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-¿Quien eres tú?-pregunto la azabache intentando descifrar quien era aquel que entró repentinamente a su habitación, pero enseguida lo supo uno de los integrantes de No Name.

-Tks, la cuatro ojos me arrastro hasta aquí
-murmuró-Hay un montón de paparazzis afuera, están buscándonos

-¿Que?-pregunto sorprendida
-¿Como se enteraron que ustedes están aquí?Por cierto,¿que hacen aquí?

-¿No haz escuchado, mocosa?-pregunto irritado la observo molesto pero su expresión cambio al verla con los ojos llorosos, no entendía, quizás fue muy grosero.

-Disculpa-se disculpó limpiándose las lágrimas con rapidez-Después del embarazo tiendo a ponerme sentimental.

-Discúlpame a mí-murmuró el azabache tomando asiento en la silla más cercana a ella.

Pronto se escucho el sonido de la puerta siendo abierta por una enfermera que sostenía entre sus brazos a un bebé de piel blanca, cabello castaño, la mujer era seguida por la hermana de la azabache que tomaba la mano de Porco quien cargaba a una menor que sonreía sin poder creerse que ya era la hermana mayor.

Deja entre los brazos de la madre al bebé, el azabache a su lado echa un vistazo de forma disimulada, observa como la madre le sonríe de manera dulce, sus ojos brillantes, una ilusión presente, lágrimas comienzan a salir junto a una caricia delicada en la carita del bello ángel en sus brazos, reacciona y abre sus ojitos para saludar a su madre, son unos ojitos encantadores grandes color ámbar, demasiado similares a los de la señora Jaeger.

-Perdóname-murmura triste repetidamente , esta desconsolada, si ella no hubiera salido de ese ambiente ¿donde estaría ahora este bello ángel? Esos ojitos jamás hubieran visto el rostro de su madre, ni ella el de él.

Se lamentaba rotundamente, su llanto no se puede controlar, era culpable de haberlos echo llegar a ese infierno junto con ella, llama a la pequeña Aiko y besa su frente.

-Mami, no llores-toma de su mano para hacerla razonar, la mujer la observa con una gran sonrisa en el rostro.

-Lo siento tanto mis niños-limpia de manera rápida sus lágrimas.

Aiko intenta ver a su hermanito pero no puede, su estatura se lo impide, la niña observa al hombre sentado alado de la camilla en la que su madre se encuentra. El hombre la mira confundido hasta que entiende que quiere que por favor la acerque. Carga delicadamente a la niña y la acerca, el lindo bebé no aparta la mirada de su progenitora que se encuentra agradeciéndole al azabache su acto tan dulce.

-Mi hermanito Murat-hablo emocionada
-¿Llegando a casa jugará conmigo?-pregunto contenta

-Él aún está pequeño, pero después lo hará
-respondió la azabache

La hermana de la azabache se acerca junto a su pareja para mirar al bebé, Mikasa permite que lo tomen entre sus brazos y lanza una pregunta que hace que Pieck se moleste.

-¿Eres tonta?-pregunto molesta
-Todos estamos aquí, tu familia de verdad, todos los que te amamos y tú solamente preguntas por Eren, hasta el cantante de No Name vino a pesar de su apretada agenda-hablo furiosa-Le llamaré, es lo que tanto deseas, lo haré pero se que arruinará este día tan especial como siempre lo hace.

Dejo en los brazos de Porco al pequeño bebé y salió de la habitación, todos estaban en silencio, el azabache estaba algo incómodo ante esa situación que acababa de pasar.

-Tengo que retirarme-baja delicadamente a la niña y intenta irse pero la mano de Aiko lo detiene.

-No se vaya-lo intenta acercar a la camilla
-Aún no carga a mi hermanito, no sea grosero
-lo miro molesta, juzgándolo con la mirada

El azabache no sabe que hacer, ni que decir, pronto Porco se acerca a dejar al bebé en sus brazos, estaba nervioso, como si fuera la primera vez que cargaba a un bebé.

-¿Porque tiene vendas en su rostro, señor?
-pregunto curiosa la pequeña niña
-¿Es feo?

Mikasa esta apunto de regañarla pero una sonrisa adorna el rostro del cantante. Porco carga rápidamente a la niña y sale en cuestión de segundos, esa chiquilla era muy curiosa, tenía miedo que preguntara cosas indebidas.

-Así que Murat-hablo intentando romper el silencio-Nunca había escuchado ese nombre

-Oh, es que...

-Es lindo-admitió acariciando las mejillas del bebé que dormía plácidamente entre sus brazos

-¿Cual de los dos?-pregunto esbozando una sonrisa

-Los dos-respondió sin dejar de mirar al bebé

-Murat es uno de los bebés más lindos que he visto, para una madre siempre serán lo más bonito del mundo.

-No todas son así, mocosa
-suspiró triste
-¿Porque haz pedido perdón?
-pregunto confundido

-En el embarazo yo y mi bebé hemos sufrido algunos golpes.

Le dolía decirlo, porque no quería admitir que su pareja fue una bestia que se atrevió a ponerle una mano encima a una mujer embarazada.

-¿De parte de quien?-pregunto inquieto
-Por lo que he escuchado tu familia odia a tu pareja, ¿fue él?

-No-respondió entre sollozos
-No quiero que se hable más del tema

-Eres demasiado obvia, mocosa. Pero no te obligaré a contárselo a un extraño.

-No quiero que mis hijos, que mi familia viva con un odio hacía él, no merece que sintamos algo por él.

-¿Porque? Se lo merece, dime mocosa, ¿te parece correcto que un hombre golpee a una mujer?
-pregunto molesto observándola negar con la cabeza
-No es correcto, no esta nada bien, y mucho menos ser tan salvaje de ponerle una mano encima a la madre de tus hijos.

-Yo se que no esta bien pero...

-No hay ninguna excusa para eso, defiéndete a ti en lugar de él, a tus hijos siempre ponlos antes que a nadie, no sabes cuando los perderás-susurró lo último con tristeza, lágrimas por salir pero eran retenidas.

-¿Tienes hijos?-pregunto sorprendida
-Hablas como si conocieras todo lo que he pasado

-Tuve uno-respondió triste, sus lágrimas no aguantaron más y salieron, intenta consolarse acercando aún más al bebé a su regazo.

-Lo...lo siento

-No lo sientas, pero espero que algún día entiendas lo que te digo, que no sea tarde. Me tengo que ir.

𝙈𝙞𝙨 𝙝𝙚𝙧𝙞𝙙𝙖𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora