three, two, one ... ¡GO!

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Rusmiet despertó con dolor de cabeza, el alcohol que había bebido en la noche le había dejado una pequeña resaca. Se levantó de la cama y se metió al baño, abrió la llave y se quitó la ropa, por curiosidad o si quieren llamarlo gusto se miró en el espejo, vió la cicatriz en su abdomen, y la bordeó con un dedo, luego se quitó las vendas y se metió a la regadera, el agua no estaba muy fría, pero no le molestaba. Dejó que el agua fresca le empapara la piel. Pasados unos cuantos minutos, salió del baño listo para comenzar a arreglarse para ir con los estados con los que comenzaría a trabajar.

Prendió el teléfono y vió que tenía algunos mensajes por contestar, ignoró todo excepto el de Alnia. La hermosa señorita siempre le deseaba un buen día a Rusmiet, y el muchacho siempre respondía con la misma frase que hacía a Alnia suspirar: "Gracias Solecito, espero poder verte hoy😗". Y aunque no se vieran en todo el día, a Alnia le encantaba saber que Rusmiet pensaba en ella antes que en los demás, pues siempre que se conectaba, era respondido de inmediato.

El chico sonrió un poco, sacó del clóset una camisa de color verde oscuro, de otra parte del clóset sacó un pantalón de entrenamiento militar oscuro y de la parte en donde guardaba los zapatos, sacó unas botas estilo militar. Era un atuendo formal sin ser exagerado como para llevar un smoking o ir en pants y playera. Se empezó a vestir; el agua fría le había bajado un poco el dolor, pero aún había molestia.

- ¿Puedo pasar? - México tocó la puerta antes de entrar a la habitación ordenada de su hijo, el chico le abrió la puerta a su madre y se dieron los buenos días.

- te ves muy guapo - México miraba a Rusmiet con ojitos nostálgicos, pero estaba feliz de ver a su hijo crecer. Rusmiet sonrió ante el cumplido, el chico siguió alistándose para salir.

- Rusmiet, estoy muy orgulloso de ti - el ruso se sintió como un pavo real con sus plumas extendidas cuando su madre le dijo eso, México siempre lograba hacerlo sentir un poco mejor, y amaba como su madre le reconfortaba.

- Gracias Mamá - el más joven abrazó al más bajito, México tomó las mejillas del poste que era su hijo y lo acercó a él para darle un beso en la frente.

- en la mesa te dejé un tupper con un sándwich de jamón y queso, también te puse una botella con agua y una manzana - México se sentó en la cama recién tendida del menor. Rusmiet sonrió, viendo como su madre le daba la lista de su lunch.

- má... Ya no estoy en la escuela - Rusmiet sacó a México de su nube de recuerdos.

- si, pero para como son esos cabrones van a querer llevarte a comer bien tarde, y es mejor que te lleves algo para comer - el hijo del Imperio Maya sonrió, conocía a sus estados, y esos weyes comían hasta tarde, así que no quería que su bebé pasará un mal rato.

- gracias mami - el ruso dijo lo último sin pensarlo, después de todo las viejas costumbres no se pierden.

- y si Sinaloa se pone pendejo dale un madrazo, nada más no lo vayas a matar, ese wey es el principal productor de tomate en el país - ambos rieron, Sinaloa a veces se ponía pesado con sus bromas y comentarios, pero el estado siempre había sido muy bueno con todos, aún con sus problemas con los narcos, él trataba de no darles importancia ante los demás.

- gracias por el permiso - se burló Rusmiet. Ya estando listo, salió de su habitación acompañado de su madre, tomó su desayuno y lo metió en una de las bolsas de la mochila; se despidió de su madre, y salió de la casa. Rusia se había ido a trabajar antes que ellos. La Unión Ruso-Mexicana sacó el casco de un mueble en la cochera y lo puso en el tanque de la moto, se subió y la prendió, esperando unos minutos a que calentara el motor. En lo que calentaba, sacó el teléfono de su mochila y vió otro mensaje de Alnia: " ¿Tienes libre hoy?". El ruso explicó que tenía la primera junta con sus estados, recibió un mensaje algo triste de Alnia, pero ella entendía todo. El ruso miró el mueble, apagó la moto y entró otra vez a la casa.

Con La Sangre De Leyendas. [RUSMEX] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora