Siendo tres

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México estaba en la cocina de su casa, viendo como su hijo aprendía a prepar algo tan sencillo como la mezcla para las crepas para cenar, el mexicano le había pedido la receta a Francia después de haber probado las que ella preparaba.

- Mami.… ¿Te puedo preguntar algo? - el niño seguía moviendo la mezcla con una palita al paso que el mexicano prendía la estufa.

- claro Rusmiet - el mayor le sonrió a su hijo de 8 años, éste se detuvo y limpió sus manos con una servilleta de cocina.

- ¿Qué hago si me gusta alguien? - el que en su bandera portaba el símbolo soviético miró a su madre con ojos brillantes y llenos de ilusión. México colocó un poco de mantequilla en un sartén caliente y comenzó a cocinar las crepas.

- bueno, todo depende de qué le guste, por ejemplo, si le gusta jugar fútbol y a ti también, puede ser un buen momento para estar juntos mientras juegan y se conocen…- hizo una pausa y miró al ruso que estaba observando como el mayor preparaba lo demás.

- y… ¿Porqué la pregunta? - México sonrió un poco, tenía una idea de quién podía gustarle, era común que entre mejores amigos sintieran atracción, y como Alnia es su mejor amiga, tal vez el pequeño sentía cierta atracción hacia ella. Rusmiet se puso un poco tenso y desvío la mirada hacia el piso.

- Sólo quería saber, porque Alnia me preguntó y y-yo no sabía que decirle…- se escuchó la puerta abrirse, Paco empezó a ladrar como loco al oír que alguien entraba a la casa. Rusia entró con una bolsa del Oxxo.

- привет Пако (Hola Paco) - saludó al perro y segundos después vió venir a su hijo corriendo, cuando estuvo cerca de su padre el menor saltó y Rusia lo atrapó.

- ¡Hola Papá! - el pequeño se abrazó al cuello del mayor siendo cargado hasta llegar a la cocina, donde se encontraba México dándole la espala.

- puta madre… creo que se quemó - se quejó al ver qué la crepa estaba un poco pasada de cocción, Rusia bajó a su hijo y el niño fue a jugar con su perro. El ruso no dijo nada hasta tener abrazado de la cintura a México - hola Taquito…- besó el cuello del menor y acarició un poco la cadera del tricolor, este dejó un momento el sartén y disfrutó de la profunda voz de su pareja.

- Buenas noches amor - el de menor estatura volvió a hacer sus cosas, Rusia le dió un último beso en el cuello y lo soltó - ¿Qué tal la reunión con Alemania? - preguntó con interés el mexicano.

- estuvo bastante bien, ahí estaban Polonia y Alnia, preguntaron por ustedes - Rusia se enrolló las mangas de la camisa y empezó a lavar algunos trastes sucios que había.

- que bueno que todo estuvo bien, ¿Qué dicen ellos? ¿Todo bien con su niña? - sutilmente México estaba metiéndole la idea a Rusia de que esos dos niños tal vez terminarían queriéndose. El ruso volteó a ver que el mexicano ya tenía varias crepas preparadas.

- dice Polonia que es muy tranquila, mucho más tranquila que el huracán que tenemos en casa - ambos rieron, siguieron hablando y de un momento a otro ya estaban poniendo los platos en la mesa para cenar.

- oye Rusky, ¿mañana  te puedes quedar con el chamaco? Tengo que ir con CDMX a ver unos asuntos, pero voy a un lugar algo pesado, no me quiero arriesgar a qué le pase algo - el ruso puso un vaso más y ya estaba listo. Asintió y luego fue a buscar a su hijo, Rusmiet estaba jugando con Paco en el patio trasero, el perro corría detrás de la pelota que le era lanzada cada dos por tres.

Se sentaron en la mesa y cenaron tranquilos, Rusmiet contaba algunas de sus aventuras con Alnia y Paco, los mayores lo escuchaban felices, después de algunos años de trabajo, se podían dar el lujo de descansar un poco.

Con La Sangre De Leyendas. [RUSMEX] Segunda TemporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora