Cambios en el capítulo.
---------------------------------------- ¿Algo más?.
El joven cobrizo se encontraba poniendo en una cesta las piezas de pan que una señora de trenzas iba comprando.
- Con eso basta Leo.
Sonrió la mujer mientras le extendia una bolsa pequeña con unas monedas de cobre.
- Muchas gracias. Tenga buen día.
Se despidio el cobrizo mientras la mujer salía de la panadería con su canasta de pan a reventar.
Leo suspiró.
Casi toda su vida había estado fuera de casa, corriendo de aquí para allá, evitando la muerte, ayudando personas, conociendo personas a las que les había tomado mucho cariño, en su momento fingió su mejor sonrisa, pero se sintió mal de dejarlos atrás, claro la esperanza de volver a verlos se mantenía en pie. Pero ahora, estaba atrás de una estantería, vendiendo pan, completamente solo.
Antes de seguir en aquel torrente de pensamientos, sacudió la cabeza, de seguir así terminaría metiéndose en unas crisis que no quería enfrentar.
Se dirigió rumbo a las escaleras, era mejor ponerse a leer algo en su cuarto.
Sin embargo, antes de que pudiera subir un solo escalón, el sonido de la campana que anunciaba la llegada de un nuevo cliente lo hizo para en seco.
- Holi holi, cabeza de frijoli.
Lo saludó una chillona y conocida voz tras él. Voz que de alguna manera, le dio alivio. No estaba solo.
-¿Teodora?, ¿Que haces aquí? Creí que estarías ocupada con la reconstrucción de la casona.
Desde que lograron devolverle la vida a sus amigos, la chica de cabellera cereza no había hecho más que intentar reconstruir la casona y vaya que iba funcionando, poco a poco la construcción iba recuperando la belleza y porte magistral que había perdido por el miedo y el paso del tiempo.
- O sea, me tomé un descanso, eso de dar ordenes a los albañiles esponja súper feo mi cabello.
La escarlata le mostró su cabello al chico y antes de que empezara a hacer un súper drama, el cobrizo la distrajo.
- ¿Y qué trae por acá? Espera, no me digas, vienes a ver a Nando.
La rojiza se sonrojó ligeramente y desvió la mirada tratando de disimular el color rojo en sus mejillas.
- Osh, o sea, cero patán, yo solo venía a...
- Hola guapa.
La voz entre ronca y madura del adolescente sonó tras el cobrizo, quien le sonrió pícaramente a su amiga.
-Hola Fernando
En un tono embobado la de orbes rojizos saludó al chico de pañoleta blanca quien le giño.
-¿Van a salir?
El cobrizo notó un extraño aire entre la pareja, supuso las próximas palabras de su hermano y eso implicaba quedarse al frente de la panadería.
-Vamos a ir a pasear, ¿Puedes cubrirme hermanito?
-¿Yo? ¿Y tu nieve de que la quieres?
A modo de suplica, los orbes oscuros del de paño reflejaron un brillo adorable.
Leo suspiró con pesar. Se arrepentiría de esto más tarde.
- Bien, tu ganas, pero tu vas a lavar los trastes.
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Hilo de Sangre. [EDITANDO]
FanfictionSe dice que hay personas que nacen con un hilo rojo atado al dedo meñique, que los conecta a su amor verdadero. Sin embargo, ¿qué pasa cuando los hilos se enredan entre sí? ¿es posible desenrrederlo? o ¿simplemente es mejor cortarlo? RESUBIDA Porque...