Tres Hombres Muertos [NedPol]

51 4 7
                                    

Dedicado a Milo_Afternoon

.
.
.
.
.

Países Bajos había entrado en silencio, Polonia estaba tocando el piano, y su visita ya había sido anunciada; no se enfadó por la falta de recibimiento, no en circunstancias como esas.

—Lars —saludó distraído Polonia, apenas alejando sus manos unos segundos del piano.

—Ellos lo hicieron —comentó Lars, sin aspavientos o sutilezas; el no era así, y Feliks no mostraba disposición a hablar de ello (que poco o nada haría tratar el tema).

Feliks era así: no se ahogaria en problemas, aún si tuviera la soga sobre el cuello.

—Bueno, pues sí —dijo con ligereza Felikz—. Y no sorprende. Catalina ya tenía listo todo.

Lars se sentó junto a Feliks son decir nada más, sin preguntar si podía o no, o si tocar el piano en ese momento era un momento de soledad que el polaco buscaba (momentos inusuales, pero ocurrían).

Conocía a Polonia desde que fue un pueblo pequeño, y su relación comenzó cuando lo vio en persona, agradeciendo el acoger a sus grupos religiosos perseguidos, recibidos en brazos de una religión que los perseguía, pero procesada por alguien que les tuvo piedad.

Fue natural que sus visitas fueran frecuentes, y el brío observado de cómo Polonia empuñaba su espada,y sin dudar dejó de rodillas a Prusia en el pasado cuando podía, ganó su respeto, sus momentos compartidos sus afectos.

—Tres hombres muertos —murmuró Polonia, deteniendo la melodía que estaba tocando de forma repentina; no había miedo o ira, pero si una solemne dignidad—. En eso me verás cuando ellos me partan como les plazca.

Lars miró irritado a Feliks, que a veces era su amigo (y  en muchas ocasiones un amante), cuando el polaco intentó volver a poner sus manos sobre el piano.

Feliks —exigió respuestas Lars, o alguna palabra donde lo mirara.

—En eso te conviertes: cuando mueres, te recuerdan como un moribundo, luego como lo que fuiste en el pasado, y al final serás, en la memoria, de alguien un cadáver —dijo Polonia—. Por más que lo intenten ignorar, pensaran en mí. ¿Qué cadáver le tocará llevar a cada uno?

Lars apretó la mano de Feliks, frustrado, impotente de no poder hacer nada contra Gilbert, Roderich o Iván. Tomó el rostro del polaco con algo de fuerza, y lo besó con firmeza, con desesperación.

—Un hombre —anunció Lars, decidió (y le prometió)—. Tú eres y serás un hombre.

Feliks contuvo el aliento, ignorando su propia tristeza, y sonrió con dulzura al otro hombre.

Stories, Fate, & Etc [Hetalia] [Oneshots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora