Crece...

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Había terminado la primera lección. Rusmiet estaba cansado por lo cuál se durmió en el carro, México tenía hambre y Rusia estaba orgulloso de cómo su hijo avanzaba tan rápido.

- Rusia... Tengo miedo - dijo el mexicano con esa voz de preocupación que mostraba en los momentos difíciles.

- ¿De qué? - bostezó - ¿De Rus? - se miraron un instante y México asintió con la cabeza. Acomodó su corbata y la aflojó un poco.

- tú los haz visto, sabes bien de lo que es capaz, casi mata a Dimitri aún siendo de tus mejores soldados... ¿No crees que deberíamos parar con eso? - tomó la mano de Rusia que estaba en el posabrazos y entrelazaron sus dedos, dando caricias de vez en cuando.

- lo hablamos hace un tiempo, Taquito, sabes que a él también le  están enseñando ésto... No quiero que se quede atrás como yo antes de conocerte - su explicación era buena y tenía razones para querer lo mejor para su hijo, no querían que repitiera los malos momentos que ambos vivieron...

- Rusia, yo entiendo lo que quieres para Rusmiet, pero esto es preocupante... Además, hay cosas que me preocupan - México apoyó la mano derecha en su cuello, justo en donde tenía aquella estúpida cicatriz. Suspiró.

- ¿De qué hablas? - ya casi llegaban a su casa, pasarían por unas cosas y luego irían a ver a URSS.

- hace unos días, en la junta que hacemos cada dos meses los integrantes de Norteamérica, escuché a Canadá hablando por teléfono...- México tragó saliva y luego miró a su esposo algo inquieto - escuché que algo  estaba casi listo y que cualquier acción de parte de un sujeto, haría que esto se activase - Rusia se estacionó en la orilla de la calle y miró fijamente a México.

- ¿No crees que ellos ya hayan creado su versión del K-25-H11I?... ¿O si? - los dos sabían a de lo que hablaban y de la posible amenaza que esto para su familia representaría. Si eso había sido hace unos días, debían de haber descubierto algo, era poco probable considerando los niveles de cada uno, pero eso no eliminaba la opción de que tal vez si habían encontrado algo...

><>6 años después<><

- Alnia, apaga esa mierda... Me duele la cabeza - Rusmiet estaba acostando en la cama de su mejor amiga con una migraña horrible. Sus padres estaban abajo firmando unos acuerdos. La señorita veía en su teléfono algún anime, que por la música y el ruido sólo le aumentaba el dolor. La chica rió.

- ¿y si mejor te callas y me dejas ver esto? - habló en broma la chica.

- ¿Quieres pelear? - Rusmiet igualmente bromeó, se acomodó la ushanka y se preparó para que Alnia cayera encima de él. Alnia se subió en su abdomen y lo tomó del cuello de la sudadera, rió victoriosa. Rusmiet se estaba dejando hasta ese momento; tomó las manos de la chica y la separó de su ropa, se levantó y quedaron forcejeando sobre la cama  hasta que Rus la tomó por la cintura y la empujó con fuerza, cayendo encima de ella y dejándola casi inmóvil al tener a un tipo que le sacaba dos cabezas de altura.

Alnia rió con fuerza al sentir como Rusmiet le picaba la panza con sus manos. Entre el escándalo que tenían no escucharon que alguien había subido las escaleras. Por los movimientos que hacían parecían lombrices; de repente Alnia trató de levantarse y Rusmiet por accidente picó uno de los pechos de su amiga y para su suerte, justo en ese momento entró Alemania con un paquete de galletas en la mano, el de lentes se quedó pasmado ante la imagen de su hija abajo de su mejor amigo y el chico con las manos muy cerca de sus pechos.

El muchacho salto de encima de la señorita y se acomodó la ropa y miró a su amiga y a Alemania repetidas veces con nervios; la niña también se levantó y se acomodó la ropa y habló:

Con La Sangre De Leyendas. [RUSMEX] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora