Karma is a bitch

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Sentado en uno de los pasillos de la universidad tuve ese espacio mental para darme cuenta que los días pasaban y el no haberme encontrado con ella ayudó mucho, pude pensar con claridad y notar que en realidad no estaba enamorado de ella, pff que cosa tan absurda, yo ni me he enamorado ¿cómo podía estar tan seguro? seguramente fue el alcohol de esa noche, o el hecho de que solo estaba con ella y su aspecto físico me confundió; sea lo que haya sido, puedo decir que fue solo el momento, que fue algo estupido creer que haría cualquier cosa por ella, porque no siento nada por ella más que fastidio, porque sí, este tiempo también me hizo caer en cuenta que ella ha sido una persona de mierda conmigo sin ninguna razón, solo por querer fastidiarme la vida. Así que no, no siento nada por ella, ni por su risa, ni nada; ni me ocasiona nada verla venir caminando entre la multitud de gente.

Me obligué a quedarme viéndola, a demostrarme que su existencia no me afectaba en lo más mínimo, que no le tenía miedo, que debía dejar de sentirme intimidado o nervioso cada vez que la veía, o apartar la mirada...mientras hacía eso, sucedió algo, no no me miró, ustedes saben que ella camina como si nada más existiera alrededor pero fue aquí donde se demostró que aquella frase "Karma is a bitch" es cierta, porque en cuanto vi su parte de atrás no tuve otra opción que seguirla para hablar con ella. Me acerqué rápidamente y como pude la agarré del brazo para sacarla de la multitud y de paso alejarnos de ella. En cuanto vio que se trataba de mi su cara de sorpresa cambio a una de fastidio y enojo.

—Enojate todo lo que quieras—dije adelantandome a lo que sea que ella me iba a decir—pero es una pregunta importante—añadí mientras miraba alrededor asegurandome que teníamos cierta privacidad—¿lo...qué hay atrás en tu falda es pintura roja o tuviste un...imprevisto femenino?—pregunté con cautela, no queriendo herir sus sentimientos aún así pude ver la reacción en su cara y el pánico poco a poco mostrarse en sus lindos ojos azules—Es una mancha pequeña, sé que tu falda es blanca pero casi no se nota, no es para que te de pena—le dije intentando calmarla

—No es eso, no me molesta que me vean...la menstruación es algo natural e igual siempre hablan de mí—dijo encogiéndose de hombros mientras su mente parecía estar calculando que hacer—aún así, eso no quiere decir que no sea incómodo o que quisiera irme a mi casa—añadió y yo asentí, empecé a quitarme la sudadera que tenía—desafortunadamente tengo que quedarme por una entrega—añadió pausadamente, yo extendí mi hoodie hacia ella con esperanza de que entendiera a qué me refería. Y vi como su mirada vaciló, no por no entender no, ella es de las personas más inteligentes que conozco sino porque estuvo tentada a hacerse la tonta y que yo tuviera que articular que quería ayudarla; aún así la interrumpí

—Aquí al fondo hay un baño—le dije mientras ella se amarraba mi hoodie a su cintura y ella no parecía seguirme, lo cual era de esperarse porque ese baño lo descubrí fue por accidente, en fin, hice un gesto con mi cabeza y empecé a caminar a lo que ella me siguió.

En cuanto llegamos ella entró de inmediato sin decirme nada, sin despedirse, sin nada, ¿qué se suponía que yo hiciera? ¿me voy? ¿la espero? ¿necesitara ayuda? Le escribí un correo electrónico preguntando lo básico y esperé. No voy a negarlo, luego de los primeros 3 minutos estuve tentado a googlear que puedo hacer para ayudar, pero me armé de valor y entré al baño, quise decir, aclarar, que no era un pervertido ni nada de eso, pero estaba totalmente vacío. Me acerqué cuidadosamente al único cubículo que estaba cerrado y aclare mi garganta antes de hablar.

—Anahí...¿todo bien? ¿necesitas algo?—pregunté casi lo mismo que había escrito en mi correo que obviamente no tuvo respuesta

—Todo bien, no necesito nada—dijo y a los segundos abrió la puerta, yo me quedé viéndola mientras avanzaba al lavamanos—todo bajo control—dijo sonriéndome a través del espejo

Mi TormentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora