Capítulo 7

1.1K 71 9
                                        

Jacobo

—Creo que lo mejor será que lo dejemos para otro día —me dice Nerea.

No consigo correrme. Mi amiga lleva chupándomela un rato, pero todavía no he explotado.

—Lo siento —me disculpo con ella.

Nerea se incorpora y la visión de sus preciosas tetas tampoco logra que me ponga totalmente cachondo.

Extiendo el brazo hacia la mesilla y cojo un cigarrillo. Lo enciendo y le doy una profunda calada.

—Es por ella, ¿verdad? —me pregunta de repente la rubia.

—¿De quién estás hablando?

Nerea pone los ojos en blanco y emite una sonrisa burlona.

—Vamos, Jacobo, no disimules. Me refiero a la pija esa de ojos verdes.

Sé perfectamente que se refiere a Sabela, no obstante, trato de disimular por si consigo desviar su atención hacia otro tema. Ya bastante me fastidia no poder quitarme a mi hermana de la cabeza, como para que encima venga Nerea y me lo recuerde.

—¿Qué tonterías estás diciendo? —le suelto.

—¿Te la estás follando?

—No me la estoy follando.

—No me mientas. Nunca ha habido mentiras entre nosotros.

—No lo hago.

—Admítelo.

—No tengo nada que admitir.

—No entiendo porqué te cuesta tanto admitir que te importa. Sé que te follas a otras tías y eso no me incumbe, solo quiero saber hasta qué punto esa chica te interesa. Nunca nos hemos engañado con estos temas y me gustaría que continuásemos siendo sinceros el uno con el otro.

Mi amiga tiene razón. Nunca le he ocultado el nombre de las chicas con las que estoy, al igual que ella. Nuestra relación se basa exclusivamente en el sexo, incluído también el gran cariño y la confianza que le tengo.

Y sin embargo, yo todavía no he sido capaz de decirle que Sabela es mi hermana.

—¿Te estás enamorando de ella? —vuelve a insistir.

—No me gusta Sabela —continúo negando.

—Eso no te lo crees ni tú.

—¿Como me va a molar mi hermana? ¡Sería un puto enfermo! —hablo de carrerilla sin pensar.

Los ojos azules de Nerea se abren como platos. Es evidente que mi revelación la ha sorprendido bastante.

—¿Tu hermana? ¿Cómo que esa chica es tu hermana? Eso sí que no me lo esperaba —me interroga casi sin poder creérselo—. No sabía que tuvieras hermanos.

—Es una historia muy larga. ¿Tienes tiempo para que te la cuente o debes entrar a currar pronto al bar?

—Tengo tiempo. No entro hasta las once de la noche —me dice—. Creo que te vendría bien contárselo a alguien.

—¿Te acuerdas del día que Sabela nos pilló follando?

—Como para olvidarlo —se ríe recordándolo.

Le explico la conversación que mi hermana y yo tuvimos ese día. A pesar de que le cuento casi todo, omito las veces que he ido a verla porque no me la puedo quitar de la cabeza.

—Joder, podrías haberme dicho que era tu hermana. No hubiera sido tan borde el día que vino aquí —toma la palabra cuando termino de hablar.

—¿Hubiera cambiado en algo tu actitud para con ella?

ALGO NUESTRODonde viven las historias. Descúbrelo ahora