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La azabache ahora se encuentra sentada admirando la bella rosa roja que el hombre le compro, esos detalles que algún día quiso recibir de alguien más hoy los recibe, le da mucha felicidad ver que todo cambia para bien, es la primera rosa que alguien le regala, es emocionante, recuerda las palabras de Pieck "ni siquiera una rosa de nuestro jardín te ha regalado" y ahora esta él frente a ella, la toma entre sus manos para acariciar los delicados pétalos de esta y oler el aroma tan dulce y fragante que tiene, todo es bajo la mirada atenta de Levi que se siente muy bien por haber escogido el detalle correcto para esa mujer.

-Pensé que no lograría conseguirla, la florería cerca de mi trabajo cerró temprano.

-¿Como la conseguiste?-pregunta la azabache curiosa.

-Tuve que ir a varias tiendas pero ninguna me convencía, no tenían rosas rojas, ¿como es posible?

La risita de la azabache no se hizo esperar, él la mira confundido, ¿que es lo divertido aquí?

-No me digas que...¿estuviste visitando todas las florerías de la ciudad?-pregunta la azabache mirándolo bajar la mirada.

-Una compañera me dijo que a las mujeres les gustaban las rosas rojas-responde seco

La maldita de su amiga, o si es que se le puede llamar amiga a esa maldita cuatro ojos que le dio la idea de buscar una rosa roja porque era el color favorito de esa chica, andaba como estupido buscando él, su chofer y su asistente esa dichosa rosa pero todo era por mantener feliz a la mocosa.

-Los colores no importan, es un detalle que sigue siendo bonito sin importar que, gracias Levi

-No es nada

-Pero tengo que dejarte algo en claro
-Habla seria-No puedo estar en una relación ahora, ni siquiera salir, podemos ser amigos, tengo 2 hijos que cuidar y no quiero dejar de priorizarlos por algo pasajero.

-Entiendo tu punto pero, solo quiero una oportunidad, no tienes que preocuparte por mí, tus hijos están antes que nada y no me molesta, no tengo motivos.

Es así como él se gano aún más el corazón de la azabache que lo observa conmovida, era un hombre diferente, sería algo idiota compararlo con la bestia que tuvo por pareja anteriormente. Esta vez la vida le sonríe, le demuestra que todos tenían razón.

Pero esos momentos siempre son atormentados por los recuerdos de su antigua relación, las inseguridades y el miedo.

-Nadie te querrá con los hijos de otro, entiéndelo, menos si saben que eres una maldita ofrecida.

El azabache la observa confundido, sin pensarlo acaricia suavemente la mano de Mikasa para hacerla reaccionar, las lágrimas no se hacen esperar al igual que una repentina huida por parte de ella, no quería más sufrimiento, no más, hombres que la destrocen no, jamás volvería a eso, salía del lugar para intentar introducirse en su auto pero fue detenida por el hombre que tenía en una de sus manos la rosa.

-¿Que es lo que paso, mocosa?
-pregunta confundido
-¿Porque lloras? No llores, lo siento
-se disculpa repetidas veces intentando evitar su llanto, se siente mal porque cree que es su culpa que llore de esa manera.

-Como si llorar solucionara algo, zorra de mierda

Ella niega varias veces con la cabeza, pero el hombre sigue demostrándole una vez más la diferencia entre él y quien la lastimó, seca delicadamente las lágrimas de la mujer, deja la rosa entre sus manos, se disculpa nuevamente.

-¿Que es lo que tienes?-pregunta preocupado
-Mocosa, puedes decirlo, no pasará nada.

-Te atreves a abrir el hocico, a decir alguna puta palabra y verás lo que haré, Mikasa, no me retes

-Me quiero ir-murmura entre lágrimas

-Vamos, yo te llevo.

No se niega, tiene los mismos temores que antes, no quiere ser golpeada una vez más, no quiere que la lastimen, no quiere engaños, gritos,humillaciones... ya no quiere pasar más por eso.

-Comprendo tus miedos
-rompe el silencio el hombre que ahora se encuentra manejando el coche de la azabache
-Estoy dispuesto a esperarte el tiempo que sea necesario

Ella lo observa sorprendida, creía que después de este fiasco de cita él jamás querría volver a verla. Pero no, seguía impresionándola, su corazón totalmente emocionado por esas palabras le indicaban que no podía ser más que correcto el camino que tomo, que fue lo más sensato.

La rosa en sus manos era una clara muestra de afecto, más por la historia detrás de esta, le agradece al azabache, este dirige su mirada hacía ella que se encuentra sonriéndole tímidamente.

Utilizan los minutos de el largo camino para conocerse un poco, ese hombre acababa de cumplir recientemente 30 años, trabajaba en una empresa o algo así entendió la pelinegra, entre otras cosas surge la platica sobre el día anterior, él le pregunta sobre la canción que eligió, el porque la había escogido entre tantas.

-Me ayudo mucho en los malos tiempos, sufrí violencia domestica por varios años, me mantenía aferrada pero esa canción me hizo abrir los ojos, pensé que alguien por fin creía en mí pero estaba en un error...todos los que me querían lo hacían, pero yo no, tuve que estar completamente sola con mis hijos durante tres años para darme cuenta que el ambiente de familia no se consigue junto a un hombre. Esa es la razón porque escogí Clarity.

-Deberías comenzar a cantar-sugiere el Ackerman intentando procesar todas las palabras de esa azabache, jamás creyó que su música tuviera ese impacto en la vida ajena, pero ahora aquí estaba sintiéndose orgulloso de sus letras que alguna vez fueron despreciadas por empresas.

-¿Yo?-pregunta sorprendida-No, para nada, no lo hago de lo mejor, solo es un pasatiempo.

-¿Quieres decirme que demostrar lo que sientes es un pasatiempo?-pregunta atento a la respuesta de la azabache.

-No quiero descuidar a mis hijos solo por música, es difícil toda decisión que implica separarme de ellos, no quisiera perder tiempo solo por eso.

-Conozco una empresa que contrata a cantantes que están por iniciar su carrera, si los sorprendes que apuesto que si, te regala una grabación de cualquier canción que gustes, cover o algo echo por ti, puedes llevar a tus hijos. Pero la cuestión es que habrá ensayos diariamente para que cuando sea lanzado tengas conocimiento de lo que harás.

-¿Como sabes todo eso?-pregunta sorprendida por la cantidad de información recibida.

-Soy el jefe de esa empresa.

𝙈𝙞𝙨 𝙝𝙚𝙧𝙞𝙙𝙖𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora