Juanita y Kika decidieron por medio de un incómodo silencio no conversar con la otra. El ambiente entre las dos era sumamente tenso y ambas sabían que intercambiar palabras solo volvería su espera una especie de guerra psicológica, donde Juanita tenía las de perder. Ninguna de las dos sabe exactamente cuento tiempo estuvieron en silencio, tal vez solo un par de minutos, hasta que un extraño sonido ajeno las hizo salir de sus pensamientos.
-Agáchate.
Pidió Juanita sin consideración, escondiéndose tras el montón de rocas sobre el que se encontraba, mientras se asomaba muy cuidadosamente desde su escondite, esperaba sinceramente que fuera Beto quien regresaba con Vale, pero no quería arriesgarse a que fuera el sacerdote. Sin embargo, grande fue su sorpresa al descubrir que en realidad era Valentina quien traía a una niña pequeña en brazos y la seguía un grupo considerable de personas con los rostros devastados. Algunos traían quemaduras en diversas partes del cuerpo, pero unos a otros se ayudaban a caminar y seguir adelante.
-¿Cómo nos encontraste?
Preguntó Juanita al ver a la castaña llegar en buen estado, Valentina dio un paso brusco hacia atrás en sorpresa, pero rápido recuperó su semblante.
-Créeme, tengo suerte para encontrar problemas.
La castaña bajó cuidadosamente su mano hasta el piso, donde recogió una de las ramas, y se encargó de poner a la pequeña niña, que ya había dejado de llorar, en el piso. Se levantó con el rostro firme y apretó la rama en su puño.
-Te voy a enseñar a amar a Dios en tierra ajena... maldita traidora.
La joven se apresuró a correr hacia Juanita y le dio un ramazo justo en el centro del rostro. Juanita, que no se esperaba el trancazo, cayó de espaldas sintiendo fluir un líquido tibio por sus labios.
-¡Basta, basta, basta! Las cosas no son como piensas.
Gritó la joven en el piso mientras se cubría el rostro con ambas manos.
- Oh pero si yo no pienso nada, solo actúo conforme a lo que veo.
Respondió Valentina levantando una vez más la rama, para darle otro trancazo.
-Déjala Valentina.
Interrumpió Kika.
-Esa idiota nos salvó, quizá habrías podido darte cuenta de ello si no hubieses estado peleando contra la nada.
En realidad, la peli azul no estaba consciente tampoco en el momento en el que Juanita les salvó. Pero le bastaba con que Valentina creyera que sí, para que le remordiera la consciencia su actitud infantil. La castaña dejó su vista en Kika, para luego volver a ver a la otra castaña y acercarse poco a poco a ella con cada palabra.
-No sé que tipo de trampa estúpida es esta, pero sé consciente de que no confío en ti, y ante la más mínima sospecha de que nos vas a traicionar, me voy a encargar de usar tu lindo rostro como saco de box.
La menor pasó en grueso, y la mayor se alejó sin decir más.
-¿Beto te encontró?
Interrumpió Kika, quien tenía curiosidad sincera por su hermano.
-No sé nada de tu hermano, solo vinimos al lado contrario de humo para evitar intoxicaciones... fue solo una coincidencia.
- Beto regresó a buscarte.
Interrumpió Juanita recibiendo una mirada fulminante de Kika, no había necesidad de hacerle creer a Vale que su hermano actuaba como un idiota.
-Ese idiota...
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Hilo de Sangre. [EDITANDO]
FanfictionSe dice que hay personas que nacen con un hilo rojo atado al dedo meñique, que los conecta a su amor verdadero. Sin embargo, ¿qué pasa cuando los hilos se enredan entre sí? ¿es posible desenrrederlo? o ¿simplemente es mejor cortarlo? RESUBIDA Porque...