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Tae volvió a dirigirle la palabra cuando llegaron al nuevo recinto. Cuando bajó de la camioneta y empezó a desenganchar la caravana, le dijo a _____ que no volvería a trabajar con los animales. Que debía dedicarse a cosas más ligeras, como ordenar el vestuario y, claro está, aparecer en el desfile todas las noches.

Ella lo miró con el ceño fruncido.

—Pensaba que te alegraría no tener que trabajar tan duro —dijo él. —¿Qué es lo que te parece mal ahora?

—¿Por qué has esperado hasta esta mañana para aligerar mis tareas?

—Por ninguna razón en particular.

—¿Seguro?

—Déjate de rodeos y dime qué estás pensando.

—Me siento como una prostituta a la que están pagando por los servicios prestados.

—Vaya ridiculez. Había tomado la decisión antes de que nos acostáramos juntos. Además, quién dice que tendría que pagarte. Creo sin duda alguna que mi actuación fue buenísima.

Ella no picó el anzuelo.

—Dije que me ocuparía de las fieras y eso es lo que haré.

—Y yo te digo que no tienes por qué hacerlo.

—Y yo digo que quiero hacerlo. —Era cierto. Tras su experiencia con los elefantes, sabía que sería un trabajo duro, pero no podía ser peor de lo que ya había sido.

Había sobrevivido. Había recogido estiércol hasta que le salieron ampollas en las manos, había transportado pesadas carretillas y había sido golpeada por malhumorados elefantitos. Se había enfrentado al miedo y todavía seguía en pie —magullada, tal vez— pero con la cabeza bien alta.

El la miró con una mezcla de incredulidad y algo que casi parecía admiración, aunque _____ sabía que no podía ser eso.

—¿Por qué no me haces caso y dejas correr el tema?

_____ se mordisqueó el labio inferior y frunció el ceño.

—Mira, no sé qué me deparará el futuro, me limito a vivir el día a día. Ahora mismo lo único que tengo claro es que tengo que hacerlo.

—_____, es demasiado trabajo.

—Lo sé. —Sonrió. —Por eso tengo que hacerlo.

Tae la observó un buen rato y luego, para sorpresa de _____, inclinó la cabeza y la besó. Allí mismo, en mitad del recinto, con todos yendo de un lado para otro, con Brady y sus hijos ensayando sus saltos acrobáticos y Heather haciendo equilibrios a su lado. En medio de todo eso le dio un beso largo y profundo.

Cuando se separaron, ella se sentía débil y jadeante. Él levantó la cabeza y miró a su alrededor. _____ esperaba que se sintiera avergonzado por aquella exhibición pública, pero no lo parecía. Quizás intentaba compensar el incidente de la fiesta sorpresa, o tal vez sus motivaciones fueran más complicadas pero, sin importar cuál fuera la razón, había dejado claro a todo el que quisiera mirar que ella significaba algo para él.

_____ tuvo poco tiempo para pensar en el tema cuando emprendió sus tareas en la casa de fieras. Poco después apareció un joven llamado Trey Skinner que dijo que Tae le había enviado para ayudarla con el trabajo más pesado. _____ le mandó poner la jaula de Sinjun a la sombra y meter dentro un poco de heno, después le dijo que podía marcharse.

Por suerte, Lollipop no intentó escupirle de nuevo, pero aun así se mantuvo alejada de la llama. Además de Lollipop, Sinjun y Chester, en la casa de fieras también había un leopardo llamado Fred, un buitre con las alas cortadas y una gorila. Había también una boa pero, para su alivio, la serpiente se había convertido en la mascota de Jill y vivía en su caravana cuando no estaba en la exhibición.

Ángel | KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora