Infierno

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Escuchen la rolita :3

Nota:. Lo que sucedió en el especial de navidad (lo del beso) no está dentro de la trama, eso realmente no sucede así, sólo lo demás, lo del beso no pasa hasta dentro de un tiempo y de otra manera. ;-;

Ucana no había ido a hablar con Rusmiet el día después del disparo. La familia acudió al juicio en el que se acusó al hombre de intento de homicidio, para buena suerte, el tipo quedó encerrado, y tendría muchos años para pensar en lo que hizo.

Pasaron casi dos semanas para que Rusmiet consiguiera salir nuevamente sin la supervisión de algún adulto. Lo primero que hizo al salir de la casa, fue mandarle un mensaje a quien el solía llamar "zorra". El mensaje fue respondido a los minutos, dando una positiva de poder verse, acordaron un lugar algo alejado.

Cuando llegaron, Rusmiet bajó de la moto que había heredado, Rusia y México habían comprado otra, así que él heredó aquella bella moto que su padre había comprado unos años atrás. Llegó y se bajó, aún tenía algo sensible la zona de la herida, pero ya no había riesgo.

Ucana llegó con una mochila, una sudadera y un pants, hacía frío y el chico temblaba de vez en cuando.

- ¿Porque has tardado tanto? - Rusmiet se separó del tanque de la moto en el cuál estaba recargado, mirando como Ucana ocultaba sus mano en las bolsas de su pants y trataba de conseguir algo de calor.

- mi papá mandó a arreglar el carro, y no estamos muy cerca de donde vivo...- Ucana miró al chico que era más alto que él con algo de pena.

- ¿qué más da?... Necesito hablar sobre algo, sólo dame un segundo - Rusmiet sacó el seguro de la llanta y lo puso en la llanta trasera, se levantó y los muchachos comenzaron a caminar por la amplia banqueta. Ucana castañeaba los dientes de vez en cuando, a él no le gustaba sentir frío, y estar al aire libre sólo lo ponía peor.

- ¿Le haz dicho a alguien? - Rusmiet miró con intriga a su acompañante, esperaba una respuesta negativa, se suponía que nadie debía saberlo.

El canadiense tragó saliva, bajó la vista y tembló un poco, no pudo mirar al ruso a los ojos.

- se lo he dicho a mi madre... - se detuvieron en seco, volteando a verse, Rusmiet no pudo disimular la molestía que le ocasionó esas palabras.

- Se suponía que nadie debía saberlo ¿Sabes en qué problema nos vamos a meter? - fue casi en gruñido que expulsó todas esas palabras; Ucana se sintió pequeño e indefenso por su forma de actuar.

- t-te juro que no dirá nada, preferí que me pegaran a qué mi mamá le dijera a mi padre y se hiciera un problema grande - Ucana acarició su brazo y sintió aún los puntos donde habían moretones. Rusmiet bufó con desconfianza al pensar que el mundo se enteraría de su locura.

- bueno... Al menos nadie se enterará de lo que hicimos - algo en él lo hizo sonreir un poco, se acercó a Ucana y tomó su muñeca, con delicadeza se acercó a él y lo miró; esos ojos penetrantes y dominantes, hacían que Ucana temblará aún más de lo que estaba temblando. El ruso lo acercó y lo abrazó, sintió como el de menor estatura se apretaba contra él buscando calor, el cuál en cuestión de segundos ya le estaba siendo brindado.

- Rusmiet, tengo frío, por favor, entremos a algún lugar o algo... Me voy a enfermar - Ucana era sensible con las enfermedades, de una gripe podía pasar casi a una neumonía en días. Los chicos siguieron avanzando buscando algún lugar para resguardarse del frío. Llegaron a un café el cuál no conocían. Entraron y buscaron una mesa desocupada; una mesa para dos en una esquina estaba desocupada, se sentaron y el estadounidense sacó su teléfono, viendo la hora y sonriendo, aún tenía tiempo para estar con la persona que lo ponía loco. Rusmiet observaba en silencio cada movimiento o cada gesto. Por la mente del ruso, de vez en cuando pasaban pequeñas imágenes de Ucana... Imágenes del momento en el que le quitó la virginidad y lo hizo rogar por más.

Con La Sangre De Leyendas. [RUSMEX] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora