Infierno (2)

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- él está con mi padre ahora... Deben estar hablando, espero...- habló el ruso, China llevaba un rato ahí, y había notado la presencia de Rusmiet hacía un rato atrás. El mexicano suspiró; le preocupaba su hijo, todos habían hecho y dicho cosas que habían vuelto a Rusmiet una jodida máquina asesina aún sin estrenar.

- gracias de verdad por aceptar la alianza, sólo espero que Rusmiet no deshaga el trato...- a China le preocupaba eso, que Rusmiet, al obtener el cargo total de ambos territorios, deshiciera la alianza en la que especificaban, que a partir del próximo año, México, Rusia y China jamás atacarían el territorio del otro, firmando un acuerdo de paz al saber el poder militar que ahora poseían ambos países .

- Rusmiet no es idiota... Aunque a veces actúe como uno, él sabe bien que le conviene y que no...- la plática terminó y China salió de la casa después de despedirse. México fue a la cocina y del refrigerador sacó un trastecito con gelatina de guayaba con chocolate, llevaba días con antojos así.

- Rusia, Quiero que hablemos sobre Rusmiet, necesito saber que la haz dicho...- México tomó una cuchara y empezó a comer aquella rara combinación.

- ¿Para qué quieres escuchar todo eso, realmente quieres enojarte?...- Rusia se puso nervioso, no entendía porqué México quería hacerlo repetir lo mal padre que se había vuelto. México dejó el traste en la barra de la cocina al sentirse algo mareado.

- quiero saber porqué mi hijo ya no confía en mí lo suficiente como para contarme porqué se sigue cortando - ambos se miraron, pues sabían que Rusmiet se cortaba con frecuencia, el ruso se percató de las acciones de México, no dijo nada.

- le he dicho cuántas veces dudé de él, le he dicho que me decepciona que no sea como yo esperaba... Eran mentiras, Rusmiet es mi mayor orgullo, y yo no hago más que romperlo más, sólo le hago daño... Pero yo no quiero ser así... Me están obligando , México, ya no sé que hacer...- Rusia abrió los ojos con desesperación, con algo de incomodidad acomodó el cuello de su suéter. México no sabía que hacer; eran su esposo y su hijo a los que debía apoyar, pero Rusia había cometido un grave error.

- Rusia, hay cosas que no me cuentas sobre lo que te pasa, y me preocupa eso, pero no debiste de haber dicho eso... Ya nos hemos peleado miles de veces por eso, ¡Pero no me chingues! Es nuestro hijo el que se está lastimando y también es nuestro hijo el que va a mandar a la mierda todo el trabajo y a todos si no dejas de comportarte así o por lo menos pides disculpas por lo que haz hecho- México de la nada empezó a llorar, no se sentía triste, sólo estaba frustrado.

- México ¿Porqué lloras? - Rusia tenía años de no ver a México cambiar de estado de ánimo tan rápido, ambos estaban sensibles sentimentalmente, sólo que México lloraba con más facilidad que Rusia, y Rusia, el se enojaba mucho peor que México.

- ¡porque tengo que ser más fuerte que nunca, Rusia! A ti te está haciendo daño tu gobierno y mi hijo se está alejando de mí, no estoy listo para verlo abrir las alas... ¡Entiendeme Rusia, por favor, debo ser fuerte para ustedes dos! - México se desahogó en el pecho de Rusia... Tristemente todas las palabras que salían de la boca del mexicano eran ciertas, él era el pilar que mantenía en pié a esa familia de manera emocional.

Rusia acarició la espalda de México, sintiendo como sollozaba de vez en cuando, se despegaron en uno del otro y fueron a sentarse en una banca de madera que tenían en el jardín, ya estaba oscuro, así que una pequeña farolita ayudaba a qué no estuviera en total penumbra el hermoso jardín que México amaba.

- Rusia, ¿cuando es que empezaste a cambiar, cuando empezaron a hacerte daño? - México subió los pies a la banca, Rusia se acomodó de modo en que ambos quedaran medio recostados.

Con La Sangre De Leyendas. [RUSMEX] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora