Taehyung se rio entre dientes mientras el agua de la ducha caía sobre su cuerpo. Esa bella cabecita hueca le había proporcionado más diversión en las últimas veinticuatro horas de la que había obtenido en todo el año anterior. O puede que incluso más. Su vida era normalmente un asunto muy serio. La risa era un lujo que no se había podido permitir mientras crecía, así que nunca había desarrollado esa costumbre. Pero era normal cuando se había visto obligado a soportar toda clase de agravios para obtener una sonrisa.
Recordó el comentario de la chica sobre la perversión sexual. Si bien no era su tipo de mujer, no podía negar que había tenido pensamientos sexuales sobre ella. Pero no consideraba que fueran pervertidos. Para un hombre era difícil no pensar en el sexo cuando tenía que hacer frente a esos profundos ojos color cafecito y a esa boca que parecía hecha para besar.
Habría estropeado la diversión si le hubiera explicado que siempre llevaba un látigo cuando sabía que los trabajadores habían estado bebiendo. Los circos ambulantes eran como el viejo Oeste americano a la hora de resolver los problemas —había que prevenirlos antes de que surgieran— y la visión del látigo era una medida muy disuasoria para aplacar el mal genio de algunos y los viejos rencores.
Ella no lo sabía, por supuesto, y él no tenía ninguna prisa en contárselo. Por el bien de los dos, tenía intención de tener a la pequeña señorita ricachona en un puño.
A pesar de cuanto le había divertido el último enfrentamiento con su esposa, tenía el presentimiento de que la diversión no duraría demasiado. ¿En qué había estado pensando Hwang MinHo cuando le había ofrecido a su hija en matrimonio? ¿Tanto la odiaba que la había sometido voluntariamente a una vida que iba más allá de su experiencia? Cuando MinHo insistió en ese matrimonio, le había dicho que su hija necesitaba conocer la cruda realidad, pero a Tae le costaba mucho creer que no hubiera pensado en ello como en un castigo.
La candidez de _____ y su disparatado sistema de valores de niña rica eran una peligrosa combinación. Realmente le sorprendería que durara mucho con él, pero, por otra parte, había prometido que haría lo mejor para ella y pensaba mantener su palabra. Cuando _____ se fuera, seria por elección propia, no porque la estuviera echando o sobornándola para deshacerse de ella. Puede que no le gustara a MinHo, pero se lo debía.
Éste parecía ser su año para pagar grandes deudas, primero la promesa hecha a Park Hyung Sik en su lecho de muerte: hacer una última gira con el circo bajo el nombre de Park. Y luego casarse con la hija de MinHo. En todos esos años, MinHo nunca le había pedido nada a cambio de haberle salvado la vida, pero cuando finalmente lo hizo, le había pedido una barbaridad.
Tae había intentado convencer a MinHo de que podía lograr el mismo objetivo obligando a _____ a vivir con él, pero MinHo había insistido en lo contrario. Al principio le había pedido que el matrimonio durase un año, pero Tae no sentía tanta gratitud como para aceptarlo. Al final acordaron que serían seis meses, un período que concluiría al mismo tiempo que la gira con el circo de los Hermanos Park.
Mientras se enjabonaba el pecho, Tae pensó en los dos hombres que habían representado fuerzas tan poderosas en su vida, Park Hyung Sik y Hwang MinHo. MinHo lo había rescatado de una existencia de abusos físicos y emocionales, mientras que Hyung Sik lo había guiado a la madurez.
Tae había conocido a MinHo cuando tenía doce años y viajaba con su tío Daewon en un maltrecho circo que se pasaba el verano de gira por los pueblos de la costa. Nunca olvidaría esa calurosa tarde de agosto cuando MinHo apareció como un ángel vengador para arrebatar el látigo del puño de Daewon y salvar a Tae de otra brutal paliza.
Ahora comprendía los actos sádicos de Daewon, pero en ese momento no había entendido la retorcida atracción que algunos hombres sentían por los niños y hasta dónde podían llegar para negar esa atracción. En un impulsivo gesto de generosidad, MinHo había pagado a Daewon y se había llevado a Tae. Lo había matriculado en la academia militar y le había proporcionado el dinero —no el afecto— que había hecho posible que Tae sobreviviera hasta que pudo cuidar de sí mismo.
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Ángel | KTH
FanfictionUn matrimonio arreglado une la vida de una dulce y caprichosa muchacha, y un joven, tan serio como guapo, quien no tiene la mínima intención de ser el esposo perfecto. 《ㅡYa no te amo ㅡsusurró ellaㅡ no te amo en lo absoluto. A él se le puso un nudo e...