✦TOBS カップル✦

𖣘MiyaKage𖣘

/Sonrisa/

Cuando había ocurrido?

Extrañamente, las últimas semanas, su "popularidad" había aumentado considerablemente. Y aquello se debía, a una estupida apuesta que una mandarina le propuso. No era realmente difícil, al menos no para las personas normales. Sin embargo, Kageyama Tobio no era una persona normal, ni capaz de poder hacer tal cosa.

"Solo deberás sonreírle a cada persona que se te cruce, incluso a los chicos!..."

El azabache, que realmente se encontraba molesto en esos momentos, era obligado a sonreírle a personas que no conocía, ni le importaba conocer. Por qué había aceptado en primer lugar? Ah, claro, por su orgullo y unos cuantos bollos de curry.
Su día escolar comenzaba normalmente, sin embargo, con la clara apuesta dando vueltas en la mente del oji azul. Esperaba con todas sus fuerzas, no cruzarse con ningún grupo de personas en la entrada a su preparatoria, pero la suerte no estaba de su lado aquel día, y pudo visualizar tres chicas que caminaban cerca de el. Tomo aire, e intentando ser lo más casual posible, se acerco a ellas.

- Buenos días...- Hablo el chico de 1.80 cm, formando una sonrisa en su rostro. Que siendo honestos, brillaba más que cualquier estrella en el cielo.

- F-Flores?!...- Grito una de las muchachas, que se encontraba con la misma expresión que sus amigas, ojos abiertos como platos y un gran sonrojo en sus mejillas. Acaso, era que aquel azabache estaba rodeado de flores?

- Huh?...

- A-Ah nada! B-Buenos días Kageyama-san!...- Respondieron las tres muchachas al unísono, haciendo una reverencia perfecta. El oji azul elevó una de sus manos en forma de despedida, mientras que su mente estaba llena de la frase "Que vergüenza..."

El chico siguió su camino, mientras un silencio rodeaba a las tres chicas.

- Aquel...Aquel era Kageyama-san?...- Se ánimo a preguntar una peli castaño, sin recibir respuesta alguna de sus amigas.

- Crees que podamos pedirle una fotografía?...

El azabache caminaba rápidamente, intentando no cruzarse con nadie no deseado, y mucho menos alguien que le hablara en ese momento. Faltaba poco para que llegara a su salón, sin embargo, una voz hizo que frenara en seco.

- Kageyama! El profesor me pidió que te diera esto!...- Acaso su día empeoraba cada vez más? Un chico se acercaba a el, con al parecer unos papeles en sus manos.

- Ah, gracias...- Respondió el oji azul, volviendo a sonreír como si de un angel se tratara. Las mejillas del muchacho ardieron por un momento, para luego verlo marcharse con la boca abierta.

Por fin había entrado a su salon, saludando a todos los presentes con su ya aclamada sonrisa. Absolutamente todos se preguntaban el porque de aquella repentina actitud, y aunque no tuvieran la respuesta, aquel Kageyama les agradaba mucho más que el antiguo, quien solo llegaba para tomar asiento y presenciar las clases.

𖣘

Después de haber pasado solo un día sonriendo "amablemente" a las personas, sus siguientes semanas se habían convertido en un infierno para el, pero el sueño de muchos otros chicos. El ser de alguna manera "popular". Las chicas llegaban a el, solo para declarar que le gustaban, y el tener que rechazarlas había sido una nueva experiencia para el, que poco a poco se convertía en algo tedioso. Realmente tenía ganas de matar a aquella mandarina, todo había sido su maldita culpa, y lo haría, la mataría en cuanto llegase la hora del club.
Las campanas sonaron, haciendo que el azabache saliera corriendo de su salon, para dirigirse al gimnasio donde como lo había dicho anteriormente, mataría a aquel peli naranja culpable de su actual sufrimiento.
No tardo tiempo en llegar al lugar, y con un fuerte estruendo abrió las puertas, solo para visualizar dos cabelleras, una rubia y otra de tonalidades grisáceas. En ese momento, prefirió que sus ojos le engañaran, antes de que fuera verdad.