Capítulo 30

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Narra Valentín






Me estaba volviendo loco, hacía una semana que veía estas mismas cuatro paredes, me tiré en mi cama intentando dejar de pensar. Odiaba estar encerrado, odiaba no poder ver a mis amigos, pero lo que más odiaba era no poder ver a mi novio. Por el decreto que sacó el gobierno, por la situación mundial de pandemia, tenía prohibido salir por quince días. Se supone que después de hacerme la prueba PCR y que me diera negativo iba a poder seguir con mi vida normal, pero no, eso no sucedió. Estaba harto de ver la misma mancha en mi techo todos los días, ni siquiera podía compartir la tarde con mi hermano por miedo a un falso negativo.

-Dani, no podes entrar- escuché el grito de Manuel.

Giré mi cabeza hasta la puerta ¿Dani estaba acá? La puerta de mi cuarto se abrió para luego cerrarse detrás de mi novio, mi corazón comenzó a latir como loco, no sabía cuánto lo extrañaba hasta que lo vi. Escuché como la cerradura se giró haciendo que me parara de golpe de la cama, no quería correr el riesgo de contagiarlo. Sus ojos se conectaron con los míos, sentía como me temblaban las piernas, quería correr a él y besarlo, pero no podía hacerlo. Dio un paso hacia mí, lo que me hizo retroceder.

-Para Dan- puse una mano entre nosotros.

-Me estoy volviendo loco lejos tuyo- me daba cuenta con solo ver su expresión-, te extrañé mucho.

-Yo también bebé- no podía controlar mi respiración, no me había dado cuenta de mi estado.

-Val, dijiste que te dio negativo.

-Lo sé ¿Te pensás que no quiero correr a besarte?- le pregunté-. Pero ¿Y si me dio un falso negativo?- tenía mucho miedo de eso-. No quiero que estés enfermo por mi culpa.

-Dani, abrí la puerta- mi hermano gritaba mientras intentaba tirarla abajo-. Te podés contagiar.

-No me quiero ir- sus ojos estaban brillando-. Val- se acercó-, por favor.

No quise retroceder, no otra vez, me quedé quieto mirando cada paso que daba. Bajé mi vista hasta sus labios y a mi mente volvieron los recuerdos de todos los besos que le di. Apreté mis puños decidido y me acerqué a él para agarrarlo de la cintura cortando toda la distancia que había entre ambos. Extrañaba mucho sentir sus suaves mejillas, aprecié su rostro mientras sentía sus manos desesperadas pasar por mi espalda. Pensaba que estaba en uno de los muchos sueños que tenía con él, pero esto era real, él era real. Cerré los ojos respirando con tranquilidad mientras sus labios se rozaban con los míos, su respiración estaba igual de agitada que la mía, ambos estuvimos esperando esto por casi cuatro meses.

-Dan- sentí que me estaba por quedar sin aire.

-Val- habló en mi mismo tono.

No quería esperar más, me estaba matando hablar solo por teléfono con él, lo único que estaba provocando es que lo extrañara el doble. Mi mano derecha subió hasta su nuca terminando por juntar nuestros labios en el beso que más había esperado en toda nuestra relación. Realmente extrañaba la sensación que tenía cuando nuestros labios se tocaban, cuando sus manos me acariciaban y sobre todo sentir su perfume tan cerca mío. Llevé mis manos hasta sus muslos subiéndolo a mis caderas mientras él tiraba de mi pelo. A paso firme caminé hasta la cama dejándolo acostado en esta.

-Valentín- volvió el golpe de realidad, mi hermano seguí ahí afuera-, abrí idiota- me ordenó.

-Dejanos solos Manuel- le exigí-. No vas a querer escuchar- dije más bajo para que Dani me escuchara.

Sus dientes estaban intentando ocultar la hermosa sonrisa que tenía y sus piernas me apretaban más a su cuerpo. Comencé un camino de besos desde su mejilla hasta su cuello mientras mis manos se metían debajo de su remera apretando su cintura. En este momento lo único que quería era escucharlo decir mi nombre, quería tocar cada centímetro de su piel, y parecía que él también quería lo mismo.

Nuestra historia, solo nosotros la sabemos - WosaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora