Aunque intenté dormir no lo logré, cuando me aliste para clase sabía que me veía casi tan mal como me sentía, mi cuerpo tenía hematomas aún más notables que hace unas horas y estaba adolorido a un punto donde no me quería ni bañar. Por supuesto todo esto también estaba influenciado porque a medida que avanzaban las horas las noticias se repetían una y otra vez el fallecimiento de tres personas, no...no murieron, los mataron. No comí casi nada y hable mucho menos, solo seguí con lo que debía hacer tratar de conservar algo de cotidianidad para evitar pensar en la tragedia que había pasado.
Compartí y opiné en mis redes sociales, estaba enojado, estaba furioso, los que murieron eran chicos que estaban endeudados para poder estudiar, que tenían sueños y me enojaba que algunos medios simplemente reportaran sin nada de humanidad, maldita sea no son cifras eran personas, algo de tacto no los va a matar. Llegó un punto en mi mañana en la que deje de ver mi celular, me sentía impotente y necesitaba pensar en otra cosa porque sentía que iba a explotar. Si soy sincero lo único que recuerdo de ese día son dos cosas:
Fume mucho, como nunca antes me sumergí en casi 2 cajetillas de cigarrillos para calmar mi ansiedad e ignorar la sensación de que me iba a desmayar por no haber comido nada en todo el día.
Ver a Lucas, no habíamos hablado desde que me contó que volvió de su viaje y en la mitad de la tarde de este día de mierda me encontre caminando hacia el laboratorio donde mi amigo usualmente estaba, con la esperanza de encontrarlo.
Y lo encontré, justo como lo esperaba y lo único que sentí fue alivio, a medida que caminaba hacia él, sin que él me viera, me encontré sintiendo alivio, de que el estuviera bien, de que estuviera aquí cuando me encontraba necesitándolo. Y sin ningún aviso lo hice girar y lo abracé fuertemente contra mí, me encontré con el pensamiento de que era la primera vez que iniciaba un abrazo entre nosotros, generalmente cosas así no me fluían y aunque aceptaba los abrazos de él una gran parte de mi se sentía avergonzado; ¿pero hoy? Hoy no me importo nada, ni la gente que nos miraba ni que ni siquiera lo salude, ni nada, hoy solo me importo encontrar un apoyo en él en mi buen amigo Lucas. Rápidamente él me abrazó de vuelta, con fuerza, y cuando lo sentí ahí tan presente entendí porque sentí alivio al verlo, entendí que no fue solo por mi, sino que un peso inconsciente que tenía se liberó, porque el pensamiento de "pudo haber sido Lucas al que mataban en las protestas" me había invadido y tenía miedo de que algo así le pasara, de que perdiera a mi amigo, de que lo mataran por pelear por sus derechos, totalmente inconcebible.
Cuando me di cuenta, Lucas estaba llorando en mi hombro y de nuevo me encontré no importándome nada de mi alrededor, solo sostenerlo, sabía lo mal que estaba y su gran empatía me hizo recordar a Anahí, me hizo pensar por un momento que ella me hacía una mejor persona. Él repetía una y otra vez "los mataron Alfonso" entre sollozos decía "¿como puede ser esto posible?" Y dentro de mí solo encontraba decir "no hubieras podido hacer nada, yo no pude hacer nada" porque por más que quisiera ¿qué más podía decirle? "Lo se es una situación de mierda" o hundirme en la tristeza con él, no, definitivamente no iba a hacer eso, no cuando sentía que iba a llorar en cualquier momento. Así que le dije eso, porque sabía que él se sentía mal por no haber estado para ir a las protestas y porque era verdad, no hubiéramos podido hacer nada.
No sé cuántos minutos pasaron hasta que se acabó nuestro abrazo, cuando nos separamos sus ojos estaban rojos y cansados detrás de sus lentes; se veía agotado, como si no hubiera dormido en días y todo su cuerpo estaba tenso como si en cualquier momento se fuera a derrumbar, lo peor de todo es que yo sabía que yo me veía igual o al menos así de mal me sentía. Salimos en silencio del laboratorio a un balcón cerca, donde usualmente almorzábamos, no dijimos nada, nos había nada que decir. Estaba por sacar otro cigarrillo cuando vi que algo capturó la atención de Lucas detrás mío. Giré y entendí que había captado su atención.
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Mi Tormento
Novela JuvenilAlta, cabello rebelde color chocolate y para mi desgracia con un cuerpo de infarto, con piercings y tatuajes pero no era ni punk, ni emo, ni hippie...bueno a veces sus aretes largos y sus chales la hacían ver con un aire hippie pero ese hippie irres...