Un año desde lo sucedido había transcurrido, las heridas estaban sanadas, la relaciones comenzaban a curarse y la paz había vuelto... La guerra se terminó.
Rusmiet estaba nuevamente en el techo de casa; la gente festejaba la boda de Canadnia e Izuky, habían decidido hacerla ahí para que fuera algo sólo familiar; el joven ruso miraba hacia el horizonte, las plumas de sus alas se movían con el suave viento que había corriendo esa tarde; cerró los ojos y estiró las alas suavemente.
- me preocupa que siempre que no te encontramos estés aquí - OFNUBI se paró detrás del ruso luego de encontrarlo en el mismo lugar de siempre - ¿Todo bien? -
Rusmiet rió en voz baja, volteo a ver a la agencia y acomodó sus alas.
- todo en orden, sólo quería sentir el aire un rato - se acercó al otro joven y le dió una palmada en el hombro, se miraron y sonrieron suavemente.
- me alegra que esté todo bien - miró los brazos descubiertos de Rusmiet, por primera vez así como su cuello en un año no estaban cubiertos por una venda, cosa que le sorprendió bastante - ¿Ya lo haz superado?... -
- no en realidad, pero debo empezar por algo - bajó un poco la mirada y soltó un suspiro pesado que le hizo perder la postura tan perfecta que tenía.
- oh, come on boy, vas a superarlo, y te ayudaré en eso - tomó su mano un momento y le sonrió al otro chico, Rusmiet asintió con la cabeza, se acercó a él y lo abrazó con cuidado, lo cubrió con sus alas y se apegó a él buscando calma... La encontró igual que siempre - ¿Qué tal si me muestras qué tan alto puedes llegar con esas alas? -
Rusmiet rió, asintió con la cabeza, se separó del abrazo y miró hacia el final del techo, dió unos pasos hasta que llegó a la otra orilla, respiró profundo, corrió hacia la otra orilla, saltó y abrió las alas para empezar a volar tan alto como podía, cerró los ojos y siguió subiendo, se detuvo cuando se sintió listo y miró hacia abajo, viendo las casas tan pequeñas, observando su tierra y sintiendo el viento mover las plumas. Se dió la vuelta y se envolvió en sus alas empezando a caer, OFNUBI al ver esto gritó desesperado, pero Rusmiet sólo reía, al estar cerca del suelo abrió las alas levantando el polvo y cayendo de pié.
OFNUBI suspiró aliviado y negó con la cabeza mientras reía.
- estás loco maldita águila albina - OFNUBI se cruzó de brazos luego de acomodarse los lentes.
- lo sé muy bien, y mira, tú pareces un guacamayo azul - señaló las alas que habían aparecido en la espalda del otro y soltó una carcajada. OFNUBI abrió los ojos sorprendido y pasó una mano por su espalda sintiendo las alas que recién habían aparecido, las movió un poco y miró emocionado al chico.
- ¡creí que nunca las tendría! - empezó a agitar sus alas emocionado, eran un poco más pequeñas que las de Rusmiet, ya que estaban proporcionadas a su cuerpo, se movió emocionado y escuchó la risa de Rusmiet
- te enseñaré a volar si quieres evitar matarte - una pequeña risa se escuchó por último antes de que decidieran bajar para seguir con la fiesta.
><>< Dos días después ><><
Alnia estaba en el balcón viendo hacia la calle, todo estaba calma igual que su mente, sintió unos brazos rodear su cintura, cerró los ojos al reconocer esos brazos y se quedó quieta manteniéndose en calma.
- me recuerdas mucho a tus abuelos - Francia se quedó pegadita a la alemana y la otra chica soltó una pequeña risa.
- ¿Qué tengo de ellos que no sean los colores? - preguntó con gracia.
- la costumbre de enamorarse de los idiotas de los rusos... Second Reich se enamoró del Imperio Ruso, Third Reich se enamoró de URSS, Alemania un tiempo estuvo enamorado de Rusia, y tú te enamoraste de Rusmiet... También me recuerdas a ellos cuando estás molesta - Alnia suspiró y río por lo bajo, Francia tenía razón de lo que decía, no podía negar que aún estaba un poco enamorada de ese ruso que a ella le correspondía.
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Con La Sangre De Leyendas. [RUSMEX] Segunda Temporada
FanfictionHEY! ESTA ES LA CONTINUACIÓN DE CONTIGO SOY FELIZ PARA UNA MEJOR EXPERIENCIA TE RECOMIENDO QUE LEAS PRIMERO ESO PARA ENTENDER TODO LO QUE SUCEDE AQUÍ! Los años habían pasado, ellos estaban juntos otra vez, la familia había crecido al igual que el a...