Capítulo 28

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Narra Valentín




-Valentín- desperté por el grito de mi vieja-. Despertate, Dani está acá.

Tapé mi cara con la almohada, me sentía muy cansado, había estado casi toda la noche despierto ultimando detalles del nuevo tema que iba a sacar, la verdad es que no tenía planeado levantarme. Estiré mis piernas un poco en la cama intentando desperezarme, pero era imposible. La puerta de mi cuarto se abrió y un par de pasos avanzó por la habitación.

-Hola amor- me susurró Dani al oído después de sentarse en la cama.

-Hola- le respondí mientras me volteaba para quedar de frente a él.

-¿A qué hora te dormiste?- sentí su mano acariciando mi pelo.

-Creo que a las cinco.

Me quedé en silencio disfrutando de las caricias que me dejaba por el pelo y la cara, lo rodeé con mis brazos antes de acercarlo más a mí haciendo que ambos quedáramos acostados en la cama. Apoyé mi cabeza en su pecho acurrucándome más a él sintiendo aun sus caricias, todavía me sorprendía que a esta altura de nuestra relación el corazón de Dani se acelerara tanto.

-¿Desde cuándo sos tan cariñoso?- me preguntó en forma de burla. Sus manos descendieron hasta mi espalda.

-Desde que te tengo como novio.

Pasé mis manos por debajo de su remera acariciando su piel mientras olía el delicioso perfume que se había puesto. Abrí los ojos de a poco y observé su rostro, no pude evitar que una sonrisa se me escapara por la hermosa vista que tenía.

-Sos hermoso- sonrió.

-Vos también lo serías si estuvieses bañado y un poco arreglado- me respondió.

-Auch, eso me dolió bebé- estaba ofendido, mi belleza era natural.

-¿Herí tus sentimientos?- asentí-. Dejame compensarte entonces.

Sus dedos pasaron con delicadeza por mis labios delineándolos y contornearon mi mandíbula provocando que no pueda reprimir un suspiro. Subió su pierna izquierda a mi cadera previo a alzarse sobre mí, sus labios no dejaban de estar cerca de los míos, pero no podía probarlos, él lo impedía. Se sentó sobre mis piernas y sin dejar de mirarme a los ojos sujetó mis brazos para que lo imitara. Abracé su cintura y elevé mi cabeza levemente mientras cerraba los ojos esperando sentir sus besos sobre mi boca.

-Buen día amor- susurró.

-Buen día- hablé en su tono. Me escondí en su cuello cuando comprendí que no iba a besarme.

-¿Vamos a desayunar?- preguntó pero yo negué.

-Quiero mi beso primero- reclamé mientras rozaba su piel.

-Para que eso suceda vas a tener que hacer mérito- en ese momento odié su voz juguetona. Mordí su cuello antes de separarme-. Valentín- se quejó-. Andá a bañarte, te espero abajo.

Se levantó de mis piernas y salió de la habitación dejándome solo. Rodé los ojos y suspiré por última vez antes de levantarme. Busqué en mi armario alguna prenda para cambiarme. Mi cuerpo me estaba pasando factura de todo lo que me había desvelado la noche anterior, casi no podía coordinar mis pasos cuando me encaminé hasta el baño. Prendí la ducha con agua fría y me bañé, se suponía que el agua fría te despertaba, pero no hizo mucho efecto en mí. Luego de cambiarme bajé las escaleras y me senté a la mesa junto con mi familia, besé la mejilla de mi novio antes de sentarme a su lado.

-Buen día hijo- me saludó mi viejo pasándome un mate.

-Buen día- le respondí.

-¿Pudiste terminar la canción?- Manuel se inclinó un poco para verme.

Nuestra historia, solo nosotros la sabemos - WosaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora