fugaz. Escucho el sonoro chirrido de la puerta del autobús, y bajó tranquilamente, verificando que no le faltará ninguna bolsa en sus manos. El vehículo se alejo rápidamente, haciendo que el ruido que antes predominaba en su ambiente, se disolviera y quedara totalmente en silencio. Observo el cielo, aún era temprano, tal vez las siete de la mañana, todo se encontraba helado, ya que estaban en invierno, una de las épocas favoritas de cierto azabache. Suspiro, y se adentro a aquel apartamento donde fue rápidamente recibido por tres grandes perros de pelaje abundante, una sonrisa se formo en sus labios, y observo como detrás de ellos se encontraba su novio somnoliento.
-Lo siento, te desperté?...
-No hay manera de que pudiera seguir durmiendo con el escándalo que hacen ellos cuando llegas...- Hablo el muchacho de baja estatura, apuntando a los animales que parecían los más felices del mundo.
