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2 meses después

Mikasa tiene 3 meses de embarazo

-¿Que? ¿A donde crees que vas, idiota?
-Pregunto el ojiverde observando a la azabache tomar su bolso-Tienes que servirnos la comida

-Sírvela tú, tienes manos.

Se apresuro a levantarse para tomarla del brazo violentamente, a pesar de ser observado por su madre y sus hermanas.

-A mi no me vas a estar contestando, estupida
-la miro de forma amenazante mientras esta intentaba huir.

-Eren, déjala-ordenó Carla molesta, viendo como su hijo empujaba a la azabache a un lado.

-¿A donde vas?-pregunto molesta Gabi haciendo que la azabache dirigiera su mirada.

-No es algo que te importe-respondió molesta

-Nos importa porque deberías estar cuidando a nuestra sobrina en lugar de estar de ofrecida
-una ojiverde intentaba sacarle la verdad.

Todos observaban atentos como la azabache sacaba algo de su bolso, un papel que desdoblaba tranquilamente y con toda la paciencia del mundo, una sonrisa se dibujaba en su rostro al volver a leerlo. Se acercó para dejarlo en las manos de Carla, quien lo recibió rápidamente, leyendo cada una de las palabras escritas, la alegría inundó su corazón.

Extrañadas por la reacción de su madre, las dos mujeres se acercaron hasta ella para echarle un vistazo al papel que su madre tenía entre sus manos, sorprendidas por el descaro de la azabache la miraron molesta.

-¿No te da vergüenza estudiar así?-pregunto inquieta la niña ojiverde.

-¿Vergüenza?-pregunto tranquila arqueando una ceja-Gracias a tu hermano, la he perdido.

-¿De que hablas idiota?-el hombre se acercaba a la mujer de forma amenazante pero Carla lo detuvo.
-Tú no vas a estudiar-amenazo

-Lo lamentó-se disculpó-Pero ya me inscribí, no quiero ser una conformista como tú.

Aprovechando que Carla había detenido a Eren se fue lo más pronto posible para tomar el camino que la llevaría a su escuela, estaba muy feliz de poder regresar al lugar que siempre amo, Mikasa era una excelente alumna, tenía el mejor promedio en la escuela primaria y secundaria, pero lastimosamente había dejado ir las oportunidades de becas en escuelas prestigiosas por culpa de Eren, estuvo dispuesta antes a estudiar estando embarazada pero el hombre se lo impidió, en parte tuvo razón, su primer embarazo fue difícil, los síntomas eran fuertes, y a cada instante tenía que estar alerta por posibles desmayos.

Estando frente a ese lugar no se lo podía creer, estaba ahí, su sueño lo pudo lograr siendo madre de una bella hija, y de una o un hijo que estaba en camino. Recorrió todo el lugar, entro a una oficina buscando información sobre su aula y todo lo que necesitaba saber.

Unas horas después sonaba el timbre que indicaba la salida, paro su camino en la entrada nuevamente, recordó las veces que su padre salía temprano del trabajo e iba a recogerla en compañía de su madre, verlos ahí, juntos esperando que su pequeña Mikasa saliera de estudiar, de pronto se observa corriendo hacía ellos con una hoja en su mano, estaban felices festejando las calificaciones de su hija. Lágrimas salían de sus ojos.

Segundos después una azabache aparece frente a ella con una gran sonrisa, su corazón se emociona latiendo velozmente al igual que sus pasos para acercarse a su hermana, la abraza tiernamente como esa niña pequeña que imaginó, que recordó.

Es reconfortante.

-Mika, vayamos a casa, el lugar del que nunca debiste irte-toma la mano de su hermana menor pero esta la mira triste.

-No puedo, Pieck-murmuró cabizbaja, la mayor la observaba confundida no entendía aún su manera de actuar. Sabía que quería tener una familia, pero el hombre con el que estaba no deseaba eso.

-¿Te quedarás con él?-pregunto intentando mostrarse comprensiva, ve que asiente con timidez, le regala una sonrisa-Entiendo pequeña Mika.

Pasaron toda la tarde juntas como cuando eran más chicas, Mika le contaba de su día en la escuela con una gran sonrisa en su rostro y una emoción contagiosa, su hermana acaricia su cabello azabache para unos segundos más tarde decirle cuán orgullosa estaba de ella y lo que estaba logrando, esta se refugia en los brazos de su hermana mayor tocando a su vez su pancita que no era tan notoria pero aún así quería acariciarla para hacerle saber que estaba con su tía, que todo marcharía bien.

-Estoy saliendo con un chico-por fin salió de su boca lo que quería decirle desde hace unas horas, observó como su hermana procesaba la noticia, no reaccionaba estaba sorprendida pero alegre porque Pieck tuviera su primer novio.

-¿Que?-pregunto sorprendida-¡Pieck, tienes novio!-exclamo contenta

-Su nombre es Porco-murmuró con una gran sonrisa rascándose la nuca-Es el chico con el que me encontré ese día que te fuiste de casa.

-¿Ese?-pregunto impresionada, su hermana había conseguido a un buen chico, él paso por ella a la hora exacta, abrió la puerta del coche para que esta entrará y la cerró, era caballeroso, atento, llevaba meses rogándole a Pieck por una cita, fueron compañeros en la universidad donde ambos estudiaban gastronomía.

Él siempre estuvo cuidando de Pieck, algunas veces escucho a la mayor hablar sobre el chico pero no eran cosas importantes porque esta no le prestaba la mínima atención por estar centrada en los estudios.

-Estoy muy feliz por ti, hermana. Ese chico es digno de una mujer como tú.

Durante estos días Eren y Mikasa tienen algunas peleas que no son tan severas como las de antes debido al embarazo no se atreve a golpearla, pero si a darle una bofetada cada que "hace algo mal" las cosas que a él no le gusta o cuando lo contradice.

Pero aún así tienen sus "momentos felices" algunos besos, noches de pasión pero repentinamente los celos vuelven, el infierno revive.

Cierta mañana toman el desayuno juntos, Eren se queja de la comida sin sabor, empieza los reclamos hacía la azabache.

-¿Tenías mucha prisa en irte que se te olvido echarle sal a esta mierda?-pregunto molesto tirándole la comida en la cara, la azabache toma furiosa el vaso de jugo frente a ella y se lo avienta.

-Vete a la mierda-responde molesta cargando a Aiko para llevarla hasta su cuarto, sentía que se acercaba una pelea fuerte y no quería que la menor observara que tan vil podía llegar a ser su padre.

𝙈𝙞𝙨 𝙝𝙚𝙧𝙞𝙙𝙖𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora