Pensando en la depresión del 2008 en lugar de en lo que debo: la infidelidad.

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Sé lo que están pensando, ¿qué más pasó? En cuanto a mi...inconveniente, pero tal como habría pasado si se lo hubieran preguntado al Alfonso de ese momento a cómo en este lo ignoraré, pero prometo que les voy a contar hará que me perdonen por saltarme la parte de esos días donde no podía ni sostenerle la mirada.

El día transcurrió normal, terminé mi ensayo, envíe correos, entregue trabajos y cree un par de drives para algunos trabajos grupales que debía hacer; me sentía bien, entre todo lo disperso que estuve por fin estaba cogiendo de nuevo el ritmo académico y respondiendo a la exigencia que me ponían las materias. Cerré mi computador, guardé todo en mi mochila y me puse mi abrigo, era hora de salir de este lugar, era Justo y necesario.

Estaba dirigiéndome a una parada de autobús diferente a la usual, iba a la casa de mi abuela que me invitó a cenar, mis padres no estaban y yo estaba exhausto como para llegar y cocinar (o sea comer cereal con leche), por lo que obviamente me llegó de maravilla la noticia. Estaba a unos 10 metros de mi objetivo cuando veo a mi problemática monitora riendo alegremente con un joven, ambos parecían tener vasos de la misma heladería. Inconscientemente o eso me quería hacer creer en ese entonces me quede detallándola a ella, tenia su cabello suelto como no se lo veía desde el día que la conocí, obviamente no igual de arreglado, pero era un cabello ondulado y sedoso que se extendían distintas capas hasta su cintura. La temperatura de la noche justificaba su ancha chaqueta pero no el hecho de que estuviera comiendo helado, unos vaqueros ajustados definían la sinuosa figura que ella tenía y su atuendo terminaba con unos tenis coloridos, por otro lado, el atuendo de él consistía en esos de primer año que entrar a alguna ingeniería creyéndose lo más irresistible: unas gafas, un atuendo clásico de pantalones caqui con un jersey azul amarrado a los hombros (que mantendría ahí sin importar que tanto frío hace), era un poco más bajo que ella, no había nada especial en él o al menos que yo lo viera porque al parecer Anahí si, hablaba animadamente riendo con él pero se notaba que el interés mayor era de él hacia ella, amigo no lo demuestres tanto. A los 5 segundos que me pare en la estación, el joven que la acompañaba tomo su transporte y la dejo después de despedirse con un sonoro beso en la mejilla y ella rió como si le hubiera dicho algo al oído.

Ella se giró y nuestras miradas se cruzaron, llevaba un maquillaje que realzaba sus ojos, tenía los labios con un color rojo, le hice una seña en forma de saludo, no me iba a acercar, las imagenes de ella bailando en mi sueño aún me perseguían.
—Hola Alfonso, estoy muy bien gracias ¿y tu?—dijo sarcásticamente con el tono que usaba siempre—no va a pasar nada por un poco de educación
—Que pena, no ser tan agradable—dije torciendo mis ojos—y que el rímel y el labial se malgaste con mi presencia—ella rió, pensé que era por mi comentario, pero como de costumbre ella se reía de mi no conmigo.
—¿Cual labial? ¿Cual rímel?—dijo tocando sus pestañas y sus labios demostrando que nada se corría—esto se llama delineador y esto es que el frío me quemó—añadió con una risa
—Si si como sea...disfruta que igual yo lo siento por ti—dije sin saber exactamente a que me refería, tal vez solo quería provocarla
—¿Qué? ¿Por qué?
—Porque jamás va a funcionar, o sea...por favor, son muy diferentes—eso...muy bien Alfonso, dije convenciéndome de mi comportamiento noté mucho después que estaba así porque me enojaba que ella se metiera hasta en mis sueños
—Claro como tu lo sabes todo—añadió rodando sus ojos
—Empecemos por algo sencillo, ya sé que no estudia lo mismo que tu así que, cuéntame, ¿qué hace por su existencia?—dije para sacarla de sus casillas, se nota que le importaba el baboso ese
—Estudia matemáticas—dijo ella muy orgullosa y yo exageré una risa tratando de esconder la molestia que le generaba la fijación que tenían los matemáticos por ella.
—Jamás funcionaría lo de ustedes ¿no lo ves?—dije como si fuera la cosa más evidente del mundo esperando que ella confesara mucho o se enojara
—No, no lo veo—dijo de lo más calmada, era más inteligente que eso, incluso comió tranquilamente un poco de su helado
—Sus carreras, no compaginan, o sea de que van a hablar a largo plazo...—me estaba quedando sin ideas—y se nota que no le has hecho caso ni lo harás—dije y por un momento sentí darle en el clavo o al menos ella pareció molestarle la actitud de imbécil con la que estaba actuando.
—¿Que clase de babosada dices? las carreras no definen que oportunidades tienen unas personas con otras, si dos personas están juntos no es porque sus profesiones sean "compatibles"—dijo la última palabra con intención de que yo supiera que me imitaba
—Claro que sí—dije yo—alguien de matemáticas no podría estar con alguien de arte, así como alguien de arte no lograría nada con alguien de...no sé...economía—me hice el desentendido, como si no supiera que acabara de poner mi carrera por encima de la de ella, ahora sí di en el clavo, se podía ver en sus profundos ojos como formulaba que tanto quería decirme, trate de mantener mi postura lo que más pude porque quería reírme, al fin una prueba de su propia medicina
—Ninguna carrera está por encima de otra...ni estas definen que tanto o que tan poco valen las personas—dijo entre lo que pudo articular y yo entender, por un momento sentí que me estaba hablando en otro idioma—eres un imbécil—añadió viéndome con una mirada severa.
—Pero no tienes que hablarme así...si es cierto, nadie de tu carrera podría ni siquiera besar a alguien de la mía y que esa persona lo disfrutara, todo el mundo lo sabe—dije y ella levanto una de sus espesas cejas, la había enfadado ahora sí, me encogí de hombros como si sintiera pesar, como si lo que acabara de decir fuera cierto y algo muy triste para los de arte.

Y entonces, mientras esperaba el argumento o un acto de fastidio extremo por mi persona, sentí como en cuestión de un parpadeo, me jaló del blazer que llevaba y juntó sus fríos labios con los míos, me tomo completamente por sorpresa, sentirla era algo arrebatador lo de mi sueño no era nada comparado con esto, pero es que nada, era distinto en todas las maneras posibles, no me besaba ni de cerca a forma lujuriosa de mi sueño fantasía sexual en realidad pero esta, totalmente opuesta, podía quitarme mas el aliento.

Yo sabía que había conseguido esto solo por hacerla enojar no porque yo le gustara o algo pero en menos de una milésima de segundo mis ojos estaban cerrados dejándose llevar por la exquisita sensación que ella me estaba dando, podía sentir su aroma, sus labios eran bien definidos, ya había notado eso en las múltiples veces que la había visto, el de abajo era más carnoso que el de arriba y era precisamente el que tenía entre los míos, además de lo bien que se sentía, su boca tenía un sabor a fresa por el helado que estaba comiendo, aprisione su cintura entre mis brazos y eliminé la distancia entre nosotros, sentir sus senos en mi pecho fue algo indescriptible no quería soltarla, ella como respuesta subió su mano y ubico sus dedos entre mi cuello y cabello, ¡Dios!, yo no planeaba llevar el beso más allá pero el momento en que sentí la argolla que tenía en su labio inferior me reveló lo atrevida y excitante que era ella, me lancé para meter mi lengua en busca de la suya pero ella se separó dejándome con más ganas, dejándome totalmente atontado del que ahora recordaría como el mejor beso. Estaba atónito, con torpeza abrí mis ojos y aunque ella ya no me tocaba con su mano yo me resistí a soltarla.
—Tenías razón, se nota que no lo disfrutaste—me dijo con sarcasmo hablando de lo más calmada mientras yo recuperaba mi aliento, miro hacía la carretera y se volvió hacia mi tocando nuestras narices y emocionándome—para que se te bajen las ganas—dijo con una clara intención, dejando el resto de su helado en mi mano se alejó señalándome de arriba hacia abajo, bajo hasta llegar a mi entrepierna giró su mano y me hizo una seña con su dedo del medio, guiñó su ojo y en menos de lo que procesé todo, ella ya estaba subida en un autobús. Me di cuenta muy tarde que se subió al mismo que me servía, sin embargo sería muy raro subirme al mismo de ella, por eso decidí esperar al siguiente, con una erección, un helado frío en mi mano y un momento imborrable en mi cabeza.

Que alguien me explique que acababa de pasar, veía como las personas a mi alrededor quedaron atónitos por la escena que acababa de suceder. Yo aún no procesaba lo que ella me había hecho, lo que habíamos hecho...aún podía sentir el suave pero a la vez electrizante roce de sus fríos y saborizados labios. ¿Por qué no la detuve? ¿Por qué no la hice volver a mi? Hubiera aprisionado en mis brazos su angosta cintura, hubiera sentido de nuevo el roce de sus piernas y su  sinuoso cuerpo pegado a mi ingle, sus labios eran...como...no sé como decirlo,  sentía efectivamente sus labios irritados por el frío como me dijo pero a la vez como si un delicado pero determinado tacto cubriera los míos, sabía que hacer para desestabilizar estaba más que claro, para incitar a más, ella no me dejó seguir pero sabe besar demasiado bien, jamás me lo imaginé, no pensé que supiera usar sus bellos labios así, demonios ¿por qué no la seguí? Sabía que le había gustado también mi beso, es que es imposible que no, nunca me han dado quejas, por ejemplo Kate...Kate...el repentino recuerdo de la existencia de mi novia llego a mi tan de la nada como aquel prohibido beso. Bueno, fue solo un beso sí, eso fue solo un beso y la crisis del 2008 y la gran depresión de 1929 fueron solo pequeños baches en la economía mundial pensé para mis adentros. Mierda, ¡¿qué hice?!

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Hola hola hola a todos

Yo solo quiero que me cuenten todo lo que piensan/opinan de este cap

Esta un poco corto a lo que los tengo acostumbrados jajaja pero prometo publicar pronto

Saludos y espero se encuentren bien.

AA.

Mi TormentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora